—¿Louis? —la pregunta, la manera en la que la voz de Harry le aprisiona el pecho y le amenaza con asfixiarlo, y su corazón al borde del precipicio le provocan un jadeo. —¿Vas a, a hacerlo? ¿Te tocarás también?

—Lo intento —responde. Lleva dos de sus dedos a su cavidad, hundiéndolos, humedece los dígitos cuando su lengua tibia los envuelve, y los retira cuando los encuentra completamente empapados.

Envuelve su miembro con la humedad, jadea ante el tacto solo porque se ha estado sintiendo demasiado necesitado, y Harry no es de mucha ayuda. Cuando ha cubierto de saliva una parte de su pene, comienza a deslizar su mano envuelta lentamente, casi al ritmo de la respiración alta del omega.

—¿Alfa?

Ante la palabra, Louis gime.

—Sigue —le pide, como un ruego. —Te quiero escuchar.

Casi no es necesario que lo pida, Harry parece no pensar en detenerse siquiera a tomar aire. El gimoteo del omega es todo lo que Louis necesita para aumentar la velocidad de sus cortos movimientos.

Cierra los ojos y termina reposando su cabeza en el respaldar del asiento, muerde su labio inferior y comienza a perder el control de sus caderas que danzan peligrosamente más rápido buscando un toque que no llegará. Louis gime al mismo tiempo que Harry, quien parece estar realmente concentrado en golpearse a él mismo tan profundo como el sustituto del alfa que desea le permite.

Sus movimientos se transforman, ahora son más cortos y más rápidos y siguen el ritmo del chapoteo audible a través de la línea, bajo los quejidos de Harry, pero todavía reconocible.

—¿Llegarás pronto, alfa? ¿Cuándo me darás tu nudo?

Y no puede evitarlo, termina gruñendo porque siente el nudo intentando crecer en su palma.

—Tan pronto como acabe con esto estaré llenándote —le responde, con sus labios contorsionados.

Debe reconocer que tocarse escuchando a Harry hacer lo mismo es, probablemente, una de las cosas más entretenidas que ha hecho. Por un lado tiene el martirio de no poder tomar al omega como ambos desean, no puede tocarle, ni olfatear su aroma, pero todavía puede escucharlo, puede dibujar en su mente la posición en la que se encuentra y sus ojos llenos de lágrimas por necesidad y martirio. No se siente culpable pensando que verle a Harry llorar pidiendo ser tocado es su nuevo deseo.

—No puedo, no más —Se queja. Ahora Louis puede adivinar que intenta remover de su frente empapada de sudor el cabello que se adhiere al lugar, esforzándose demasiado en no correrse allí mismo porque lo ha hecho tres veces en los últimos cuarenta minutos y necesita tomar un respiro lo suficientemente largo.

Louis ha comenzado a sudar también, su frente tiene una fina capa de sudor que no tiene intención de secar tan solo porque sabe que sería una pérdida de tiempo. Su rostro se contrae cuando Harry se queja más alto esta vez, él sabe que ambos están cerca, él no puede aguantar más después de todo el tiempo que pasó respirando con fuerza para evitar enloquecer en plena autopista.

—Ya, ya, voy a correrme —chilla el omega.

—Hazlo —solicita Louis. Presiona un poco más fuerte su glande y termina con los labios separados y gimiendo al mismo tiempo que Harry chilla acompañado de suspiros y jadeos.

Cuando sucede, golpea rápido. Es el cosquilleo en las bolas y el semen subiendo hasta el glande lo que lo hace reaccionar. Termina inclinando su cuerpo un poco para que el líquido blanquecino caiga solo en el suelo del auto, no en la tapicería, y ni siquiera golpea su ropa. El gemido que se desliza fuera al mismo tiempo que el de Harry, le hace gruñir.

Amateur ꩜ abo! larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora