Capítulo 18

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—¿A dónde vas, mami? —pregunta el cachorro con su rostro adormilado y las mantas cubriendo su cuerpo.

Harry termina de rociar la fragancia en su cuerpo, deleitándose por el aroma tan dulzón que desprende del envase de vidrio.

—Iré a cenar.

El cachorro le dirige una mirada azulada que retuerce las entrañas del omega.

—¿Tú solo?

Niega con la cabeza con una sonrisa en su rostro antes de dejar el perfume sobre el tocador, mirando su rostro por un mísero segundo antes de volver su atención a su hijo.

—Con Louis.

—¿Es tu novio, mami?

Harry alza las cejas y frunce sus labios ante la pregunta tan repentina que deja caer su cachorro.

Con cuidado, se acerca hasta su propia cama, donde su chiquillo decidió que dormiría ante la ausencia de su madre. Se sienta en el borde justo al lado del cuerpo de Kenai, y los hilos de oro de este.

—¿Por qué preguntas eso, Ken? —cuestiona con lentitud, poniendo todo su esfuerzo en no lucir consternado o asustado por la conclusión a la que ha llegado el niño.

Sin poder evitarlo, Harry termina pensando en cuán evidente ha sido él o el mismo alfa cuando han estado las dos veces frente al cachorro.

—Niall lleva a tío a cenar, y almorzar, como Louis.

Harry suspira ante la respuesta, jugando con el cuero cabelludo del cachorro que tiene una pequeña pelea contra el sueño y da batalla para mantener sus orbes bien enfocados.

—Bebé, que Louis me lleve a cenar no significa que es mi novio —murmura la respuesta más inteligente que encuentra.

—¿Lo será algún día, mamá?

Y allí está otra vez,  cayendo en ese bucle de preguntas con su hijo del que es tan difícil salir.

—No, cariño.

Kenai deja salir un puchero de sus labios y cubre la mitad de su rostro con las mantas. Harry sonríe con curiosidad y destapa a su chiquillo.

—Mami, quiero un novio para ti —murmura Kenai con cuidado.

—¿Por qué quieres eso, Ken? —cuestiona el omega. La precaución en su voz parece no querer abandonarlo, y con toda razón.

El cachorro suspira, apartándose del toque de su madre.

—Tío dice que los novios quieren, y deseo a alguien que te quiera.

Harry frunce el ceño. ¿Cómo puede Kenai llegar a tales conclusiones por su cuenta?

—Yo te tengo a ti, tú me quieres —murmura con suavidad, atrapando una de las mejillas del chiquillo—. Zayn me quiere también, eso es suficiente.

Kenai parece no querer batallar más con eso. Asiente y cierra sus párpados con cuidado, suspirando bajo las caricias de Harry.

El omega termina por levantarse cuando su cachorro finalmente cae dormido entre las sábanas, y se aleja después de darle un solo beso en su frente, llenándose del aroma de su pequeño que apenas se asoma por sus poros.

Harry se despide de Zayn con tranquilidad, le asegura que volverá en algún momento durante la mañana, y se marcha sin esperar nada más de su parte.

Louis le espera dentro del auto estacionado frente al edificio. Harry mira disimulado hacia los lados de la calle, encontrándose con algún vecino que le saluda con un movimiento ligero de la mano.

Amateur ꩜ abo! larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora