CAPÍTULO XI

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Había pasado una semana del concierto y no había vuelto a ver a SeokJin debido a que no habían grabaciones programadas.

Todos los días miraba la foto que nos habíamos sacado juntos y no podía evitar pensar en ese beso, ese hermoso beso. Había sido muy distinto al primero. No sabía cómo explicarlo, pero había sido más intenso y esta vez creía que con... con amor.

No podía creer todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Primero el beso, luego el cumpleaños y después el concierto. Mis sentimientos se contradecían con lo que decía mi cabeza.

Mi cabeza me explicaba coherentemente que era imposible enamorarse de alguien en tan poco tiempo, pero mi corazón simplemente me gritaba todo lo contrario.
Mi respiración se cortaba y mi pulso se aceleraba cada vez que lo veía y no creía que eso fuera casualidad.

Aunque no lo había planeado así, SeokJin ya formaba parte de mi vida y eso me agradaba. Quería verlo todos los días y hablar con él siempre, pero obviamente por sus tiempos no se podía, y eso era un poco frustrante.

Faltaban diez días para Navidad y el frío comenzaba a hacerse cada vez más presente.

Ese día tenía que ir a trabajar y me había quedado profundamente dormida. Me desperté gracias a un mensaje de texto que mi mamá me había enviado.

Me levanté exaltada olvidándome por completo del mensaje y me puse lo primero que encontré: un buzo, una campera, jeans y un gorro. Nada más que eso.

Corrí hasta la parada de ómnibus y llegué a la empresa un minuto antes. Vaya, ya me estaba volviendo una experta.

Ingresé al set de grabación y todo ya estaba casi listo,se había encargado In-Jae de todo.

—¿Cómo estás Sunita? —me preguntó mi ex jefe, In-Jae.

—¿Qué haces aquí?

—Wow, qué hermoso saludo. No te olvides que soy el jefe de otros pasantes.

—Oh, cierto, perdón —me reí.

Cuando enfoqué la cámara me di cuenta que los siete miembros me miraban y se reían burlándose de SeokJin, que estaba rojo como un tomate y se reía nervioso.

No me había dado cuenta que el buzo que me había puesto a las apuradas era el que Seokjin me había regalado.
Jungkook me dijo con señas que me quedaba bien y me guiñó el ojo el muy galán. Me encogí de hombros sonriendo como respuesta, y cada uno volvió a lo suyo.

Estábamos en un set de cocina, así que en el "RUN BTS" de ese día, debían cocinar.

Después de cinco minutos de grabación, comencé a toser y tuve que salir silenciosamente del set para no interrumpir. Me comí un caramelo que tenía en el bolsillo y cuando dejé de toser, volví a entrar.

—¿Estás bien? —me preguntó In-Jae preocupado.

—Si, no te preocupes. Salí de casa tan apurada que olvidé mi bufanda y...

Ni siquiera esperó a que terminara la frase y se fue casi corriendo. Nadie le dio importancia a su repentina huida y seguimos con la grabación hasta el receso.

Seokjin me había escuchado tosiendo y lentamente se acercaba hacia mi con su hermosa sonrisa. Estaba emocionada, después de una semana íbamos a poder hablar aunque fuera un poquito.

Sin embargo, In-Jae entró súbitamente al set y se adelantó, haciendo que Jin no siguiera avanzando. Venía con una bolsa en sus manos. Sacó una bufanda de ella y me la puso tapando casi toda mi cara.

—Ya está, ahora no toserás más.

—No hacía falta Yeye, de verdad estoy bien —mi voz apenas se escuchaba por la bufanda que cubría mi boca.

AwakeWhere stories live. Discover now