Desgraciada alma

II

Katsuki estaba sentado en su habitación leyendo un par de cartas cuando escuchó a alguien correr hacia donde él se encontraba. Un pequeño de 7 años abrió la puerta apresuradamente y se lanzo sobre él tirando al suelo todas las cartas.

—¿Izuku? ¿Que haces aquí? Es la hora de tus clases de defensa personal con el idiota.

El niño sonrió y se acomodó mejor en el regazo del pelicenizo.

—Pero Kacchan, el tío Kirishima dijo que le dolía el cuerpo por lo cual las clases de hoy se suspendían.– abrazó a Katsuki sin dejar de mirarlo y amplió su sonrisa– Así que pensé que podría pasar tiempo contigo, aunque estoy algo preocupado por él, ¿sera algo grave?

Un leve tic se apoderó del ojo del kitsune al oír la escusa tonta que el bastardo pelos de mierda –como el lo llamaba– había inventado.

—¿Que tal si vamos a verlo para asegurarnos de que no es nada grave?

Izuku bajó de su regazo y asintió enérgicamente tomando su mano.

Al llegar al patio de entrenamiento lo vieron terminar de alistarse para irse a quien sabe donde.

—Izuku, tapa tus oídos por un momento.

Al ver como el niño ponía sus pequeñas manitos cubriendo sus oídos se acercó hacia el pelirrojo.

—¿Que parte de tu cuerpo es la que te duele, eh Kirishima bastardo? –lo vio girarse lentamente con cara de susto y eso lo hizo sonreír aun más.

—K-Katsuki, que sorpresa verte aquí...

—Dime donde supuestamente te duele para que en verdad sientas dolor imbécil. –el pelirrojo retrocedió unos pasos negando y Katsuki avanzó– La verdadera razón de irte es para ir a follar con el Pikachu pasivo, ¿verdad?

—¿Que es follar Kacchan?

—¡Dije que taparas tus oídos Deku!

Izuku rió bajito y volvió a cubrir sus oídos. Él no temblaba o corría como todos cuando Katsuki gritaba, después de todo su Kacchan era un youkai muy amable.

—¿Que es lo que le haz hecho a ese pobre niño para que sea tan obediente?

—¡No le he hecho nada maldita sea! –volvio a avanzar hasta quedar frente a Kirishima y lo tomó de su ropa– ¿Donde está el Pikachu? Y será mejor que no me mientras imbécil.

—E-en el depósito de comida... Al m-menos ahí nos íbamos a encontrar...

—¡Son unos hijos de puta, todos comemos lo que ahí se almacena! –lo soltó y se dirigió hacia adentro– ¡Y dale las malditas clases de defensa personal a Deku o te ira peor que al maldito rubio oxigenado que tienes por novio!

Kirishima se paró derecho asintiendo mientras pedía perdón mentalmente a Denki por su futuro castigo.

—Tio Kirishima, ¿Kacchan volverá a castigar al tío Denki por hacer travesuras?

—¿Travesuras?

—¡Si! Kacchan dice que a veces castiga a las personas por hacer travesuras, por eso trato de ser un buen niño.

Kirishima sonrió tiernamente y acarició el cabello del peliverde.

—Katsuki jamás te castigará como hace con nosotros Izuku, porque tu eres un buen niño y porque él te aprecia demasiado.

Una gran sonrisa se dibujo en el rostro del pecoso y asintió varias veces. Minutos después comenzaron con la clase.

En otro lugar un cabreado Katsuki casi llegaba al almacén de alimentos con una cuerda en una de sus manos, al abrir la puerta se acercó lentamente con una sádica sonrisa dibujada en su rostro.