Hablaron durante un rato, y Natasha quiso escuchar de nueva cuenta la entrevista que tuvo con Stark.

—No puedes negar que lo que te hizo tu nuevo jefe fue divertido. —No contuvo su risa cuando Steve volvió a poner una mueca ante el recuerdo de su impresión acerca de lo del "sexo oral". —Me habría encantado ver tu reacción cuando lo escuchaste de sus labios.

—A mí no me parece tan gracioso. Fue extremadamente infantil, tal como lo describen siempre.

—A mi sí me divierte. Oh vamos, no me mires así, es divertido. —Tomó aire para recuperar la compostura y, sentándose recta, decidió ponerse sería. —Vamos a hablar en serio. No te va a salir nada fácil trabajar con él si no puedes aguantar esa simple broma, ¿no dijiste que es un puesto diferente al que habían anunciado?

—Así es. —Afirmó mientras veía su taza vacía, estaba entendiendo lo que Natasha quería decirle. — No es el puesto en el área de diseño. Según me dijo es algo así como su mano derecha. No me explicó demasiado, dijo que mañana me dirían mejor los detalles.

—Entonces estarás con él directamente. —Steve asintió y ella prosiguió. —Según dicen, trabajar directamente con Stark no es fácil. Y, bueno, según tú encuentro con él...

—Supongo que puedo intentarlo, tal vez al final no sea tan malo.

—Eso espero. —Natasha tomó el ultimo sorbo de su taza, ya frio, y recordó que había querido preguntar algo. — Tengo una duda, ¿No es algo extraño que contraten a alguien así para ese puesto? Pienso que debieron buscar a alguien dentro de la misma empresa.

Steve también lo había pensado cuando Stark le estaba explicando cuál sería su función, pero no se le había ocurrido preguntarle a él directamente.

—Supongo que es porque está loco—sentenció tomando una galleta de las que había puesto sobre la mesa.

Natasha sonrió ante la expresión de su amigo.

— ¿Crees que te arrepientas? —preguntó dudosa, si ya pensaba así de su jefe y ni siquiera había iniciado...

—No me malinterpretes, sé que esta es una buena oportunidad, solo que si Stark es tan... así como fue hoy, no quiero imaginar tener que trabajar con él a diario. Al parecer es igual a todo lo que dicen de él en la prensa.

— ¿Tan así?

—Ni siquiera sé cómo describirlo.

—Bueno, cambiemos de tema. —Natasha cruzó las piernas, era hora de descansar del tema Stark. —El domingo es el baby shower de Sharon ¿iras?

Steve elevó las cejas ante aquella información ¿ya era ese domingo? Sintió una sensación de vació en su pecho al imaginárselo. Sharon ya tenía casi siete meses de embarazo así que era lógico que la fecha ya estuviese tan próxima.

Steve suspiró, no estaba muy seguro de querer ver como Sharon y Bucky celebraban que pronto tendrían a su primer hijo.

No es que Steve no estuviese feliz por ellos, todo lo contrario, el problema era que se le hacía muy difícil no sentir unos celos inmensos cuando él estaba enamorado de Sharon. Los cuatro eran amigos desde los 15 años y, aunque Steve siempre había sentido algo por la rubia, fue Bucky quien se adelantó a confesarse el día de la graduación; y a pedirle matrimonio unos tres años después. Y no lo culpaba, nadie sabía de sus sentimientos, con excepción de Natasha —siempre tan inteligente y perspicaz Natasha— pero él le había hecho prometer que jamás diría nada.

Y al sol de aquel día, más de 9 años después de aquella boda, aún seguía tristemente enamorado de su amiga.

Su amiga, casada, con su mejor amigo.

El secreto de tus ojos (STONY)Where stories live. Discover now