Capitulo 16

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Capítulo 16


Steve tenía que admitir que su sueño había sido bastante relajante y placentero, demasiado, como no había sido en un largo tiempo. No recordaba con exactitud la última vez que amaneció abrazado al cuerpo de alguien, y debía reconocer que era algo bastante agradable. La bruma del sueño le impidió pensar con exactitud el por qué se había despertado e intentó volver a dormirse, inclinando más su cabeza hacia el cuerpo junto a él, aspirando el aroma del otro; pero pronto se dio cuenta que lo mantenía despierto la opresión en su vejiga que pedía de forma desesperada que fuera al baño.

Odiaba cuando eso ocurría.

Abrió los ojos lentamente cuando supo que no podría ganar aquella batalla, molesto por no poder seguir durmiendo, y se incorporó lentamente, intentando no despertar a la otra persona. Al sentarse se fijó con pesadez aún en la oscuridad en el cuerpo que dormitaba a su lado y todo lo que había sucedido la noche anterior cayó sobre él como un balde de agua fría.

Había dormido con Anthony Stark.

Se paralizó por un segundo mientras dejaba escapar el aire de sus pulmones ante el recuerdo, sintiéndose ligeramente abrumado. Divisó parte de su ropa desperdigada por el suelo y recogió su ropa interior antes de apresurarse a la puerta entreabierta que conducía al baño de la habitación. Vació su vejiga con la mente en blanco, pues tenía demasiadas cosas en que pensar pero ningún pensamiento coherente.

Se acercó al espejo encima del lavabo y vio su reflejo, casi como si quisiera comprobar que era el mismo Steve de siempre, como si quisiese ver si algo había cambiado en él. Pero no, era el mismo Steve Rogers de siempre; y, el saberse que no había cambiado, lo confundió más. Quizás en alguna parte de su ser había deseado encontrar alguna diferencia en él para entender por qué había hecho lo que había hecho, pero la única respuesta que obtuvo de su mente fue un severo "por que lo quieres". Cerró los ojos con fuerza para poder pensar lo que haría. ¿Se iría escondido haciendo parecer que nada sucedió? No, aquella era una idea ridícula y cobarde, debía hacer frente a lo que había hecho. ¿Le diría a Tony que fue un error, un desliz provocado por una calentura? No, eso era más ridículo, por qué claramente no había sido un simple impulso, no había sido un error. Él había besado a Stark por qué quiso, se había acostado con él por qué lo deseaba y, siendo sincero consigo mismo, seguía deseando estar al lado del genio, volver a besarlo y hacerle el amor tantas veces como se lo permitiera.

Se colocó la prenda que había tomado y suspiró para infundirse valor cuando entendió que era momento de enfrentar sus actos, ya había tomado su decisión. Se vio por última vez en el espejo antes de tomar el pomo de la puerta y girarlo con resolución y, al volver a la habitación, no se sorprendió de que efectivamente el genio estaba despierto, esperando sentado en la cama.

Las cortinas ya no estaban completamente cerradas sino ligeramente abiertas, y la habitación se iluminaba con los tenues rayos del sol. Steve desvió su atención al cuerpo desnudo de Tony, solo cubierto por una sábana en la parte inferior, y sintió la inmensa necesidad de regresar a la cama junto a él. Apreciar su cuerpo con mayor iluminación le remarcó lo hermoso que era, y en su interior surgió una ligera excitación. ¿Aún le quedaba alguna duda? ¿Aún podía intentar mentirse a sí mismo?

La respuesta era no.

—¿Te arrepientes?

La voz de Stark sonaba calma, pero tenía una ceja alzada. Parecía querer aparentar un aire de desinterés pero fracasaba enormemente, y eso le hizo sentirse un poco más aliviado al no ser el único teniendo inquietudes. Se acercó a la cama y se sentó en el borde, a un lado del otro.

El secreto de tus ojos (STONY)Where stories live. Discover now