El entrar en aquel estadio fue como una serie de fotos pasando rápidamente por un carrete de fotografía, tenía poco claro lo que estaba pasando y lo que había visto.
Me había perdido por unos instantes, no había nadie conocido a mi alrededor después de haber caído el primer misil a unos considerables metros de mi y por un momento temí de la soledad; solo estaba yo completamente derribada sobre el piso, un brazo herido con una sutura sangrando y múltiples lesiones en el resto del cuerpo.
El estadio estaba siendo bombardeado y centenares de personas estaban muriendo, los gritos despavoridos venían de todos lados así como los lamentos y maldiciones; el infierno no podía ser muy diferente de esto.
Una columna de concreto cayó a un costado de mi ubicación, arrebatando la vida de tantas personas como fuera necesario; estaba perdiendo toda esperanza.
— ¡Ji Soo! — Los gritos de Eun Yoo se escuchaban a la lejanía, gritos desesperados que no lograba distinguir en su totalidad por el ruido ensordecedor interno de mi cabeza. — ¡Ji Soo!
Solo había una razón por la que Eun Yoo estuviera gritando de esa manera y sin más entendí lo que estaba pasando.
Mi amiga se había ido.
Habían sido cuestión de horas para perder a dos personas importantes en mi vida a causa del feroz exterior que atacaba la ciudad; mi corazón estaba destrozado, pero ya no tenía ni siquiera fuerzas para llorar la muerte de la joven con quien instantes atrás había estado hablando.
Los pedazos de construcción seguían cayendo a mi alrededor y por más que luchara por levantarme o moverme sencillamente ninguna parte de mi cuerpo reaccionaba o no quería hacerlo.
Estaba inmóvil y consiente de todo lo que estaba pasando, tal cual una pesadilla.
— ¡Señor! ¡por aquí! — Un joven soldado me apuntó con su arma, dispuesto a matarme en cualquier segundo.
Frente a mi apareció un hombre de una notable edad mayor a la mía; su rostro era firme y un ceño fruncido decoraba aquella expresión frívola.
El hombre se inclinó hasta mi rostro y analizó de este como si se tratara de algo nuevo, miró a su subordinado y de un solo empujón apartó el arma de mi cabeza.
— ¿Puedes hablar? — Su voz retumbó con claridad en mis oídos. — Mi nombre es Kim Young Hoo. — Tomó mi brazo ensangrentado para confirmar que no había señales de auto curación.
— T/N — Balbuceé mejor de lo que esperaba.
Sin decir más, el militar me tomó con facilidad para ayudarme a incorporar; mis piernas ardieron por el dolor que me causaba apoyar los pies en el suelo, pero logré sostenerme.
— Te haré un favor, niña. Te daré un día más de vida.
[...]
— ¿Por qué tardaste tanto? — La sonrisa en mi rostro era tan grande que mis mejillas dolían. — Se supone que debiste haber llegado hace una hora.
— ¡Lo siento! — Hyun Su revolvió sus cabellos al pasar su mano por estos y correspondió mi sonrisa. — Venía de regreso de la universidad y en el camino me encontré esto.
El chico dejó un papel sobre mis manos y me miró con un brillo peculiar en sus ojos.
— Es un nuevo departamento, está mucho más cerca de la universidad y tal vez con el trabajo de ambos podamos pagarlo. Cualquier cosa es mejor que este lugar ¿no lo crees?
— ¿Un departamento? — Indague en la hoja una pequeña pista sobre el costo de la renta. — Hyun Su, no creo que podamos pagarlo, recuerda que mi empleo es becario y ...
Los brazos del chico rodearon mi cintura y sin más me acercó a él; el abrazo era exquisito.
— Solo imagínalo — Su voz era embriagadora y el cálido tacto de sus manos sobre mi cuerpo me incitaba a dejarlo hablar con el único propósito de no separarnos. — Nuestros amigos muertos se quedarán aquí y sus cuerpos se pudrirán poco a poco hasta que el hedor se vuelva insoportable.
Sus brazos comenzaron a apretarme con mucha más fuerza, tanta que me era difícil respirar correctamente.
— Morirás aquí sola si no vienes conmigo. Recuerda que no tienes a nadie, tu familia está muerta.
— ¡Hyun Su! — Grité.
Mis esfuerzos por liberarme eran en vano, su fuerza superaba la mía por mucho y me recitaba en la cara que no lograría ganarle.
— Te enterraré al igual que a todo tus amigos, T/N.
Aquellos huesos sobresalientes del brazo de Hyun Su atravesaron mi piel y lo único que pude ver fue aquel par de ojos negros que me miraban aclamando una victoria.
[...]
Desperté al instante que deduje que todo se trataba de una pesadilla; el frío caló mi cuerpo al notarse cubierto por sudor y mi respiración se reguló.
— Te quedará una cicatriz muy fea en ese brazo. — La misma voz de aquel militar me atacó por la derecha.
Al parecer nos encontrábamos en una clase de oficina de control del subterráneo perteneciente al estadio, la luz era tenue pero suficiente para divisar que no estábamos acompañados.
— Te ahorraré las preguntas. — El hombre dejó caer el peso de su espalda sobre el respaldo de una silla. — Estamos debajo del estadio es un refugio temporal en lo que decidimos que hacer. El estadio fue destruido por misiles y te salve la vida.
— Aún tengo preguntas, tus respuestas no fueron suficientes. — Recordaba el nombre del sujeto, Young Hoo. — ¿Qué hago aquí?
El hombre soltó una mirada fastidiosa y cruzó sus brazos.
— ¿No recuerdas nada? — Mordisqueé el interior de mi mejilla tratando de encontrar algo.
Fue como un destello el vivido recuerdo de la pelea que había protagonizado; mis mejillas se calentaron y por un momento sentí vergüenza de volver a mirar al militar.
— Quiero que hablemos de eso. — Dijo con cierto interés. — Y tenemos mucho tiempo para hacerlo.
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Is not a fairy tale •| Hyun Su |•
FanficEste libro está basado en la segunda temporada de la serie "Sweet Home" pertenece a Netflix y surgió como la continuación y final alternativo de mi primer libro llamado "Sweet Home" Hyun su
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