#28

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Yaoyorozu observó desde en medio del gran salón la hermosa decoración que sin dudas dejaría a sus invitados y a los invitados de sus padres felices y maravillados. Las cortinas oscuras, el suelo de cerámica brillante y listo para amortiguar y reflejar los pasos de bailes de todos. Las mesas decoradas con hermosos manteles negros y naranja, acompañados por calaveras, papel picado de colores y serpentinas en donde en cosa de un par de horas estarían los platos de comida y las bebidas. La zona del DJ estaba lista y bien posicionada, así como también los juegos de luces.

Hasta el momento todo parecía ir perfecto y así es como ella quería que siguiera hasta que los primeros invitados llegaran, posiblemente a eso de las 8 de la noche. Sus padres en esos momentos se hallaban encargándose de una reunión de trabajo que los había tomado por sorpresa, pero del que sin duda podrían encargarse y librarse antes de que llegaran los invitados.

Yaoyorozu aún no iba a preparase y tampoco lo haría hasta que se asegurara de que no se le estaba escapando ningún detalle. -Creo que estuvo bien elegir las cortinas color vino. Gracias por haberme ayudado con eso y con todo lo demás, Tsuyu. -Le agradeció la pelinegra a su amiga, quien había estado ayudándola desde la semana pasada con todos los preparativos de la fiesta.

-No te preocupes, Momo-chan, pero creo deberías dejar esto de lado y descansar un poco. -Después de todo, su amiga apenas y había dormido durante la noche por temor a que algo fuera a ocurrir a último minuto. Pero, claro, Asui solo sentía que su amiga se estaba preocupando demasiado por algo que para ojos de todos ya estaba terminado perfectamente.

-¡Ah, no te preocupes por mí! Quiero esperar a que sean las 6 para ir a la cocina y ver las preparaciones. -Porque debía asegurarse de que hubiera la misma cantidad de bocadillos en los platos y que los mismos estuvieran ordenados de forma precisa y bella sobre las mesas, en donde cupieran también las bebidas y el ponche. -Quiero que en cada zona exista la misma cantidad de comida y que todo sea equitativo.

-Yaomomo... -Ah... Su amiga era demasiado perfeccionista. -¿Y qué tal si esperas a que den las 6 y, mientras descansas, vas a ver a Todoroki-kun? Recuerda que está solo allá en el segundo piso.

-¡Ah, cierto! -Exclamó la chica pelinegra recordando que había dejado al híbrido en una de las habitaciones para invitados en el segundo piso. -¡Qué desconsiderado de mi parte! ¡Iré enseguida!

Se había olvidado que Todoroki se encontraba dentro de la casa de sus padres. El tema de la fiesta la había hecho olvidar incluso de ir al baño, por lo que apenas y recordó al híbrido la chica no dudó en subir corriendo las escaleras para ir a verlo, sin antes no agarrar dulces de un gran tazón para llevarle como muestra de disculpa.

Esa tarde le habían pedido a Yaoyorozu y Tsuyu que se llevaran a Todoroki para que lo cuidaran, ya que Bakugou se iría con Kirishima a la casa de sus padres y nadie estaría en casa para cuidarlo.

Ese día era Halloween y Todoroki desde la ventana había estado observando a decenas de "criaturas" cruzar las calles del jardín lateral de la casa de los padres de Yaoyorozu. Por esa razón no se vio molesto en cuanto la chica apareció luego de horas de abandono por su parte, pues el chico había estado tan entretenido observando a los humanos que no tuvo tiempo para pensar en su soledad.

Aunque tampoco fue motivo para no aceptar los dulces.

-¡Lo siento tanto, Todoroki-san! -Se disculpó la chica nuevamente tomando asiento en la cama en donde el híbrido llegó para atacar el botín azucarado. -Al menos te hubiera dejado algún libro para que te entretuvieras... Lo siento.

-No te preocupes, Yaoyorozu. Tsuyu dijo que estabas ocupada, así que no hay nada qué explicar. -Porque lo que sí hubiera sido un problema es que después sus padres se hubiesen enfadado con ella por no hacer sus mandados. -Además... He visto mucha gente pasar allá afuera.

¡Mamá, me casé con el perro!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora