CAPITULO 6 ↕ EMOCIONES EN DOS DIAS ↕

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Maratón 2/4
Para que vean que soy un pan de Dios ; )

↕ EMOCIONES EN DOS DIAS ↕

Mery

Sonrío contra la palma de mi mano tratando de no reír, sentía la sangre caliente en mis mejillas, y no lo voy a negar, me había sonrojado como un tomate. Me causaba cosquillas su nariz en mi cuello, olfateando que para él es un dulce aroma, que lo volvía loco según sus palabras. Una suave mordida hace que me sobresalte sobre el pasto y cause una risa ronca del chico que está a mi lado, una que era contagiosa devolviéndome la sonrisa que deje por el susto de su mordida en la parte más débil de mi cuello.

─ ¿Otra vez rojita? ─ levanta la mirada sobre mi hombro y su sonrisa hace que mi sonrojo aumente ─ adoro cuando te pones así.

Besa mi cuello, encima de la mordida.

─ ¿Adoras ponerme nerviosa?

─ Ajhm, ¿y sabes por qué?

─ ¿Por qué?─ pregunto. Mi voz sale como un susurro, sus brazos se envuelven en mi cintura. Descansa su barbilla perfectamente afeitada en mi hombro, rosa su pálida mejilla con la mía ardiente y sonrojada. Mira lo que se encuentra entre mis manos, mientras yo admiro su perfil con una pequeña sonrisa.

─ Porque me causas una ternura que dan ganas de comerte a mordidas─ su rostro se escabulle en la curvatura de mi cuello y me da otra mordida más intensa que me saca otro salto y encender mis mejillas aún más (si es que se puede), ríe más, siento mis pelos erizarse y estremecerme. Su agarre aumenta.

─ Nos pueden ver ─ le digo. Miro los alrededores técnicamente vacíos a excepción de una chica con los audífonos puestos y la mirada en un libro.

─ Es muy temprano ─ me suelta y se sienta a mi lado. Lanza su mochila azul marino con el logo de los Beatles en la mesa que había frente a ella, saco una casaca de su mochila y la acomodó sobre mis hombros ─ y hace demasiado frio, ¿Por qué no me esperaste en la entrada de tu edificio? Me preocupe hasta que Oliver me dijo que habías partido más temprano de lo normal.

─ Tenía que estudiar y con Ruby a mí alrededor no podía hacerlo.

─ Por lo menos ya no me jode desde que le dije de nuestra relación ─ lo miro.

─ Es mi hermana Jake, no hables así de ella por favor ─ estira su brazo para rodar mis hombros, mi mejilla izquierda choca contra su hombro y su mano frota mi brazo proporcionándome el calor necesario para estar a gusto.

Como estamos a mediados de año, el frio se intensificaba sin lugar a dudas. Jake y yo llevamos casi cuatro meses juntos, cuatro meses en los cuales me había enamorado sin remedio, cuatro meses que habían sido los más felices de mi vida. Dos meses le tomó conquistarme, su risa, su forma de ser, su amabilidad, su coqueteo, su corazón, todo me ganó. Nos volvimos amigos en los primeros días, pero luego....luego todo se volvió de lo más hermoso entre los dos.

No voy a ocultarlo, tuvimos pequeñas discusiones, como cualquier otra pareja, pero lo solucionábamos al final del día. De lo más que discutíamos era de sus celos que gracias a Dios, lograba controlar, pero era algo que me gustaba de él, me celaba sin armar grandes alborotos, solo con pequeñas inseguridades que se mostraban cuando un chico trataba de coquetearme pero que yo amablemente los rechazaba, tampoco quería hacerlos sentir mal, solo quería mostrarles que habían más chicas en el exterior. Jake al principio quería gritar a los chicos que lo intentaban, pero al ver mi manera de rechazar, me lo dejo todo a mí, claro sin obviar que no desaprovechaba la oportunidad de poner sus manos en mi cintura o besarme frente a quienes me miraban.

Obsesión CrecienteWhere stories live. Discover now