CAPITULO 4 ↕ ROJITA ↕

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↕ ROJITA ↕



Jake

─ Mery Merliah Foster Allen

Dios pero que mano más suave y pequeña.

Seguía sujetando su mano, y joder que no la quería soltar, ni dejar de mirar esos ojos profundos de un azul llenos de vida y entusiasmos, me sorprendía la mezcla de colores que había dentro de ellos, me sorprendió la primera vez que la vi, se veía tan frágil y muy tímida, y ese rubor en sus mejillas la hacía ver demasiado tierna.

Dan ganas de comerla

Su disculpa por algo que ni me habia ofendido me tomo desprevenido, no esperaba que se fuera a disculpar, ni mucho menos presentarse, pensaba que me miraría con coquetería u odio por como acabaron las cosas en ese momento.

Si, que me equivoque

Espera, ¿Qué?

─ ¿Foster?

─ Si, Foster Allen ─ no puede ser.

─ ¿Allen?

─ Em si... este... ya debemos ir a la siguiente a la clase─ sus mejillas adquirieron color nuevamente ─se nos hace tarde ─ su voz se escucho como un susurro.

─Si....claro.

Con la cabeza baja cargo su mochila por su hombro derecho y camino a entre los pupitres. La seguí sin decir nada más.

¿Foster Allen?

No podía ser cierto, no podía ser una Foster, no se notaba, sus padres eran muy diferentes cuando los había visto con respecto a la personalidad, aunque físicamente....

Me imaginaba que era esa la razón de que no reconociera mi nombre ni mi apellido.

No le hablaron del tema aun

Su andar no era como la de las demás, no se movía provocativamente, simplemente caminaba recto pero a la vez con elegancia, con seguridad pero sin prepotencia, y los que la rodeaban no la miraban con miedo, más la miraban con envidia, pero.... ¿Por qué?

─ Aquí es historia, gracias a Dios el profesor aun no llego─ se adentró en el curso y sin ni un remedio la seguí, era exactamente igual al otro curso que entre pero la diferencia era los grandes carteles de mapas e historiadores del país, no me pareció interesante en lo absoluto ni me interesaba asistir a estas clases, llevaba la segunda semana de clases si, pero aun así, de no ser porque me mandaron aquí en contra de mi voluntad me hubiese ido, es más, de no ser por la chica frente a mí me hubiese ido, la curiosidad me carcomió de saber quién era, unos ojos así no se podía ignorar fácilmente, esa profundidad, esa manera de mirar, sin ningún tipo de maldad, de perversión, de hipocresía. Había captado mi atención en cuestión de segundos, algo que no muchas lo hacían, y menos de la forma en la que le miraba.

Estaba completamente hipnotizado

Caminó hasta la última fila, al igual que el anterior, este tenía los asientos compartidos, su mano palmeó el lugar vacío a su lado con una sonrisa de boca cerrada, de verdad que no lo pude evitar, le mostré la misma sonrisa.

─ ¿y de dónde eres Jake? ─ juntó sus delgadas dedos, sus uñas perfectamente cortadas estaban pintadas de color transparente.

─ De Canadá

─ ¿Por qué estás aquí?

─ Trabajo de mis padres

─ Woh, y ¿Cuántos años tienes? ─ no siguió con el tema, no parecía una cotilla.

Obsesión CrecienteWhere stories live. Discover now