Prólogo

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Su agitado corazón resonaba en sus oídos, las criaturas metálicas los habían sorprendido a las afueras de la ciudad

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Su agitado corazón resonaba en sus oídos, las criaturas metálicas los habían sorprendido a las afueras de la ciudad. Eran demasiados para tres cazadores y medio.

Lo único que podía escuchar eran los sonidos de cuchillos chocando contra metal. Apretó con fuerza su cuchillo serafín mientras un autómata se acercaba a ella. Éste carecía de cabello y ropas, era sólo metal y eso lo hacía más terrorífico.

Se agachó para esquivar un golpe que iba directo a su cara pero la criatura pateó su estómago y la empujó contra una pared. Su espalda impactó de manera violenta e hizo que le ardieran los pulmones en busca de aire.

El autómata apretó su brazo para que soltara el cuchillo, estaba segura de que eso dejaría marca. De su falda sacó una pequeña daga con la que pudo cortarle una mano, si la podía llamar así.

Aprovechó la distracción de la criatura para empujarlo y salir corriendo lo más rápido que podía. El vestido no la dejaba correr, la falda era muy pesada y el corsé le impedía respirar correctamente. Se arrepentía de haberle hecho caso a Jessamine, su traje de combate hubiera sido de mucha ayuda en este momento.

Agarró la falda tratando de que no toque el suelo y siguío corriendo, no tenía otra forma de sobrevivir. Sintió fuertes pisadas detrás de ella, parecía más de una.

Para su suerte o desgracia se adentró a un callejón. Su estela había quedado en el instituto, lo único que todavía conservaba era la pequeña daga. Sentía como las paredes se volvían cada vez más pequeñas, el golpe que se había llevado la había mareado.

Dos autómatas ingresaron al callejón, retrocedió lentamente. Debía hallar la manera de salir de ahí. Will y Jem no estaban para ayudarla, debía encargarse ella misma. Aunque rogaba por ayuda.

Al parecer, el ángel escuchó sus plegarias, un círculo dorado apareció en su campo de vista, era un portal, Magnus le había hablado de ellos. No sabía que podía pasar pero era su única opción, así que se mentalizó en el instituto y saltó.

Su cuerpo se sintió pesado y ya no sabía si era por el golpe o por el portal. Vió a una chica pelirroja apenas saltó pero su cuerpo ya no respondía. Lo último que recordó fue haber llamado a Will para luego sumergirse en la oscuridad.

NOTHING BREAKS LIKE A HEART-shadowhuntersWhere stories live. Discover now