Han pasado 20 años de lo ocurrido en "Tierra de Pasiones", una nueva generación de hermanos Montenegro son los protagonistas de apasionadas e intrigantes historias.
Emmanuel es un chico rebelde que desafía el machismo del pueblo en el que vive levan...
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Desde que tenía 12 años, Andrés Duarte creyó que el nombre de su padre era Lucio Montenegro, eso fue lo que Fabio, su madre, le dijo, pero nunca le dio más detalles.
Andrés siempre se preguntó cuál era la razón del silencio de Fabio.
Han pasado varios años y hoy parado frente a la tumba de su madre en el panteón de Montecristo, Andrés continúa haciéndose la misma pregunta.
De pronto, una voz conocida resonó a sus espaldas diciendo: ¿Andrés? ¿eres tú?
El pelioscuro volteó a ver de quién se trataba y al reconocerlo respondió: sí, soy yo, padre Lorenzo...
El padre Lorenzo es un hombre de 71 años de edad y conoce a Andrés desde que era un recién nacido, fue él quien lo bautizó y quien le dio la primera comunión... al pelioscuro nunca le gustó ir a la Iglesia, sin embargo sabía que su madre iba constantemente a platicar con el sacerdote, era quizás el único amigo de la familia aunque a él no le agradara.
El cura se acercó a Andrés y acarició su cabeza fraternalmente al tiempo que le decía: me da gusto verte, hace mucho que no lo hacía.
A: ¿qué hace usted aquí?
L: todos los fines de semana acostumbro a venir a dejarle flores a Fabio... sé que él no tiene más familiares que tú y parece que a ti no te agrada venir a este lugar...
A: ¿me reclama?
L: no tengo derecho a hacerlo, pero te confieso que me sorprende y me alegra encontrarte aquí... después de la muerte de Fabio te vi muy pocas veces y luego supe que te fuiste de la ciudad... ¿por qué regresaste?
A: porque vengo buscando respuestas...
L: ¿respuestas?
A: sí, quiero saber la verdad de mi origen... hace unos instantes le pedía a mi madre una señal para conocer toda la verdad y usted aparece como un enviado del cielo...
L: no entiendo lo que me dices...
Andrés habló con voz firme: quiero que me diga el verdadero nombre de mi padre, quiero saber por qué mi madre nunca me habló de él... y no me diga que no lo sabe porque usted era el confesor de mi mamá... se lo ruego padre, dígame la verdad... en el nombre de Dios le suplico que me lo diga...
El viejo sacerdote guardó silencio unos segundos y después dijo: permíteme hacer una oración en la tumba de Fabio y después iremos a la Iglesia, ahí te diré todo lo que quieras saber...
