5.Enfadarse por tonterías

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-¿Vamos yendo de vuelta? -preguntó Eric en una calle del casco antiguo despues de haberse doblado de la risa junto a su hermano por un chiste algo verde que contó.

-¡Jo, noooo! yo quiero que caminemos más. -se quejó Fernando- ¡Porfa!

-Lo siento, pero se hace tarde. De todas formas no te preocupes, aún queda un buen trecho hasta casa.

-Vaaale. -suspiró con resignación.

Los dos hermanos pusieron rumbo a su casa sin pronunciar palabra alguna. Ninguno supo por qué, pero ya no habrían más risas, ni más chistes verdes, ni nada...un aburrimiento. A mitad de camino el rostro de Eric se apagó, se convirtió en una cara preocupada. Y no es que su hermano no se percatara de ello, sino que no se atrevía a preguntarle porqué estaba así. Eric miró que no hubiera nadie en la calle en la que estaban, y al ver que estaba desierta, se detuvo y cogió con suavidad el brazo de su hermano.

-F...Fernando, creo que debo...ehm...debería contarte algo. -dijo con cara de preocupado.

-¿El qué? -preguntó de un modo raro, como una rana croando, y se aclaró la voz.

-¿Recuerdas lo que no te dije sobre papá? -preguntó Eric, se puso serio.

-No puedo recordar algo que no me dijiste ¿No?

-Bueno. Ayer en la cafetería estuvimos hablando, no sé, de mi viaje como entrenador pokemon y entonces tu preguntaste sobre algo relacionado con papá, y yo no te lo dije ¿te acuerdas? -aún le sujetaba del brazo.

-Sinceramente...no.

Eric era incapaz de explicarse en ese momento, su frustración crecía a cada segundo. En otras ocasiones cambiaría de tema, pero lo que iba a degir era demasiado importante , era posible que equivocado; pero sin otra intención que la de no estar solo guardando el secreto de su padre, quiso que lo supiera.

-Verás, antes tengo que saber si de verdad quieres que te lo diga, porque puede ser que te resulte incómodo...y de ser así tienes que prometer que nunca hablarás de esto con nadie que no sea yo ¿Entendido? -dijo Eric.

-Eric, esto se está volviendo demasiado raro.

-¿Quieres que te lo diga?

-Yo...

-Contesta de una vez -le soltó del brazo.

-No, no quiero saberlo. Me estás asustando.

Eric asintió y se puso en marcha hacia casa.

-Entonces olvida todo lo que he dicho y vamos a casa...todo está bien...bien... -dijo Eric.

(En realidad no estaba nada bien; estaba solo)

Fernando pensó en su redacción (descriptiva) lo que les quedaba de trayecto. Y sacó ideas estupendas para mejorarla, y una de ellas fue muy buena. Dudó un segundo de que Ratita fuese la mejor opción, también estaba su hermano. Se lo pasó bien al principio, pero la vuelta había sido mucho más que desagradable, aun así, se quedó con lo positivo. Lo decidió en apenas segundos. Después de que la rehiciera, y si salía bien, se la dejaría a Eric para que la viera y opinara. Seguro que le encantaría, y ¿por qué no? Se la enseñaría a sus padres, y a ratita se la leería en voz alta, para que pudiera disfrutarla como los demás. Él también formaba parte de aquella redacción. Hasta le gustaría a Lorena, la profesora, cuando la corrigiera. A ella normalmente le gustaban las redacciones de Fernando, y en más de una ocasión afirmó que era el mejor redactando de la clase. Las notas que sacaba eran sietes y ochos, y encima le bajaba puntos por las faltas de ortografía. Odiaba ver la hoja devuelta con un montón de tachones rojos. Y odiaba todavía más que le bajara la nota por esa tontería de las faltas, ya las mejoraría algún día, para él era más importante el contenido de un texto. Pues tenía toda la razón...sin embargo eso de la ortografía era una cosa muy importante, para dar a entender que sabía escribir, es decir, para que le tomaran en serio por allá adonde iba. Lo único que se le ocurrió era procurar ser cuidadoso cuando la escribiera, y detenerse ante alguna palabra "difícil" para meditar o preguntar. Daba igual cómo, pero el escrito debía estar lo mejor posible antes de llegar a Lorena. Y tal vez llegara a un nueve o un diez. Se engañó haciendose creer que nada más llegar a casa se pondría manos a la obra, y que para la hora de la comida ya habría terminado por lo menos la mitad.

Ratita, un simpático pikachu olvidadoWhere stories live. Discover now