—¡Es una rrama, mami tonto!

—¡Oye, no soy tonto!

La enorme carcajada del niño termina llenando el espacio vacío entre árbol y árbol. Harry se contagia de inmediato, llevando su cabeza hasta atrás, riendo con más intensidad que el pequeño.
Ambos detienen su paso y solo se dedican a compartir sus risas y es todo lo que Harry necesita para sentir su alma completamente feliz.

El resto de la hora, ambos se dedican a pisar fuerte sobre las hojas, provocando que el crujido de estas sean la melodía que les acompaña, junto al viento refrescante de otoño, y vuelven a casa tomados de la mano contando del uno al diez entonando una canción infantil que Kenai escuchó en internet unos meses atrás.

Cuando abre la puerta, Harry nota que Zayn aún no está en casa, y decide preparar galletas de avena para cuando el omega regrese.

(...)

Honestamente, hace bastante lunas atrás Louis perdió la cuenta de las noches que ha pasado en vela pensando en Harry.

Esta noche, particularmente, el vino tinto en la copa que sostiene entre sus dedos tiene el sabor más amargo que alguna vez sus papilas gustativas han tenido la desdicha de saborear. Le desagrada, como, realmente repudia el sabor, y solo puede vaciar el contenido en el lavabo de la cocina y fruncir las cejas porque la noche anterior el vino estaba realmente bien.

Le parece tan molesto encontrar disgusto en las cosas más simples, y es doloroso para él saber que no hay nada que pueda hacer que le mantenga contento por más de una hora. Ahora es un alfa aburrido, molesto y que está constantemente pensando en huir de la ciudad por más tiempo del que podría permitirse.

¿Es que acaso ya ha caído, finalmente, en la locura? Es como si últimamente todo estuviese hecho para disgustarle, y la expresión contraída y el ceño fruncido ahora abandona su rostro solo un par de veces al día, haciéndole ver amargado, o como si estuviese pasando por el celo más doloroso, solo.

Por supuesto, Louis sabe que nada de esto ocurre realmente, y él se atreve a ser un holgazán y solo llamar "falta de sexo" a lo que es la tortuosa pena de no poder ir a tomar el corazón de un solo omega y volverlo suyo, como, realmente suyo, con todo lo que la palabra podría implicar.

Le molesta cuando los pensamientos acerca de Harry se introducen lentamente en su mente fuera del tiempo que tiene estipulado para pensar en él. Louis no sabe qué, pero el omega ha hecho cosas en él, en su pecho y en su alma. Ningún omega podría invadir los pensamientos de alguien más de la manera en la que el dueño de los ojos verdes lo hace ahora. Piensa en él por tanto tiempo, que Louis constantemente está perdiendo el hilo de su rutina diaria, en su trabajo, o en su propia casa.

Probablemente se ha vuelto un enfermo, y a Louis no le disgusta tan solo porque Harry es la razón de su desasosiego.

Cuando cae en su cama, enorme para una sola persona y demasiado fría para que una sola persona pueda entibiarla, la desdicha se larga solo por un momento, y le permite descansar soñando con los ojos verdes que parecen haber robado los secretos del bosque encantado.

   

(...)

  

El celo de Harry llega demasiado pronto, y le ataca tan fuerte como una bala haciéndose camino entre los tejidos del miocardio, haciéndole llorar de frustración y gemir de necesidad, con el calor atado a su garganta y el desespero colándose entre las hebras de su cabello.

Apenas es la primera noche, y está atacándolo tan fuerte que no desea imaginar cómo vivirá con el dolor durante las siguientes horas. Él no puede gritar, pese a que sus cuerdas vocales vibran deseando llenar la habitación, y el vecindario entero, de todo lo que Harry tiene para ofrecer.

Amateur ꩜ abo! larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora