XIX| estas diciendo una edwardada

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—Oh, aquí fijaré la eternidad de mi descanso y liberaré a mi carne del yugo de las estrellas. Ojos, mirad por última vez. Brazos, abrazad por última vez y labios, puertas del aliento, sellas con un casto beso un eterno pacto con la muerte — dijo la chica sin titubear.

—Muy bien, sería un éxito si dejara de distraerla joven Cullen— lanzó un marcador al chico que rió.

—Lo siento.

[...]

—Ese vestido te queda estupendo— sonrió Emmett colocando una mano en la cintura de la chica que admiraba aquella pintura.

—¿son ellos?— cuestionó cuando una imagen apareció en su mente unos segundos.

Tu debes de ser Venus, ¿no?

Era el mismo hombre de cabellos largos que sonreía a la chica mientras preguntaba aquello.

—Los Vulturis son una familia muy antigua y poderosa— explicó confirmado a la chica que si eran ellos— en mi mundo, son lo más parecido a la realeza.

—Ese es Carlisle— señaló al hombre quien estaba detrás de ellos, no preguntaba pues era obvio que era el.

—si, vivió con ellos unas décadas— asintió— los descubrió como muy refinados, sin respeto alguno por la vida humana. Al menos si respetan las artes y la ciencia— Venus no podía sacarse al peli negro de la cabeza— pero por encima de todo la ley.

—¿los vampiros tienen leyes?— quito su mirada de la pintura pues si seguía se volvería loca tratando de averiguar quien era aquel hombre.

—no muchas y sólo una es obligatoria de cumplir— se giró mirando a la chica fijamente, mirando sus ojos fijamente— debemos mantener la existencia de los nuestros en secreto, no nos exhibimos en público y no matamos de manera que llame la atención. A menos, claro, quieras morir.

—Adoro este tipo de cosas pero tienes que dejar de hablar de ellas— se puso de puntilla la chica para besar su mejilla— no puedo imaginarme a alguien haciéndote daño.

amor, lo único que puede hacerme daño eres tú— tomó su mano— no puedo imaginarme perdiéndote.

—no es cierto, la pelirroja vendrá por nosotros y lo sabes— golpeó su hombro.

—¿victoria?— negó con la cabeza— algún día vendrá por mí o Edward, tal vez ambos pero alice lo verá y estaremos listos para detenerla.

La chica negó abrazándolo.

—Con todo lo que se puedo ser letal para un humano— se refirió a sus dotes de pelea— ¿imaginas convertida? Podría defenderte.

—Soy el uno de los vampiros más fuertes del mundo, no tienes que defenderme— colocó sus manos en ambas mejillas de la chica presionándolas y causando un puchero en los labios de la chica para luego besarla— eres hermosa.

ti amo— sonrió esta acurrucándose contra su pecho— ¿vendrá por mi no?

—es de lo único que nunca podré protegerte— sonrío de lado refiriéndose a la sonriente castaña que entraba en la habitación— mi hermana.

𝐕𝐄𝐍𝐔𝐒 | 𝙀𝙈𝙈𝙀𝙏𝙏 𝘾𝙐𝙇𝙇𝙀𝙉  ✔️Where stories live. Discover now