Capítulo 16

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«¡Yo nunca voy a quererte!»

"Creí encontrar una manera

Creí encontrar una salida

Pero de mi mente jamás te irás..."

🌊

Sintió nervio a nervio el dolor, no sólo de su cuerpo herido, si no de su pobre corazón.

Ahogándose por dentro, desbordando lágrimas ya, sin recato, previendo temerosa su propio destino.

En cuanto Loki la soltó, la muchacha se deslizó hasta el suelo, demasiado débil y adolorida para sostenerse; primero suave como el río, luego bruscamente, golpeandose contra la superficie helada, quedando a los pies de su atormentador eterno una vez más.

Ya no quería pelear más, no quería sentir más aquella pena.

Resignada, y sin fuerza para huir, contempló su miseria; No encontraba una salida, sólo el simple consuelo de plañir y lloriquear en tormenta incontenible.

Buscando algo de luz, algo dentro de ella la obligó a levantar la vista. 

Loki la miraba desde lo alto, satisfecho; saboreando aún las réplicas de aquel éxtasis que ella le había proporcionado.

La morena jamás se había sentido tan derrotada y minúscula. Postrada, de rodillas, como el dios había deseado verla por tanto tiempo, rendida y sin voluntad.

Tenía una mirada triste, perdida, como si hubiera consumido toda esperanza.

—No me mires así, preciosa. —se burló él al denotar en esos ojos inocentes y profundos todo ese abatimiento—Con el tiempo te habituarás.... al igual que la tierra entera. 

No podía creerlo. Lo escuchaba hablando de ese modo, lleno de soberbia, orgullo, de modo tal como si se viera a sí mismo como el gobernante absoluto de aquel mundo, lleno de ambición, cegado por ese odio venenoso.

Loki la sujetó con suavidad del brazo, haciendo que su pequeño cuerpo se pusiera nuevamente en pie; luego, la rodeó por la cintura, ajustandola a su torso de claro marfil, enfundado una vez más en su negra armadura.

Al verlo, la midgardiana se sintió diminuta como una hormiga, no únicamente por la evidente diferencia de altura, que la obligaba a inclinarse hacia atrás para poder contemplar ese rostro ensombrecido, lleno de arrogancia, sino también por el reflejo de aquellos ojos. 

Irradiaban gran satisfacción y superioridad, mientras que en los de ella no se hallaba más que profunda aflicción; contemplandolo todo en el destello de aquellas profundas lágrimas que le adornaban las rosadas mejillas.

De pronto, sintió el la mano jotun recorrer su mejilla, desde lo alto de su pómulo hasta su barbilla redondeada.

Tan helada, pero también tan terriblemente suave y delicada como el terciopelo sobre su piel de niña, que Vainui tuvo que obligarse a no cerrar los ojos ante el estremecimiento que le provocó esa caricia.

El dios la observaba con grandioso esmero, llenándose de esa belleza que tanto había echado de menos, que tanto admiraba; la calma que lo embargaba cuándo se sumergía en esos dulces ojos del color del mar, el calor que irradiaba su glorioso cuerpo y su piel canela; la inocencia otorgada por los rubores de su dulce cara, llenando de lozanía su esencia entera.

Finalmente, la tenía entre sus brazos y la había reclamado como suya una vez más. 

Deslizó sus dedos hasta su cuello, justo en el hueco entre sus clavículas, donde reposaba la joya que en algún momento Loki había obsequiado a la joven. Cuándo lo que sentía era aún puro. 

K A N A L O A ©  [Loki Fanfic]Where stories live. Discover now