Capítulo Uno

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- ¡Moriré Virgen! – Pensó Valentina Carvajal mientras salía del restaurant donde se había llevado a cabo su última cita. A sus veinticinco años, era frustrante ese pensamiento. Toda la culpa la tenían los estúpidos de sus hermanos.

Valentina era el sueño de cualquiera, alta, delgada y con unos ojos expresivos del color azul, tan azules como el cielo en una mañana soleada. Valentina eran de las personas que entraba a un lugar y era imposible no notarla, fueras quien fueras. Pero todo eso valía un tremendo cacahuate cuando se refería a los Carvajal.

Pensó que su sufrimiento se detendría al terminar la Universidad, donde había estudiado periodismo con un master en administración de empresas; para Evangelina Carvajal eso no había sido suficiente. Ni siquiera lo fue cuando decidió irse a vivir sola.

Obviamente Eva, había movido sus cartas y había dispuesto para ella un "departamento", en realidad era más un Penthouse que otra cosa, en una zona exclusiva cerca de la empresa, porque según Eva, ningún hijo de León Carvajal se rebajaría a menos.

Eva estaba loca.

Si pensó que así sería un poco mas libre, pues: "No mi ciela". Ese había sido un motivo más para triplicar los cuidado, "Vale cualquiera se podría aprovechar de ti" había dicho la mayor de las Carvajal, cuando le entregó las llaves del departamento.

No le sorprendía porque estaba soltera. Aunque la canción dijera que eso estaba de moda, después de tanto intento había caído que eran puras pendejadas.

En cada oportunidad que había tenido para eliminar la frustración, por alguna extraña razón, siempre aparecían de forma inesperada alguno de los otros dos Carvajal. Solo de acordarse de la última vez que lo habían hecho mientras estaba disfrutando de una buena velada con su ex –novio, se le revolvía el estomago de coraje. Charles no había tardado mucho en cortar con ella pocos días después, tras conocer a su hermana. Se fue, así, directito y de regreso a Canada.

Estúpidos hermanos, pensó mientras seguía caminando en una de las calles para subir a la camioneta donde Alirio la esperaba.

No sabía que mal había hecho en su vida anterior para ser castigada con hermanos sobreprotectores, no solo la vida le había quitado a su mamá y a su papá, sino también la había castigado poniéndole a Evangelina como su hermana mayor, y como su tutora, hasta que cumplió con la mayoría de edad. Como si su hermana no tuviera cola que le pisara.

No entendía como Mateo la soportaba todos los días. Ese hombre era un Santo. Valentina amaba a Eva, era su hermana después de todo, y entendía que al quedarse huérfanos a temprana edad, Eva había asumido toda la responsabilidad de los Carvajal, familia y empresa. Llevaba con Mateo casi toda la vida y tenían una linda niña, a quien Valentina adoraba.

Después estaba Guille, mientras no se dejara intimidar por Eva, todo estaba bien. La aconsejaba y la apoyaba, se contaban todo, bueno, casi todo. Guille era especial. Era el clásico niño rico que quería jugar de vez en cuando al Chico Malo, al aventurero, a ser libre. Era guapo, rico, con miradas de niño bueno que después se podían convertir en miradas de seducción. Guillermo de inocente no tenia nada. Y así estuvo mucho años, con una larga lista de corazones rotos, en casi casi un World Tour. Hasta que conoció a Renata. Guillermo nunca se había puesto las pilas y amarrado los pantalones en contra de Eva, hasta que Eva se había propuesto eliminar a Renata de sus vidas (despidiéndola, no matándola, cabe aclarar). Fue ahí cuando las hermanas Carvajal supieron que su hermano iba en serio con la secretaria (palabras de Eva). A ella le caía muy bien Renata.

Llegó hasta la camioneta donde Alirio la esperaba con la puerta abierta.

-Señorita.

Raro en ella, Valentina no le contestó solo refunfuño la dirección a la que dirigían, si Alirio notó su enojo y su frustración el hombre no dijo nada. Respiro profundamente transando de calmarse. Toda esta situación era como una broma. Las revistas, los programas y los blogs la habían considerado en la lista del top 5 de las solteras más elegibles de la Socialité Mexicana y estaba en el top 10 de las solteras mas codiciadas. Y todo eso valía una reverenda pendejada, cuando no podía encontrar a su hombre ideal. Debía de dejar de leer tanta novela de romance.

Desde su transición de la pubertad a la adolescencia, supo que tanto Guille como Eva, serían un dolor en el trasero. Más cuando se les unía todo el personal que trabajaba en la "Mansión Carvajal". Hasta Chivis y Tiberio se unían en la campaña de "Preservemos la Virtud de Valentina".

No solo se había encargado de alejar a Yago su primer novio, sino a Ghassan también, y la lista no terminaba ahí, oh no, ella no tenía la culpa que la población masculina la notara y la encontrara deseable. El colmo fue cuando alejaron a Luis Nogueira, Valentina sabía que su hermana había tenido mucho que ver ahí.

Había llorado semanas por Lucho, había creído amarlo y que era el indicado, pero Eva y sus secuaces, habían pensado diferente. Había odiado a Eva por arruinarle la vida.

¿Qué era lo que querían?

¿Qué muriera sola y virgen?

¡Virgen!

Tenía 25 años, sabía lo que quería de la vida, tenía un trabajo estable (el ser dueña del 30% de todos los negocios Carvajal ayudaba), tenia voz y voto en las decisiones de las empresas, una sección popular en el periódico, algunas inversiones en una pequeña empresa, que hacía mucho había dejado de ser una PYME para convertirse en el inicio de una gran empresa, sorprendiendo a muchos. Tenia un pequeño y adorable cachorro llamado Bernie, que le hacia compañía en las tardes lluviosas y solitarias, ¿Qué mas querían sus hermanos?.

Que llegara un príncipe azul, en su caballo blanco, para que se casaran en su castillo y tener un montón de bebés chiquitos y bonitos, ¿todo bajo la previa supervisión de Evangelina?.

Hubo un tiempo en que ella quería lo mismo, quizás no así, tal cual, pero si una persona a quien amar y que la amara, una casa en el campo o una casa como la de Valle, y un par de niños, pero sus hermanos también se habían encargado de alejar esos sueños. Muchos decían que era difícil, pero no, en realidad era selectiva. Su hermana la odiaba esa era su conclusión.

Ni siquiera notó que ya había llegado a su destino, despidió a Alirio y subió en el elevador, llevándola casi al último piso, salió de el y tocó fuertemente la puerta, quería gritar de frustración, necesitaba un fuerte vaso de mezcal, diablos, no solo un vaso, toda la botella completa. ¿Por qué no se apuraba a abrir?

Tocó fuertemente de nuevo, sin importarle lo que pensaran los vecinos de ese edificio. Solo quería descargar todo su enojo, su frustración, su soledad.

La puerta se abrió de pronto, impidiéndole tocar de nuevo, el rostro de la persona que le abrió la puerta paso del enojo a una enorme sonrisa.

Valentina sabía que estaba haciendo un puchero pero no lo importó - ¡Odio a mis hermanos! – Dijo con voz nasal, no sabía que estaba llorando. Otra cosa más para odiar a los estúpidos de sus hermanos, ella nunca lloraba. Bueno, casi nunca. Se limpió bruscamente las lágrimas derramadas, odiaba que su mejor amiga la viera así.

Una sonrisa torcida se curvó en el rostro de ella, la cual Valentina no notó, sabía que su mejor amiga la golpearía si hacia algún comentario, Valentina a veces podía ser bastante violenta. Así que solo abrió la puerta y se quitó del camino de la furia Carvajal, dejándola pasar a su departamento.

Si, sería una noche interesante para Juliana Valdés.

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Mi primer intento en fanfics y en una adaptación. Creo que atosigué a la autora, gracias, por la paciencia y el compromiso. La historia es de HP, me prestó la historia y me ayudó con las modificaciones, porque según ella, si se "adapta" se tiene que adaptar bien. Me pidió dos cosas, que cuidara su historia y que se hiciera la aclaración que la historia original es de ella (antes ya la habían plagiado con otra historia). Es la primera vez que presta una historia para otro fandom o pareja. Muchas gracias. 

Con Sabor a MezcalWhere stories live. Discover now