Por favor, cena conmigo.

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-Sí Jerry, no te preocupes.

-Vale... Adiós.

-Adiós.

Jerry colgó el teléfono a regañadientes. Sabía que Alan era buen chico, y que tenían que pasar tiempo juntos, pero aún así, no le hacía mucha gracia. Kat había cambiado, pero Carter y ella se conocían de antes, y ambos tenían las mismas raíces. Y eso, en algún lugar dentro de él, le preocupaba un poco.

° ° ° ° ° °

Tara y Sean caminaban por la calle principal, ella lucía una brillante sonrisa porque acababa de recibir una noticia genial. Cloe, su mejor amiga, la única que conservaba después de tantas mudanzas a costa del trabajo de su padre, vendría a pasar las Navidades con ella. Hacía mucho que no la veía, e iba a ser genial tenerla en casa en las vacaciones.

Sonrió una vez más y apretó la mano de Sean.

-Te invito a cenar.

-Sean, no... No es necesario...- Tara sonrió tímidamente.

-No hemos tenido ninguna... Ninguna cita, Tara.

-En mi vida he tenido novio, hablar contigo sin que me avergüence ya es un logro.- la chica caminó por la acera, con Sean a su lado.

-Por favor, cena conmigo.

-Tengo que preguntarle a mi padre... No creo que acepte que tengo novio y... Es complicado.- el chico se paró en seco en frente de Tara.

-Vamos, solo una cena, te devolveré a casa sana y salva.

-De acuerdo.- Tara esbozó una sonrisa y siguió caminando. -Sean, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Sí, claro.- sujetó su mano con fuerza y sonrió.

-¿Cuando piensas invitarme al baile de Navidad?- Tara soltó una carcajada.

-¡Iba a hacerlo esta noche! Nunca se te escapa nada, ¿verdad?

° ° ° ° ° °

Kat bebió su Coca-Cola mientras Alan la observaba.

-¿Qué?- la chica sonrió y él la imitó.

-Nunca habías aceptado a comer conmigo.- rió.

-Nunca me lo habías pedido.

-No me habría atrevido.- Alan se inclinó hacia delante, apoyando sus codos sobre la mesa.

-¿Y por qué ahora, Carter?

-A veces me acuerdo de los viejos tiempos, de cuando me sonreías más a menudo y no odiabas a la mayoría de la gente.

-Oh. Es eso. Empecé a escuchar alternativo, por eso odio a la mayoría de la gente.- Alan se rió.

-No, en serio.

-No te odiaba a ti, si te sirve de consuelo. En realidad no odio a la gente. Odio su forma de actuar, como si lo que importara en realidad fuera un bolso de Cartier y... No sé. No culpo a las personas de que no se den cuenta de lo que es vivir realmente. Agradezco que yo me diera cuenta a tiempo.

-Perdona, no pretendía meterme en tu vida.

-No importa.- ladeó sus labios.

-¿No es ese tu novio?- el chico señaló a Jerry con la cabeza, que esperaba en la puerta de la cafetería.

-Sí. Me tengo que ir. Había quedado con él... Lo siento.

-Tranquila, no importa.- se encogió de hombros mientras Kat se colgaba su mochila y se levantaba.

CicatricesWhere stories live. Discover now