Por favor, cena conmigo.

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Dio la última calada a su cigarrillo, el humo que salía de su boca era más espeso al mezclarse con el vaho causado por el frío. Lo tiró al suelo, apagándose con la nieve. Caminó hacia el edificio a duras penas, ajustándose la mochila al hombro mientras intentaba recordar las fórmulas del examen de Química, el cual sería el último del trimestre.

Entró en el vestíbulo, dejando al descubierto a demasiados adolescentes nerviosos y alterados, por los últimos exámenes y las notas que se les venían encima.

Kat suspiró y entró en el aula, sentándose en su sitio de siempre, colocando su calculadora y su bolígrafo cerca de ella.

-¿Preparada para el último?- la sonrisa de Alan la pilló desprevenida, mientras se quitaba su cazadora.

-Hemos estudiado más que suficiente, Carter.

-Claro. Mucha suerte.

-Igualmente. Recuerda que tu nota es la mía.

-Lo tendré en cuenta.- el chico sonrió de nuevo y se sentó en el pupitre de al lado, al mismo tiempo que la profesora de Química irrumpió en la clase.

-Vaciad vuestras mesas, por favor. Tenéis una hora, podéis darle la vuelta a vuestros exámenes.- la profesora Murray repartió las hojas de los exámenes sonriendo mientras cada alumno se preparaba para ello.

Alan acabó de los primeros, entregó el examen y salió al pasillo.

Kat tardó tan solo unos diez minutos más para comprobar que el chico la esperaba a la puerta.

-¿Y bien?

-Creo que me ha salido bien. ¿Y a ti?

-Genial. -el chico sonrió orgulloso mientras se colgaba la mochila. -Estoy tan contento que me siento dispuesto a invitarte a comer.

-No me parece buena idea.

-¿Por qué no? Prometo intentar no hablar sobre fútbol. Solo esta vez, Kat

-No me llames así, por favor.-la chica sacó su paquete de cigarrillos del bolsillo de su cazadora. -No... No se me da bien conversar. -añadió, con un pitillo entre sus labios.

-Estás de coña, ¿verdad?

-Además, ¿qué dirían de ti si te ven conmigo en una cafetería? Piensa en los titulares.

-A la mierda los titulares.

° ° ° ° °

Jerry estaba sentado en uno de los taburetes de la barra, apoyándose en ella. Llevaba semanas sin dormir, haciendo todo lo posible por acompañar a Kat a todos lados y esperando impaciente la llamada de Derek, que no respondía a las suyas. Vivía en un constante nerviosismo desde que Tony Muranno se había fugado de la cárcel. Sabía que lo estaba observando, que uno de sus gorilas perseguía a Kat todo el tiempo y que en cualquier momento haría su siguiente movimiento. Pero no podía contárselo a ella. No podía decirle nada, porque era peligroso. Podía arreglarlo todo, sólo necesitaba que Derek llegara pronto a la ciudad y le devolviera el dinero que le había pedido a Tony.

Cogió el móvil y marcó el número de Kat.

-Hey.-saludó la chica.

-Hola, ¿te hace una hamburguesa para comer?

-Jerry, voy a comer con Carter en la cafetería, acabamos de terminar los exámenes y quiere hablar sobre las notas y...

-Kat... ¿Enserio?

-Jerry, ya le he dicho que sí... ¿Nos vemos luego?

-Claro, luego te paso a buscar...¿estarás bien?

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora