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Hinata comenzó a abrir los ojos, siendo el techo blanco lo primero que viera; la cabeza le dolía horrores así como el cuerpo en general, los ojos también le ardían un poco. Pero una vez que pudo enfocar la vista, los recuerdos de la noche anterior regresaron a su mente, una lagrima silenciosa salió perdiéndose en la almohada. Aunque no se encontraba solo en aquella habitación pues a su lado, se encontraba Sasuke quien mantenía los ojos abiertos mirando el techo; le dolía ver a su amigo en ese estado, en donde la única señal de vida que daba era el movimiento de su respiración y los parpadeos que hacia. Pensó que no quería hablar, así que ambos se mantuvieron en silencio, o so fue hasta que el mismo Sasuke se sentaba en la cama y lo miraba, tardando unos segundos en romper e silencio.

—Quiero volver a mi Clan— fue lo que susurro el Uchiha a su amigo de ojos perlados. 

Quien con dificultad se sentó para ver mejor a su amigo, dándose cuenta de que no había rastro de duda en sus palabras.

— Yo, solo te retrasare — susurro Hinata.

El Uchiha negó con la cabeza.

— Ambos debemos ir — dijo de nuevo seguro.

El Uchiha se entero por medio de las enfermeras que Hinata fue encontrado a su lado con un mano acariciando su mejilla, también le dijeron que igual tenia un moretón en el estomago debido a un fuerte golpe que le dieron, que al igual que él había estado metido en un genjutsu y que sus ojos también habían sufrido daño, así que Sasuke supo que Hinata fue victima también de Itachi. 

El Hyuga suspiro pero acepto, pues no quería dejarlo solo, sabia que los recuerdos llegarían y lo atormentaría, por lo que deseaba estar ahí para evitar que se hiciera daño o que algo le ocurriera; de esa manera y con dificultad logro ponerse pie y caminar hasta Sasuke quien le tomo de la mano con cuidado y comenzaron a buscar una salida, agradeciendo de que ese hospital no los mantuviera vigilados por el simple hecho de ser niños, pero aun así tuvieron cuidado de no llamar la atención. 

Y así en silencio y sin soltarse comenzaron a caminar de regreso al ahora vació Clan Uchiha; Hinata pudo detectar el aire cargado de melancolía y tristeza haciendo que se pegara más a Sasuke. Fue difícil ver la cruda realidad de los Uchihas; como las calles de ese orgulloso Clan ahora tenían marcas de sangre, armas ninjas clavadas y en el lugar donde la noche anterior hubieron cuerpos, ahora solo había siluetas hechas con cinta de color blanco; iban a seguir caminando, pero sintió como Sasuke se detenía haciendo que mirara a su amigo, viendo como miraba el recipiente en donde la noche anterior llevaba comida, solo que ahora estaba abierto y lo que había preparado estaba en el suelo.

— Esto es tuyo ¿verdad?— le pregunto el Uchiha con la mirada perdida.

Hinata tan solo asintió y luego vio como apretaba los labios.

— Si tan solo, no hubieras venido, nada te hubiera pasado— susurro el de ojos color negro.

Hinata negó suavemente.

— Lo que hubiera pasado esa noche no pudimos presentirlo Sasuke — el de ojos perlados recordaba su encuentro con Itachi y sus palabras.

Había pensado en decirle a su amigo, pero no considero que fuera una buena idea, aunque se le olvido el enorme detalle de que a un Uchiha nada se le escapaba y puede que en eso momentos la cabeza del azabache no pudiera analizarlo, era claro que su memoria le haría cuestionarse si su hermano le dijo algo a Hinata cuando lo descubrió. 

Así que por el momento, prefirió callar pues lo que menos necesitaba Sasuke era más cosas por las cuales preocuparse, por lo que ambos infantes siguieron andando por las calles vacías del clan; sorprendiendo al Hyuga por como en cuestión de horas habían levantado todos los cadáveres y ahora  solo se encontraban sus siluetas hechas con cinta adhesiva.

Hinata notó como el pequeño cuerpo de su amigo temblaba, el de ojos color perla lo tomó de la mano apretándola suavemente en una señal de apoyo. Sasuke no lo aparto, de hecho entrelazo sus pequeños dedos con los del Hyuga. Siguieron andando por el clan hasta que llegaron a la vieja casa de Sasuke; se quedaron admirándola unos minutos hasta que el Uchiha tomo el valor y entro sin soltar a Hinata, dejando sus sandalias y caminando lentamente, pero aun así podían oír el sonido de sus pies descalzos por la madera del piso .

El niño de ojos perlados sentía un aura de tristeza que solo había experimentado en el funeral de su tío; para él no tenia sentido estar ahí, pero a la vez entendió que esto era parte del duelo de Sasuke, pues si a el le dolía toda esta situación, su amigo debía estarla pasando mucho peor. 

Fueron al salón en donde habían muerto Mikoto y Fugaku; Hinata sintió como el Uchiha apretaba más su mano, haciendo que lo mirara, notando como de sus ojos negros salían lagrimas de nuevo; el Hyuga no dijo nada, tan solo miro las siluetas hechas con cinta en silencio permitiéndose soltar lagrimas también. 

No supo cuanto tiempo se quedaron ahí, pero había comenzado a llover, como si el cielo llorara la desgracia del clan Uchiha. Un momento en donde ambos acabaron arrodillados llorando, gritando de dolor por la perdida, pero sobresalía el sonido de la voz de Sasuke quien con cada grito y cada lagrima, en su interior crecía el odio hacia su hermano mayor.

La garganta les dolía y los ojos les ardían, pero aun así continuaron en el suelo frió; hasta que comenzaron a ser victimas del cansancio, así que fueron arrullados por la lluvia, como una especie de cántico que era interpretado por las pobres almas de aquel destruido clan, solamente para que ambos niños pudieran descansar y desconcertarse de la horrible realidad.

Tanto era el cansancio de los niños que no sintieron como un hombre bastante peligroso se acercaba, sintiendo alegría cada que veía las siluetas de cinta en donde antes había cadáveres; miró los pares de sandalias en la entrada del antiguo hogar de quien hizo toda la matanza. Anduvo a paso calmado, sin sentir respeto por los muertos, hasta que llego al salón donde se encontraban ambos niños. Sonriendo con una malicia digna del mismo demonio, se acerco, pero su atención no se dirigió al Uchiha, sino al pequeño Hyuga, reconociéndolo de inmediato.

—Hyuga— soltó una risa —. Podría tener el byakugan y el sharingan en este mismo instante — dijo en voz alta sus ambiciones, arrodillándose solamente para delinear con su mano rasposa el rostro angelical de Hinata. 

La expresión en su rostro aterrorizaría a cualquiera, se relamio los labios mientras admiraba el rostro del menor.

—Serás de más utilidad vivo— susurro mientras acercaba sus asquerosos labios a la mejilla del niño. 

Obvio para eso tuvo que levantar un poco al menor y agacharse él también, pero nada le importo a aquel hombre asqueroso y sin escrúpulos como lo era Danzo. 

— Además— se levanto y camino a la salida —. Le prometí a Itachi que tampoco te mataría- soltó una risa escalofriante —. Nos veremos después, Hinata.

Y con ello, dejo atrás el desolado clan pues aun había algo que debía hacer con los cadáveres de los Uchihas, aunque de todas maneras  se sintió emocionado;  si bien le prometió al Uchiha que no mataría a Hinata esa noche de la masacre cuando sorpresivamente fue a verlo, pero nunca prometió no acercarse a él.

—Informa al clan Hyuga que su heredero esta aquí— fue la orden que le dio a uno de sus fieles ANBU quien solo hizo una reverencia y desapareció.

Y con ello, la muestra del pecado y los siniestros planes de Danzo desaparecieron con la brisa de la noche.  


Otra historia (Sasuke x Hinata Male) (YAOI) EN EDICIÓNWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu