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Hinata Hyuga

Siempre fui un chico débil, un bebé enfermizo que le trajo decepción a mi  padre; al dar mis primeros pasos nada fue diferente, siempre mi madre me protegía, pero cuando esta murió al dar a luz a mi hermana menor, mi padre no tuvo ninguna barrera para que yo comenzara con los dolorosos entrenamientos, en donde se me obligo a despertar el byakugan, donde recibía duros golpes hacia mis puntos de chackra, en donde mi mejilla siempre acababa tocando el suelo de madera, suplicaba piedad de manera silenciosa, escuchaba las crueles palabras de mi progenitor en las cuales me humillaba hasta que lograba que las lagrimas salieran de mis ojos. 

Y así pasaron con suma lentitud mis primeros años, entrenando contra mi primo Neji quien por un conflicto entre la rama secundaria y primaria del clan en donde mi tío murió, mi primo me guardo un gran rencor; además de que me la pasaba encerrado entre las grandes paredes de la "mansión" Hyuga sin ganas de salir, pues los demás niños de la aldea se burlaban de mi por mis ojos color perla y por mi aspecto delicado, pero por esas ocasiones, es que pude conocer a un niño de cabellos rubios y ojos azules, su aspecto me recordaba a un zorro debido a las peculiares marcas en cada una de sus mejillas; desconocía todo de él en ese momento, tan solo sabia que eran un niño odiado por todos y amado por nadie. 

Pero tan solo esos breves momentos en el que admire su rostro fueron más que suficientes para que cuando creyera que todo estaba mal, que simplemente ya no podía más, recordaba su rostro sonriente al salvarme, sus casi nulas palabras que hicieron que un sonrojo adornara mis blancas mejillas; y solo con eso, podía volver a levantarme ante la mirada de mi padre, quien sin piedad alguna atacaba a su primogénito. 

Cuando mi hermana Hanabi tuvo la edad adecuada para que soportar los entrenamientos pronto se me unió, ella era una prodigio al parecer y aunque no lo pareciera, eso me hacia feliz, pues de esa manera cuando nos enfrentaban para medir nuestras habilidades,  era yo quien recibía los golpes, quien escuchaba los insultos de mi padre y de mi abuelo. Y de esa manera es que mi Clan tomo la decisión de que comenzara mis estudios en la Academia Ninja.

Me encontraba entre las filas de los alumnos de la nueva generación que se convertiría en Ninjas; los padres de casi todos los alumnos se encontraban ahí a excepción de los de el niño rubio y el mío, pero aun así me encontraba vestido con unas prendas que hasta un niño se daría cuenta de que era costosas y eso se debía al egocentrismo característico de los Hyugas. 

Sin embargo unos cabellos completamente negros llamaron mi atención también y se trataba de un miembro del clan Uchiha; era fácil reconocerlo y eso se debía a que portaban con orgullo el estampado de su clan en sus prendas. Me di cuenta de que miraba mucho hacia atrás, y al seguir su mirada vi que observaba al que suponía era su padre, quien mantenía una mirada seria y un porte cargado de orgullo que hizo que me intimidara; y esa sensación empeoro cuando aquel hombre dirigió sus ojos hacia mí; me sentí bastante pequeño ante la mirada de esos profundos ojos negros, y es que en ellos pude detectar curiosidad mezclada con rencor, no tenías que ser un genio para saber que el Clan Hyuga y el Clan Uchiha tenían una rivalidad casi enfermiza por demostrar quien tenia la mejor técnica ocular y ahora seguramente me miraba porque pensaba que me convertiría en el rival de su hijo menor.

No podía estar más que equivocado

Yo no deseaba sobresalir, la gente ya me miraba demasiado por el simple hecho de tener el apellido Hyuga y por  mis ojos; solo quería terminar la Academia y que me asignaran a un equipo de rastreo, no quería verme involucrado en demasiadas peleas, simplemente no me gustaban los conflictos a no ser que mi equipo se encontrara en problemas o mis seres queridos, solamente así lucharía. 

Desvié la mirada de aquel hombre y me mantuve observando mis pies en lo que terminaban de decir el discurso de bienvenida; pero al alzar la vista note que el niño Uchiha me estaba mirando ahora, sin embargo no era el mismo sentimiento que transmitía su padre, en esos ojos notaba pura curiosidad, así que  en un gesto por ser amigable le sonreí levemente; pareció un poco sorprendido así que miro en varias direcciones y una vez que entendió que mi sonrisa a modo de saludo iba para él, en un gesto apenado levanto su mano y la sacudió de un lado a otro ligeramente a modo de saludo.

El discurso finalmente termino y ahora tocaba que tuviéramos nuestra primera clase para convertirnos en ninjas poderosos; dieron un pequeño tiempo para que los padres se despidieran de sus hijos; por lo que me quede un rato para observar las despedidas, las madres se aferraban a sus hijos y sacaban ligeras lagrimas, los padres les daban consejos para que les fuera bien en su primer día, observe como una niña de cabellos rosados se apartaba de los abrazos de sus padres quienes no dejaban de querer tomarle fotografías. Pero claro no todo era amor y dulzura, pues vi como el señor Uchiha se había marchado  en cuanto la ceremonia termino. 

Me aburrí después de un par de minutos, así que entré en la Academia para buscar el salón en donde tomaría todas mis clases hasta graduarme, la verdad era bastante grande y a mi parecer era como una especie de laberinto; sentía que había caminado por mucho tiempo y no llegaba, algo cansado decidí utilizar mi byakugan, pero justo cuando realice las respectivas poses de manos, sentí como tocaban mi hombro asustándome y provocando que diera un ligero brinco. Grande fue mi sorpresa al ver al pequeño Uchiha.

Nos quedamos ahí parados sin saber que decir, hasta que él rompió el silencio.

— ¿Eres un Hyuga?— no notaba desprecio en sus palabras tan solo únicamente había curiosidad.

— Sí — conteste en voz bastante baja que de no ser porque estaba bastante cerca de mí, no hubiera escuchado.

— ¿Hyuga qué?— ladeo ligeramente la cabeza.

— Hinata —salió con un tartamudo que era bastante normal en mí.

Pareció meditar un poco mi respuesta.

— Yo soy Uchiha Sasuke — dijo mientras extendía su mano hacia mi.

Fue ahí cuando finalmente lo mire directamente a los ojos y  extendí mi brazo temblando ligeramente, hasta que unimos nuestras manos.

— Mucho gusto Sasuke —dije en un susurro. 





Otra historia (Sasuke x Hinata Male) (YAOI) EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now