🌼Capítulo 1🌼

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Narra rubius.

Estaba en aquel hermoso altar esperando que mi pareja llegara, algunas personas me miraban con pena mientras que pude divisar a uno de mis amigos corría rápido hacia mi, se acerco mientras parecía bastante molesto y me susurraba palabras que probablemente jamas olvidare.

- él no vendrá, perdoname rabis.. —hablo el castaño de forma rápida y triste.

Sentí mi sangre hervir de rabia y coraje, los padres del novio solo me miraron y pidieron disculpas, sentía mis ojos cristalizarse mientras salia de la iglesia, estaba corriendo mientras subía mi vestido, tome un taxi y me dirije hacia la playa, le entregue la plata a aquel amable caballero y me baje, saque mis hermosos tacos de mis pies sintiendo la arena en estos, me dirige hacia el mar y tire el ramo de flores que tanto me gustaba, estaba llorando sin control mientras caída de rodillas, para mi suerte no había personas las cuales se burlaran de mi, mire detenidamente el hermoso vestido blanco que estaba utilizando, aun recuerdo lo que me dijo mi madre cuando me lo entrego.

"Este vestido no lo hice para mi, es para ti, tienes todo el derecho de usarlo el día de tu boda, y recuerda, jamas te cases por conveniencia ni por obligación, cásate por amor."

Susurré las hermosas palabras de mi madre sintiendo unas intrusas lágrimas rrodar por mis mejillas, me acomode en la arena, aun no tenia planeado irme, no quería ver los rostros de mis amigos mirándome con pena, aun no podía creer lo que me estaba sucediendo, me habían dejado plantado en el altar.

- creí que eras el amor de mi vida, pero solo eres una rata! —grite aun sollozando por la rabia mientras miraba como el mar se llevaba aquel ramo de flores.

- Me siento tan tontito por haber confiado en ti mangel. —dije esta ves en voz baja mientras trataba de que mis lágrimas sesaran.

Me detuve un momento a pensar que era lo que había hecho mal para terminar en esta situación mientras me tiraba de espalda en la arena.

- Creo que no deberias de gritar tan fuerte, hay gente que trata de dormir. —hablo un chico de pelo negro mientras se acercaba a mi agachandose a mi altura.

Un alfa

Grite asustado pidiendo disculpas mientras me sentaba en mi lugar, el chico me miro y soltó una carcajada negando con la cabeza.

- esta bien, me puedo sentar a tu lado? —dijo esperando que mi respuesta.

- claro, aunque no tienes que preguntar, la arena es de todos.. —dije  bastante avergonzado por lo hecho.

- por lo que veo no has tenido un bonito dia. —dijo mirando el ramo de flores el cual ya estaba bastante lejos y los tacos que estaban tirados a mi lado.

- Me dejaron plantado en el altar. —dije seco sintiendo mis ojos cristalizarse.

- oh dios yo- lo siento chaval, de verdad.. —dijo aquel chico de ojos morados arrepentido mientras me miraba algo avergonzado por sus palabras.

- tranquilo no es tu culpa, de todos modos, quien querría estar con un chico como yo.? —dije secando las lágrimas que habían empezado a caer sin control.

- la pregunta es quien no querría estar contigo?, solo un idiota te quejaría plantado en el altar luciendo así. —dijo sonriendo mientras se levantaba.— quieres ir a dar una vuelta conmigo?

Sonreí bastante apenado mientras dudaba por un momento, asentí mientras este me ayudan a levantarme, tome mis tacos y comenzamos a caminar, sentí vibrar algo en mi pecho mientras metía la mano en este sacando mi teléfono, algo que habia aprendido del vestido es que tenia una parte que usaban las mujeres para guardar cosas pequeñas.

El vestido -Rubegetta OmegaverseWhere stories live. Discover now