Capítulo 3: Esto es guerra

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Capítulo 3: Esto es guerra

"Una cita de juegos" Esas palabras habían bastado para incluirse en los planes de su pequeña hermana, arrastrando a sus compañeros de Universidad con él.

Pero ahora que estaba en aquel lugar se sentía... estúpido y casi patético. Su hermana había dicho la verdad y estaba en su cita de juegos en un campo de Paintball ¿En qué momento aquello le había parecido una buena idea? No lo sabía pero ya todos estaban listos y los equipos formados.

Los universitarios contra los chicos de preparatoria.

Era el momento adecuado para poder darle su merecido al pequeño delincuente de Zero, un arma inofensiva que dejaría todo su cuerpo marcado con moretones los cuales le recordarían por varias semanas que él no era un hombre benevolente.

—¿Preparado viejo? —Lo desafió Zero mientras cargaba sobre su hombro una de las armas con total naturalidad

—Curioso —Contestó el castaño mientras intentaba dibujar una sonrisa en su labios— Te iba a preguntar lo mismo

—¿En serio? —Zero lo miró sorprendido antes de sonreír con orgullo— Que locura ¿Cuando una presa le ha preguntado eso a su cazador?

Después de eso Zero se alejó con los de su grupo dejando al mayor apretando los labios ¡Ese mocoso era un maldito insolente!

—¿Te acaba de marcar como su presa? —Preguntó Takuma divertido antes de golpear su espalda suavemente— ¿Qué tienes con aquel chico?

—Nada —Escupió molesto, por él hace meses lo hubiera dejado de ver pero insistía en seguir al lado de su hermana.

Cargando su arma se colocó su casco, le iba a demostrar a ese pequeño delincuente quién era la presa.

**

—Fue divertido —Opinó Yuki mientras se despedía de los gemelos al dejarlos en su casa— Tenemos que hacerlo más seguido

—Suena bien —Zero miró hacia adentro del auto donde Kaname apretaba con fuerza el manubrio— Solo espera a que tu hermano recupere su orgullo

Yuki río antes de subir al auto y salir en este, atrás Takuma, Kain y Shiki se tapaban la boca para evitar reír.

—¿Te duele? —Preguntó la chica a su hermano— Debí haberle dicho a Zero que no fuera tan rudo

—No hay problema pequeña, solo es un juego —Contestó con la mandíbula tensa

—Solo a la próxima avisale a tu hermano que los gemelos saben cazar animales grandes —Agregó Takuma haciendo reír a Shiki y Kain, mientras Kaname le dedicaba una mirada fría por el espejo retrovisor.

Nadie sabía exactamente qué había ocurrido, solo sabían que Kaname había desaparecido y al volver estaba lleno de pintura del arma de Zero.

Definitivamente Kaname buscaría cómo vengarse del pequeño delincuente y disfrutaría de verlo sufrir.

Del Odio al Amor hay quince pasosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz