Capítulo 18 perte I

38 7 0
                                    

-¡Buenos días!

-Hola, Mads. –Le sonreí felizmente para sentarme a su lado dejando la bandeja sobre la mesa. –¿Qué pasa? Hoy estás más feliz que nunca.

-¡Lo estoy!

-Y eso se debe a... ¿Quién tú sabes? – Suspiré apoyando el codo sobre la mesa para recargar mi cabeza.

-Sí... Anoche dormí en su habitación...

-¿Qué? ¡¿Os acostasteis?!

-¡Shh! Baja la voz, y no, todavía no... – Busqué la mesa en la que Dante estaría sentado para sonreírle desde la distancia.

Lo que le había dicho a Camila era cierto. Dante siempre era capaz de frenar en el último momento, ésta vez, había vuelto a excusarse en que no teníamos ningún método de protección, y bla, bla, bla.

Pero sin embargo...

Suspiré mordiéndome el labio inferior recordando todo lo vivido anoche.

Nos habíamos tocado, acariciado y besado por todas partes. Nunca me había sentido tan querida y especial en los brazos de nadie, lo que Dante me había hecho sentir fue... Increíble, maravilloso, espectacular. Había explorado mi cuerpo como ninguna persona antes lo había hecho y me había encantado. Tampoco es que tuviera tanta experiencia en ese campo con chicos, pero sin duda alguna, lo que había sentido con Dante no iba a sentirlo con nadie más.

-Pero aún así estás muy feliz...

-¡Sí! –Dije mirándola feliz. –Es mi vía de escape dentro de éstas cuatro paredes...

-Que guay, amiga... Ojalá yo pudiera tener algo así...

-Lo tendrás, solo tienes que esperar al indicado.

-¿Y como saber quién es el indicado? Si mis únicos amigos sois tú y Harold, no conozco a más nadie...

-¿Y qué hay de Harold? –Pregunté interesada.

-¿Qué?

-Sí, es tu mejor amigo. Puede que hayas desarrollado algún sentimiento por él...

-¿Qué? No, no, no. –La miré alzando las cejas. ¿Y por qué se había puesto tanto a la defensiva si no era así?

De pronto, la campana que daba por finalizado el desayuno y el comienzo de las clases sonó haciéndome reír.

-¡Salvada por la campana! –Le grité mientras que ella se alejaba rápidamente.

•••


-Como ya dije la semana pasada, realizaremos un trabajo por parejas. –Salté en mi sitio poniendo más atención. ¿Había dicho trabajo? ¿Otra vez?

-¿Podemos elegir nosotros mismos a un compañero? –Preguntó una chica que estaba en primera fila tras alzar la mano.

-No, me temo que no. Las parejas ya están hechas. –Muchos se quejaron mientras que otros permanecían en silencio. A mi me daba igual, ésta clase no la compartía con Camila ni con Dante y no tenía mucha relación con los demás. –Empecemos. La jovencita Sawyer estará con el joven Smith. El joven... –Dejé de escucharla perdiéndome en mis pensamientos de nuevo.

Éste trabajo iba a quitarme horas para estar con Dante durante la tarde. ¿Por qué tenía que mandarnos un trabajo? ¡¿Por qué ahora que no tenía ganas de hacer ninguno?! Aunque si me ponía a ello, siempre y cuando mi compañero o compañera también lo hiciera, podríamos acabarlo hoy mismo...

-Señorita Chedders... –La chica sentada a mi lado me dió un codazo para que reaccionara. –Usted estará con el joven Harper.

-¿Qué? –Tanto Jake como yo nos miramos confundidos. Todos menos él.

-¿Algún problema con ello?

-¡Sí! –Se quejó él sorprendiéndome. – ¿No podemos intercambiarnos con alguien?

-No. –Dijo la profesora Sky rotundamente. –Hay que aprender a trabajar todos con todas. Dicho ésto, pueden empezar desde que os entregue la ficha con lo que tenéis que hacer.

Jake resopló mientras que yo rodaba los ojos indiferente.

En realidad, a mi no me importaba estar con él. Sí, sería incómodo por como acabaron las cosas entre nosotros, pero yo no tenía ningún problema en hacer este trabajo juntos. Tenía mis sentimientos bien claros como para que hubieran malos entendidos.

La campana dando por finalizada la clase sonó haciéndome recoger mis cosas mientras que veía a Jake por el rabillo del ojo caminando hacía mi.

-¿Quedamos ésta tarde en mi habitación? –Fruncí el ceño.

-En la biblioteca estará mejor.

-De acuerdo, pero no tardes. Me gustaría acabar lo antes posible.

-Sí, de acuerdo. –Me colgué la mochila al hombro para dirigirme a mi siguiente clase con una sonrisa en la boca. ¡Por fin pasaría un rato con Dante!

Asomé la cabeza por la puerta buscando a mi chico con la mirada antes de entrar sonriendo.

-¡Hola, hola!

-Hola, Avellana. –Me senté a su lado haciendo de todo mi autocontrol para no tirarme a sus brazos. –¿Qué tal química?

-Buh, ni preguntes. Me marcaron otro trabajo...

-Puedo ayudarte si quieres.

-Me encantaría, pero ya es en parejas. –Me miró unos segundos interrogativos.

-¿Y? ¿Con quién te tocó?

-Con Jake... –Murmuré haciéndolo fruncir el ceño.

-¿En serio? –Asentí escuchándolo resoplar. –Lo que me faltaba...

-Iremos esta tarde a la biblioteca.

-O sea, que ya no vamos a vernos.

-Iré por la noche a tu cuarto... – Resopló nuevamente echando la espalda hacia atrás en la silla.

-No, no sé si llegaré a tiempo.

-¿Qué? –Pregunté confundida. ¿A dónde iba?

-Sí, tengo que salir. Y ese... –Se acercó bajando el tono de voz para que solo lo escuchara yo. –Gato, se viene conmigo.

-¿Frosty? –Asintió haciendo que el pánico se apoderara de mí. –¿Por qué? ¿Vas a abandonarlo?

-No, voy a llevarlo al veterinario. – Suspiré más aliviada al oír eso. Al menos tenía la certeza de que no iba a dejarlo por ahí.

-Oye... –Murmuré inclinándome sobre la mesa disimuladamente. –¿Estás enfadado conmigo?

-No.

-¿Seguro?

-Segurísimo.

-Está bien... –Dije dándome por vencida cuando el profesor de matemáticas había entrado. 

-¿Vas a llevarte el ordenador contigo? –Preguntó al cabo de un rato por lo bajo.

-Sí, supongo.

-Te enviaré un mensaje cuando regrese. –Asentí de acuerdo con él antes de prestarle atención al profesor que seguía dando la lección.

Secretos al aireHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin