Y NADA MÁS.

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Y NADA MÁS.


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"Las noches te acercan
y enredas el aire,
mis labios se secan
e intento besarte,
que fría es la cera
de un beso de nadie"...

De alguna manera / Aute.


**


La cantidad de trabajo para esos días era exorbitante. Hyun Joong, sin embargo, no se quejaba por ello. El estar sumido hasta el tope en una serie de papeles le daba la posibilidad de olvidar un poco, de anestesiar su corazón entre cifras, nombres y una serie de información que a cualquier otro le daría tremendo dolor de cabeza, como era el caso de Jung Min.


- ¡Oh, por piedad! ¡Necesito un descanso!


Hyun Joong apenas si levantó la cabeza, al contestar. – Si nos entretenemos en otra cosa, el sábado tendremos que estar más tiempo aquí y no creo que eso te agrade mucho.


- Hablando de eso...


- ¿Alguien gusta un café? – La tranquila presencia de Kyu Jong interrumpió a Jung Min. Entró a la oficina con una jarrita térmica y el aroma reconfortante de la cafeína, además de tres tazas y algunas galletas. Todo eso sobre una charola improvisada de una vieja madera. – Imaginé que tenían mucho trabajo porque no has asomado ni la nariz, así que supuse que un pequeño refrigerio no les sentaría tan mal.


- Y supusiste bien. – Suspiró Jung Min agradecido. – Anda, Hyun Joong, démonos una pausa, ya después continuaremos hasta desfallecer.


Muy a su pesar, Hyun Joong dejó el cúmulo de papeles en los que estaba sumido y se acercó a ellos. Se sentaron alrededor del escritorio de Jung Min, que presuroso, había hecho un espacio. Kyu, con esa inconfundible calma, vertió el café en las tazas y la tarde se llenó de aromas que tranquilizaban la jaqueca de Jung Min y el espíritu agitado de Hyun Joong. - ¿No tendrían que estar ya en casa? – Preguntó y los ojos de Hyun Joong se abrieron de par en par.


- ¡Oh! ¡Lo olvidé! – Hyun Joong, sumergido en el trabajo, con la intención de dejar su mente en la nada, había olvidado el viaje de sus padres y que sus pequeños estaban ahora en las peligrosas manos de Young Saeng. ¿Cómo era eso posible? No confiaba tanto en el extraño chico y creyó, al salir de casa, que no tendría un minuto de respiro por la preocupación, sin embargo, ahí estaba, cediendo ante el olvido y otorgando un punto de credibilidad a un sujeto que gustaba de usar orejas y cola de gatito.


Había llegado puntual, de eso no tenía queja. Y atendió a sus recomendaciones con toda la atención del mundo, sin embargo, Hyun Joong seguía teniendo la duda de que fuera capaz de poder atender a sus pequeños. Y sin embargo...


Sacó su celular y con rapidez escribió un mensaje. De forma inusual no quería llamarle. Suponía que estaba furioso y no quería lidiar con eso. Aunque no comprendía el porqué. Le pagaría horas extras, prometió en el mensaje, y le pidió esperara un poco. No hubo respuesta. Y Hyun Joong rogó por no llegar y encontrar su casa en llamas.

Las cuatro y diez.Where stories live. Discover now