UN CAMINO A ROMA.

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UN CAMINO A ROMA.



*

"Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma"...

Sin tu latido/ Aute.


*


- ¡VAMOS! ¡VAMOS! ¡AAAAAAGGGGH! ¡NOOOO!


Young Saeng se agarró la cabeza con impotencia y desventura. Había perdido. Su espectacular equipo del colegio del área norte no pudo hacer nada contra el equipo del colegio del área central. Tal como había dicho Hyung Jun, tenían muy buenos elementos. Era una situación tan horrible y su única esperanza ahora consistía en que el colegio central cumpliera con su fama de aburridos y decidieran descartar cualquier celebración. Su esperanza cayó al piso cuando escuchó la voz de Hyung Jun diciendo a su lado. – Olvídalo, lo averigüé, sí celebrarán aunque a puertas cerradas, aunque eso no debe ser un impedimento para nosotros.


Y no lo sería. Ya en el dichoso lugar, Young Saeng aún protestaba con algo entre sus manos que Hyung Jun había conseguido expresamente para él. - ¡No pensarás que en realidad voy a utilizar esto! ¿Verdad?


- ¿Acaso no es Heo Young Saeng un hombre de palabra?


- Que yo sepa, no.


Hyung Jun se cruzó de brazos mirándolo con un gesto amenazador. – Si no cumples la apuesta, olvídate de mí por un mes. No puedo confiar en alguien que no cumpla un trato.


Sí, por lo visto tendría que utilizarlo. -Te odio Hyung Jun. – Declaró Young Saeng con resentimiento.


Confundiéndose entre los alumnos y demás personal del colegio, lograron escabullirse dentro de las instalaciones. Su atuendo no era de ningún modo llamativo, Young Saeng, con jeans y un suéter blanco y largo, casi podía pasar por una persona normal, a opinión de Hyung Jun. La seguridad en el colegio, por otro lado, no era excesiva, eso se explicaba porque no era un evento al que muchas personas quisieran asistir. Se dirigieron hacia el baño, donde Hyung Jun le ayudó a colocarse las orejas y colita, exclamando con fiesta al ver el resultado. – ¡Te ves tan adorable!


- Si alguien más se entera de esto, tendré que asesinarte.


Hyung Jun se partió de risa. Lo empujó para obligarlo a salir del baño y a rastras lo llevó a donde los alumnos, profesores y demás personal del colegio celebraban. Era verdad lo dicho por Jun, las personas veían a Young Saeng al pasar y varios chicos y chicas sonreían y murmuraban algo entre ellos. Young Saeng, por su parte, sólo pensaba en morir.


*******


Dirigió su mano temblorosa hacia su boca. La pastilla se deslizó limpiamente a través de su garganta. Se revolvió el cabello y se recargó con ambas manos en el escritorio. No estaba funcionando. Fue al partido sólo por ruegos y amenazas de Jung Min. Y ahora estaba en la dichosa celebración por la misma causa. Sus padres, emocionados de que saliera a "divertirse", accedieron a cuidar de los gemelos un poco más de la cuenta. No quería divertirse. Ese día en especial, no. Era un aniversario más del día en que Young Mi y él se habían visto por primera vez y hubiera querido quedarse en casa, recordando. Creía, con esa agónica fe sobreviviente en él, que recordándola a cada momento, evitaría que Young Mi se fuera, porque de hacerlo, de irse por completo, él se quedaría absurdamente solo. Frente a él, un pequeño ramo de flores esperaba. Hyun Joong lo llevaría a donde Young Mi tenía su último descanso. Ese era siempre su regalo y ese año no sería la excepción.

Las cuatro y diez.Where stories live. Discover now