capítulo 12

9.5K 325 85
                                    

Al despertar, miré a la ventana buscando acostumbrar mis ojos a la luz, debí dormir bastante ya que el sol estaba en lo alto del cielo. Me relaje escuchando el oleaje del mar a solo unos metros. Recordé que había dormido con Damián pero no se encontraba aquí, me llegó el olor a comida y bajé por algo.

Estaba ahí preparando el desayuno, solo con pantalones dejándome ver su espalda, muy tonificada espalda, no era muy fanática de los chicos musculosos pero definitivamente Damián tenía lo suyo, en especial entre las piernas.

Me acerqué a la encimera de la cocina, mi pijama era de un pantalón con una polera de mangas largas, aún no se saba cuenta de mi presencia, saqué mis pantalones y me senté en la encimera.

Al sentirme se dio la vuelta, su sorpresa y sonrojo me dieron ternura, lo miré como la zorra que era y abrí las piernas, mostrándole como apenas me cubría mi ropa interior. Su vista fue directa a mi intimidad y le sonreí satisfecha.

En dos paso estaba frente a mí, me imponía su altura, abraze con mis piernas sus caderas atrayendo su cuerpo a mí, se agachó entre mis piernas sin besarme, yo quería un beso. Pero rápidamente lo olvidé cuando sentí su lengua pasar sobre mi ropa interior, me estremeció.

Apartó la ropa y sentí su lengua recorrerme, mierda, jadeaba pero necesitaba más, así que subí mis piernas al mueble abriendo todo lo que podía para darle más acceso.

Su lengua se movía en círculos sobre mi clitoris, succionando levemente en ocaciones haciéndome gemir, mi humedad aumentaba con cada lamida. Dos de sus dedos se metieron en mi entrada sin aviso, me embestia con ellos buscando mi punto sensible, gemi cuando lo encontró para comenzar hacer presión en él.

Mis uñas se aferraban a la encimera, joder qué mejor desayuno que tener a Damián entre mis piernas comiendome a su antojo. Mi cabeza cayó hacia atrás al igual que mi espalda, ya no podría seguir aguantando, me estaba por correr.

Comenzó a mover más rápido sus dedos y a chupar mi clitoris, me aferre a su cabello soltandolo de su anarre, si se apartaba cuando me estaba por correr lo mataba.
El orgasmo fue creciendo en mi vientre hasta que no pude más, me recorrió de pies a cabeza logrando que gimiera sin descaro, temblaba contra su boca.
Estaba en éxtasis disfrutando de los últimos espasmos mientras seguía con sus dedos en mi interior, se levantó sacándolos, su boca estaba llena de mi humedad, con su cabello alborotado, y mirándome lujurioso, me excitaba verlo así.

Pero me dejó frustrada cuando se dio la vuelta para seguir haciendo el desayuno. Mi ropa interior estaba mojada al volver a su sitio, no me quedaría con las ganas de comerme lo que tenía entre sus piernas, eso sí que no.

-Tienes que comer.- Me dijo con calma.

Ya sabía que mi actitud de zorra lo volvía loco así que aproveché eso, nunca soy tan atrevida pero este es un tarado lento.

Me saqué las pequeñas pantaletas que traía, humedas por el orgasmo anterior, me reí por lo que haría. Agradeciendo la puntería de aquel momento mis pantaletas terminaron en sus hombros, las tomó y cuando las vio se giró para verme sorprendido. Mordí mi labio inferior con una sonrisa y le abrí mis piernas para que disfrutara la vista, yo quería desayunar su gran erección en ese pantalón de pijama.

"Adiós autocontrol" me dije cuando casi se abalanzó sobre mí, sus manos sujetaron mis caderas, y sin preparación alguna, bajó sus pantalones y me penetró de una estocada, gemía aferrándome a su espalda.

- Joder... ¿Qué me haz hecho?.- Su voz sonaba ronca contra mis labios.- No soy así de salvaje en el sexo... pero tú... tú sacas ese lado.

Sonreí mientras jadeaba, con mis pies lo empujé contra mí pidiendo más. Me gustaba sacar ese lado de él, siempre buscaba ser cariñoso y amable conmigo pero no conseguiría nada de mí, solo quería su lado salvaje.

Siempre tuya 🔞Where stories live. Discover now