capítulo 11

7.9K 343 83
                                    

"Siempre serás mi niña tranquila"

¿Qué pensarías de mí madre? ¿Papá? Apenas si recuerdo sus nombres, me siento tan patética, nunca me importó el dinero... siempre fue sincera, odio la mentira pero aquí me encuentro, me siento asqueada. Toco mi hombro recordando que allí esta esa pequeña cicatriz de su mordida, su marca, esas marcas que tanto amaba ahora me dan asco, repulsión y deseo arrancarme el recuerdo que me traen.

Me siento tan traicionada pero no entiendo el por qué, nunca quise al señor Montenegro, con suerte hablaba con él pero Mercedes sabía... ella era como una especie de figura materna, quizás no podía decirme nada... pero... ¿Y David? Siento asco de solo recordarlo... asco y odio.

Cuando bañaba mi cuerpo o dormía con él, cuando me acariciaba hasta dormir.
"Siempre me preocupare por ti"
¿En qué momento le creí?
Sus palabras me dieron paz, y poco a poco su compañía comenzaba a agradarme hasta que se empezó a comportar como siempre nuevamente, se puede ir al carajo.

No entiendo ni quiero entender porque me siento así respecto a él.

- ¿Disfrutas la vista?

Damián se sentó a mi lado, la noche se asomaba en el cielo, las olas del mar ya casi tocaban mis pies y la brisa enfría mi cuerpo, el frío... mi mejor aliado.

- Sammy fue amable de pasarnos las llaves de su cabaña.- Asentí dándole la razón.

Damián me miraba fijamente, yo pensaba en el límite del mar con el cielo, me puse a contar las estrellas, quizás así me olvidaba de todo.

- Nunca pensé que podía ser él.- Suspire cansada, era cosa de tiempo para que comenzara hablar del tema.- ¿Por qué?

Me encogi de hombros, no quiero hablar de eso, su compañía no me molesta hasta cuando abre la boca.

Se levantó que mi lado, se comenzó a sacar la ropa hasta quedar en bóxer, miré a mi alrededor, no había ni un alma, ya era invierno. Lo miré desde abajo, siempre me sorprendería lo musculoso que era. Me miraba divertido, pero yo estaba inexpresiva hasta que caí en cuenta, comencé a pararme rápidamente para correr pero me tomó de la cintura.

- Hace mucho calor ¿No crees?

Lo miré asustada, me gustaba el frío pero no era tan estúpida, el agua debe estar congelada, comenzó a sacar mi uniforme mientras me resistía, quedé en ropa interior.

- Damián nos vamos a congelar, no seas idiota.

- Yo te doy calor.

Lo miré enojada mientras él se burlaba,  me tomó en brazos, conociendo a mi amigo por mucho que me resistiera no me dejaría así que suspire rendida abrazando su cuello.

Sentí su cuerpo tenso mientras el agua helada lo cubría y cuando tocó mi espalda grité por la impresión aferrándome a su espalda.
Cuando el agua nos llegó al pecho me bajó, me aferre a su cuello acercandome a su cuerpo que temblaba al igual que el mío.

Lo miré y no pude evitar reírme a carcajadas, era un tarado.

-Es la primera vez que te veo reír así.

Miré su sonrisa, solté su cabello, llegó hasta sus hombros y lo acaricie. Estaba aquí conmigo, a pesar de que me gusta la soledad necesitaba tener a alguien y lo tenía aquí conmigo. Suspire recostandome en su pecho, me abrazó para comenzar a acariciar mi cabello.

El agua ya había dormido mi cuerpo y ya no temblaba, Damián tomó mi barbilla para mirarlo, sus ojos conectaron con los míos, brillaban como nunca pero sabía que mi mirada era apagada.

Siempre tuya 🔞Where stories live. Discover now