-Esa es mi amiga – celebró riendo -.

Casi creí oírla aplaudir, podría apostar que no conocía a nadie al que le encantase tanto planear cosas, y que encima siempre se terminase saliendo con la suya.

-Por cierto, ¿crees que Eric aceptara venir? – preguntó, en su voz note cierto nerviosismo -.

¿Alice nerviosa? Esto era mejor de lo que esperaba.

-¿Por qué motivo no iría? - inquirí -.

Se quedó callada unos instantes, parecía que se debatía entre lo que iba a decir.

-Mmm por nada en especial – contestó -.

-Creo que le encantaría que tú le dijeras lo de esta noche – dije con total sinceridad -.

-¿Estas segura? Cla-Claro que sí, voy a llamarlo ahora mismo – balbuceó -.

Adoraba a Alice así.

-Bueno nos vemos esta noche – me despedí y volví a dejar el teléfono en el mismo lugar, sobre la mesa -.

Me permití relajarme unos minutos sobre el sofá, tumbada mientras mi mente fantaseaba con la idea de que en un mundo paralelo Alice y Eric salían como una pareja y por otro lado Aaron y yo tenemos una cita doble con ellos. Todo era tan perfecto y a la vez tan irreal que me avergonzaba a mí misma por estar soñando despierta.

Vuelve al mundo real, Elena.

Decidí dejar de posponerlo y prepararme de una vez para el trabajo, ya que solo queda menos de una hora para mi hora de entrada. Me dirigí al armario de mi habitación, donde saque una falda blanca que se amolda completamente a mi cuerpo, queda por encima de las rodillas y tiene una abertura en su lado derecho, con tres pequeños botones al comienzo de la abertura. Me encantaba el contrate del color blanco con mi piel bronceada. Después de unos días de horrible lluvia, sí ya se que dije que adoraba la lluvia pero no cuando llueve tantos días seguidos, volvía a hacer sol y esta noche seguramente hiciese calor también. Cubrí mi pecho con un sencillo top negro y convine el conjunto con mis convers negras. Si de algo estaba segura es que adoraba ir arreglada y a la vez informal.

Cogí el estuche de maquillaje y me senté frente al espejo, después de intentar varias veces hacerme la raya superior del ojo, por fin me acababa de salir más o menos decente. Cepille mi cabello oscuro y me ayude un poco de las planchas para conseguir que quedara completamente liso, y lo deje caer sobre mi espalda. Mire con orgullo el reflejo que me ofrecía el espejo.

-Elena estas increíble – musité -.

Me hice un selfie sacando la lengua y guiñando un ojo a la cámara, y decidí enviarle la foto a Alice y Abby. Acompañando la foto con un sencillo mensaje que decía:

<¡Lista para esta noche chicas!>

Y al cabo de unos instantes no tardaron en llegar las respuestas de ambas.

<¡Eres una diosa, créeme que me tienes enamorada! ;) Pd. No tengo nada que ponerme ¿algún consejo?> Escribió Alice.

<¡Necesito que me dejes esa falda, pero ya! Es ideal y te queda genial> contestó por otro lado Abby.

Puse los ojos en blanco y les mandé un mensaje a ambas.

Cogí mi bolso negro que se encontraba colgado en el perchero del recibidor y me pasé la cinta del boldo por el hombro, ¡Lista!. Esperaba que no me olvidase de nada. Bajé las escaleras de dos en dos y con suerte no me caí en el último escalón. La temperatura de la calle se hacía notar y eso que eran las 6:30 de la tarde, que en teoría debía comenzar a refrescar. Mire en dirección a mi coche y apostaba todo el dinero del mundo a que la temperatura en su interior debía de ser horrible. No había podido encontrar un aparcamiento con sombra así que mi pobre coche había estado durante todo el día aguantando altas temperaturas, y ahora iba a sufrirlas yo.

Mientras dureWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu