Capitulo 21

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-¿En serio?- Preguntaba incrédulo Rhys- ¿Primero acabáis en el despacho de la directora y luego os emborrachais?

Yo comenzaba a sentirme mareada y apenas entendía las palabras que Rhys y Axel intecambiaban, las cosas a mi alrededor comenzaban a nublarse, sentía un pinchazo en la cabeza y un sudor frío bajandome por la espalda. Al sentir la primera arcada, tambaleandome intenté correr hacía el baño, pero era demasiado tarde, vomité en medio del pasillo.

Rhys se apresuró a llegar a mi lado, sujetandome del pelo, en cuanto paré, me arrastró con rapidez al baño, donde volví a vomitar.

-Chase- Escuché que le gritaba y poco después apareció mi otro hermano.

No recuerdo mucho de lo que pasó después, solo que me encontraba apoyada en el mueble del baño, sudada y con un dolor de cabeza horrible. Rhys estaba sentado en frente mío, preguntándome cómo me encontraba o si necesitaba algo. Y a través de la puerta abierta atisbaba como Chase limpiaba el vómito del pasillo.

Después de eso solo recuerdo despertarme en mi habitación. Tardé unos segundos hasta que pude abrir los ojos sin demasiada dificultad.

Me arrepentí al instante en cuanto intenté levantarme de la cama, un fuerte pinchazo me atravesó el cráneo y todo a mi alrededor pareció dar vueltas, tuve que parar unos segundo hasta que mi vista comenzó a aclararse y pude darme cuenta que estaba en mi habitación, con la persiana bajada impidiendo que los rayos de sol entraran en mi habitación. En mi mesilla de noche ví que había una pastilla junto a un vaso de agua, que me tomé sin pensarmelo dos veces.

Supuse que sería bastante tarde por la mañana, pues cuando me solía despertar para ir al instituto fuera seguía oscuro.

Estuve unos minutos tumbada en la cama, mirando hacia el techo pues mi teléfono lo tenía Chase. Cuando me sentí algo "mejor" me pusé en pie y salí de mi habitación.

Algo me detuvo en mi camino hacía las escaleras. La habitación de mis padres.

Solo había entrado una vez desde su accidente y cuando lo hice estaba segura de que casi me dió un ataque de pánico.

Ignorando cualquier alerta de mi cabeza que me decía que no entrará, entré. Enfrenté mi angustia y entré a la habitación de mis padres.

Estaba escalofriantemente acomodada, la habitación parecía haberse quedado estancada en el tiempo, era el recuerdo fantasma de la última vez que mis padres estuvieron.

La cama perfectamente hecha, la ropa específicamente ordenada, el libro que mamá estaba leyendo con el marcapáginas por la página 151, los bolígrafos de papá que no llegaron a gastarse, algunas cremas y productos de maquillaje de mamá que tampoco llegó a gastarlas o si quiera empezar... Algunas de las superficies, como las mesillas de noche, comenzaban a coger polvo.

Lo que llamó especialmente mi atención fue una foto enmarcada sobre el tocador de mamá. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había entrado en la habitación de mis padres, es por eso que nunca me llegué a fijar en esa foto, hasta hoy. Me acerqué hacía ella y la cogí.

Un Chase de catorce años, vestido con un elegante traje azul marino, miraba de manera seria a la cámara, con un atisbo de enfado, mientras sostenía en brazos a mi yo de dos años. Yo me encontraba vestida con un vestidito blanco y azul, junto una diadema que ahora me resulta bastante ridícula. Al lado de Chase se encontraba Rhys, que también iba vestido con un traje azul, con las manos escondidas tras la espalda miraba serio y sin emoción hacía la cámara. Por otro lado Axel estaba sentado de espaldas en el suelo pero con la cabeza girada hacía atrás, miraba a la cámara con gesto confundido y levemente triste, dentro de unos pantalones cortos azules y una camiseta de rayas de un azul algo más claro.

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⏰ Última actualización: Jan 03 ⏰

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