Capitulo 4

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Me rasco la nariz nerviosa. Al alzar la mirada me encuentro con unos ojos de un azul intenso que me miran con picardía.

Siento mi cara arder. Tardo unos segundos más de los necesarios en ponerme de pie para acercarme a él. Alguien le agarra del brazo cuando esta apunto de abalanzarse sobre mi.

-Nick- Le llama un tío que esta a su izquierda- Tiene quince-

No sé cómo el chico ese sabe mi edad, pero tampoco me importa.

-¿Y? Es solo un juego- Responde el tal Nick- Cómo sea, parece muy madura para su edad-

Mi corazón empezó a acelerar. Siempre me he considerado madura para mi edad, he aprendido a vivir sola desde que era pequeña y siento que viví cosas que los niños no suelen vivir. Apenas recuerdo mi infancia, pero se que no fue la mejor. En cualquier caso, que alguien mayor que yo dijera eso me hacía sentir orgullosa. Por ejemplo, Lexi siempre ha vivido una vida normal, padres presentes que la quieren y apoyan, hermanos con los que es feliz, ella tiene una familia estable, por eso es que actua cómo una adolescente de quince años. Y no cómo una adulta que tiene que buscarse la vida.

Ignorando algunas quejas de que él era muy mayor y yo muy pequeña, me besó.

Nunca había besado a nadie. Durante mi vida me había planteado varias veces como sería, pero nunca imaginé que sería por el juego de la botella, con alguien desconocido y bueno, que fuera tan asqueroso.

Intenté seguir el ritmo de eso, no quería parecer inexperta o inmadura, pero sinceramente unas ganas de llorar me entraron de repente, no estaba muy segura de porque.

Luego de unos segundo, por fin, Nick se aparta de mí. Intento sonreir para que no parezca que he estado apunto de echarme a llorar en una esquina.

-Bien hecho- Me dice guiñandome un ojo y yo solo asiento. Conforme con estar a la altura, pero un un sentimiento desagradable se me ha quedado en el pecho.

Lexi y yo decidimos retirarnos del juego. Ella se sienta en sofá mientras saca su móvil para comprobar la hora:

-Voy a por algo de beber- Le digo, yendo hacía la cocina.

Desesperada busco una botella de agua.

-Te llamas Ellie ¿no?- Me pregunta alguien detrás de mi mientras saco la botella de la nevera.

Me doy la vuelta y ahí está Nick.

-Elizabeth, pero mis amigos me llaman Ellie- Digo, él asiente y nos quedamos en silencio- Tú te llamas Nick ¿no?-

-Nicolás, pero la gente me llama Nick-

Bebo de la botella para no tener que decir nada, por suerte él es el que habla:

-Has estado bien antes-

No estoy muy segura de lo que responder:

-Gracias, supongo-

-Bueno, por si quieres volver a quedar este es mi número- Me dice y me da un pequeño papel arrugado.

Lo primero que pienso es en que no es la primera vez que entrega ese papelito a alguien y que de alguna manera yo soy la última opción que tiene. Lo cojó y me lo guardo en el bolsillo de la chaqueta. No tengo el móvil ya que se me ha olvidado en casa de Lexi.

Sin decir nada más se va y me deja plantada en la cocina. Vaya ¿Está es la manera en la que se liga ahora? No se parece en lo que he aprendido de las peliculas.

Me quedo un rato mirando la puerta por la que se acaba de ir. Me siento bastante decepcionada ahora mismo, sin embargo ese sentimiento queda opacado por el pensamiento de que él me haya prestado atención.

-Le he pedido a Cam que nos lleve a casa- Me dice Lexi cuando llego a su lado.

. . .

Lexi sube a su habitación mientras yo le aseguro que enseguida voy.

Me siento un momento en el sofá, estoy algo mareada. No puedo recordar si mis hermanos llegan mañana a la mañana, si llegan a la tarde o si ya han llegado.

La luz del salón se enciende y al girar mi cabeza veo que es Ellen. Esta despeinada y lleva su bata azul, se sienta a mi lado en el sofá. Yo me tumbo, apoyando mi cabeza en su regazo mientras ella me pasa la mano por el pelo.

-¿Qué tal la fiesta?- Me pregunta.

-Bien, pero no es cómo en las películas- Le aseguro y ella suelta una pequeña risita.

-Cariño ¿Estás bien?-

-No lo sé- Respondo en un suspiro.

Ella se queda en silencio y sinceramente lo prefiero, ahora no estoy de humor para que nadie me dé ningun consejo, solo quiero estar tranquila y en silencio.

No necesito que nadie me ayude a afrontar mis propios problemas, si quiero llorar en un hombro, tengo dos para hacerlo.

Nos quedamos así un rato y luego de darle las buenas noches y un abrazo en señal de agradecimiento, subo a la habitación de Lexi.

La encuentro tirada en la cama mirando su móvil. Me pongo mi pijama y me tumbo a su lado.

Cuando se queda dormida voy a apagar la luz, me giro para quedar cara a cara con ella. Mi pulso se acelera cuando observo fijamente su cara, pensé lo maravillosa que era Lexi y lo poco que yo la merecía. Muchas veces deseaba ser cómo ella.

Con ese pensamiento en mente me quedé dormida.

. . .

Son las diez de la mañana y estamos vistiendonos para bajar a desayunar, ya que luego tenemos pensado salir a dar una vuelta. Los padres y hermanos de Lexi han salido hoy, por lo tanto estamos solas.

Tengo puestos, solo, mis pantalones vaqueros y el sujetador, me encuentro en el baño de Lexi con la puerta entornada mientras me pongo el desodorante. Por otra parte Lexi esta, solo, en bragas y una camiseta, buscando unos pantalones.

Una musiquita empieza a sonar y la identifico cómo el tono de llamada de mi móvil, que se encuentra encima de la cama de Lexi.

-Numero Desconocido- Me dice.

-Pon el altavoz, seguramente es para comprarles algo- Le digo.

Ella contesta y lo primero que oigo es:

-¿Lizzy?-

Me quedo paralizada. Solo mi familia me llama así. Y no puede ser nada más ni nada menos que Chase. Mi hermano mayor.

Abro la puerta de golpe, Lexi esta paralizada, igual que yo.

Me empieza a hacer señas preguntandome que hacer y yo le respondo con otras señas. Al final decido escribir en un papel:

Di que estoy ocupada o algo.

-Eh.. Lo siento, soy Lexi, su amiga, ahora mismo esta ocupada, eh.. se esta duchando- Improvisa Lexi rápidamente.

Hay un pequeño silencio al otro lado de la línea.

-Ah, bueno, soy su hermano Chase, estamos en frente de la casa, en fin, dile que cuando termine tiene que venir a abrirnos la puerta-

Mierda. Mierda. Mierda.

Aún no estaba preparada para afrontar a mis hermanos.

Vuelvo a escribir algo con rapidez en la hoja.

Diles que miren debajo del felpudo.

-Oye ¿Has mirado debajo del felpudo? Puede haber una llave de repuesto ahí-

En momentos como este estoy agradecida de ser amiga de Lexi.

Nadie habla durante unos segundo. Solo se oye el sonido del felpudo moviendose.

-Si, aquí están. Gracias- Hay un silencio incómodo- En cualquier caso ¿Le puedes decir que venga lo antes posible?-

-Eh, am.. Si, claro-

Y cuelga.

Me quedo mirando a Lexi. Estamos en silencio.

-Joder- Digo.

. . .

Secretos DescubiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora