Secretos Descubiertos

Capitulo 10

-Elizabeth, cariño, despierta. Estamos apunto de llegar- La voz de mamá parecía lejana.

Me costó algunos intentos hasta conseguir que mi vista se adaptase a la luz. Estaba dentro del coche de mamá y papá.

-¿A dónde vamos?- No estaba segura si lo pensé o lo dije en voz alta, sin embargo papá respondió.

-Al aeropuerto de Chicago, vamos a volver a casa-

Me sentía confundida.

¿A casa? Yo nunca viajaba con mis padres.

¿Aeropuerto de Chicago? Por alguna razón mi mente se puso en alerta.

-¿Que día es?- Pregunto.

Ambos se quedaron en silencio, incluso el conductor, que se había limitado a tararear las canciones de la radio, bajo la música y se quedó en silencio con una expresión neutra.

Sentía que algo malo estaba apunto de suceder.

-¿Mamá? ¿Papá?- Pregunté confundida.

El coche parecía ir cada vez más deprisa.

El corazón latía con fuerza en mi pecho.

Mis padre miraban al frente con expresión neutra.

Conseguí divisar un gran bloque frente a nosotros, sin embargo el coche no parecía detenerse.

-¡Mamá! ¡Papá!- Grité esta vez.

-Lizzy- Dijo alguien.

Lizzy, Lizzy, Lizzy.

El coche iba aún más deprisa y el bloque se encontraba cada vez más cerca.

Lizzy, Lizzy, Lizzy. Oía esta vez más alto.

Y cuando quedaba un palmo de distancia.

Desperté

. . .

-¡Lizzy!- Era Chase el que me llamaba.

Sentía un sudor frío recorrer mi espalda y al levantar tan rápido la cabeza un inmenso dolor me invadió por completo.

-Tranquila, era una pesadilla- Dijo sentandose a mi lado. Mientras frotaba mi espalda en un intento de tranquilizarme.

Estaba hiperventilando, con el miedo aún en mis venas.

No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que pasé una mano por mi mejilla.

-Tranquila, venga, vamos a por un vaso de agua-

Mientras bajaba las escaleras sujetaba con fuerza la mano de Chase, como si la oscuridad fuese arrastrarme de vuelta a esa pesadilla. Me volvía a sentir como una niña de cinco años.

Con la vista perdida y un gesto inconsciente me estaba arrancando la piel de alrededor del pulgar cuando Chase dejó un vaso de agua frente a mi.