Capitulo 12

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Me desperté hiperventilando y con un sudor frío recorriendome la espalda. Sentía el pánico recorrerme el cuerpo. Otra pesadilla.

Fui al baño para intentar tranquilizarme, pero no sirvió de mucho. Por alguna extraña razón sentí que tenía que entrar en la habitación de mis padres. Aunque la hubiera estado evitando desde aquella noche.

Me arrepentí al instante de entrar, todo seguía igual, pero más frío y eso solo me hizó recordar momentos que prefería olvidar. Empezé a sentir que me volvía a faltar el aire y notaba las lágrimas acumularse en mis ojos. Por que, por un momento, el hecho de que no estuvieran y de que no volverian a estar pareció más real de lo que esperaba.

Así que di media vuelta y baje.

Al bajar solo me encontré con Rhys preparando el desayuno.

-No tienes buena cara ¿Has tenido otra pesadilla?- Fue lo primero que dijo cuando yo entré por la puerta.

-Vaya gracias- Respondí irónicamente.

-Sabes que no lo decía con esa intención- Habló por lo bajo- ¿Te siguen gustando las tortitas?- Me preguntó cambiando de tema.

Asentí y mientras él ponía algunas en un plato, pregunté:

-¿Dónde están Axel y Chase?-

-Axel suele salir a correr por las mañanas y Chase siempre tiene algo que hacer-

Mientras desayunaba había tomado una decisión que llevaba días pensando, pero debía hablarlo con Chase.

-¿Y cuando va a volver Chase?-

-Dentro de un rato ¿Por qué? ¿Quieres hablar de algo?-

-No, solo por saber-

Nos quedamos un rato en silencio, sentía a Rhys analizarme con la mirada hasta que de repente me preguntó:

-¿Te apetece venir conmigo ha hacer la compra? Chase no para de mandarme ha hacer encargos y tal vez me aburro menos si no voy solo-

-Si, vale- Respondí.

Tal vez me vendría bien distraerme un poco.

. . .

Estaba en la parte de los lácteos buscando unos yogures que Rhys me había mandado a buscar.

Aunque al principio me arrepentí de acompañar a Rhys, por el hecho de que me sentía agotada, al final resultó bastante entretenido.

Me contó varias anécdotas de cuando tenía mi edad, de cómo siempre se estaba metiendo en líos y que Axel o yo debiamos seguir sus pasos, concretamente dijo:

-Espero que seas tu, porque eres mi hermana favorita-

Teniendo en cuenta que no tenía más hermanas supongo que era un halago.

Luego también estuvo hablando de que estaba haciendo varias entrevistas de trabajo y que, si tenía suerte, conseguiría trabajar en una cafetería.

Me alegré por él. Y decidí que me gustaba pasar tiempo con Rhys, sobre todo porque el se comportaba como mi hermano, no como Chase, que parecía haber decidido ocupar el puesto de papá.

-Aquí están- Dije en cuanto metí los yogures en el carrito.

-Bien, pues creo que podemos ir a pagar-

Aunque no pasó tanto tiempo desde que vinieron mis hermanos, me ponía a pensar y parecía una eternidad. Y me di cuenta de ello en cuanto ví al chico, con el que me había besado en la fiesta y que después me dió su número, pasando nuestras compras por la caja.

Ni siquiera recordaba su nombre, estaba segura de que empezaba con N ¿Nelson? ¿Noah? ¿Nemo?

Me fijé en la chapa con su nombre: Nick

¡Eso es!

Si me reconoció no dió indicios de ellos. Aunque tampoco tendría mucho sentido, le ví una vez, hace al menos dos semanas durante menos de 15 minutos. También podría ser porque ese día llevaba un vestido que me favorecía bastante y para hacer la compra llevaba un chándal con una gran sudadera y el pelo recogido en una coleta despeinada. Sin mencionar que mis ojeras eran cada vez más notorias.

Terminó de meter nuestras compras en una bolsa, nos cobró y se despidió. Todo eso sin cambiar su expresión de aburrimiento.

Iba detrás de Rhys camino a la salida  cuando me dí la vuelta para ver por última vez a Nick que me guiñó el ojo y señaló la bolsa que yo llevaba.

Miré dentro de esta y había un pequeño papelito.

Por si se te había olvidado.

Y debajo de este su número de teléfono.

. . .

En cuanto llegué a casa guardé el pequeño papel en el cajón de mi mesita de noche. Y me tiré a la cama.

Me sentía agotada.

Y sin darme cuenta me quedé dormida.

. . .

Me desperté por el sonido de la llave en la cerradura de la puerta y por un instante la imagen de mis padres entrando por la puerta con las maletas a su lado cruzó mi mente.

Por alguna extraña razón guardaba la esperanza de que volverían, de que por la puerta principal entrarían ellos. Bajé las escaleras más rápido de lo que debería, teniendo en cuenta que, obviamente, al otro lado no estarían mis padres.

Por ella entró Chase y mi decepción pareció ser bastante notoria. Porque acto seguido respondió:

-¿Esperabas a otra persona?-

Solo me encogí de hombros y me dí media vuelta volviendo al salón. Me senté junto a Rhys y seguí viendo la película que habíamos dejado a medias ayer.

-¿Qué tal estáis?- Preguntó Chase entrando en el salón.

Me quedé un rato en silencio, pensando como decirle a Chase lo que había estado pensando los últimos días.

-Chase- Murmuré.

-¿Qué pasa?-

-Esto... Quiero hablar contigo un momento-

-Claro- Respondió con un gesto confundido y ambos salimos del salón y fuimos a la cocina.

-¿De qué querías hablar?- Preguntó en cuanto entramos, estaba de brazos cruzados y apoyado en la encimera.

-He estado pensando y tal vez podría ir a vivir un tiempo junto a Phil-

Su ceño se frunció, estaba claro que no le gustaba mi propuesta.

-¿Por qué quieres ir con él?-

-No lo sé, tal vez este mejor ahi un tiempo y...- Probablemente no escogí las palabras adecuadas para expresar lo que quería decir.

-No- Sentenció de manera firme.

-Pero...-

-No- Repitió- Lizzy, evitando toda esta situación no la harás desaparecer, aunque te marches todo el tiempo  que quieras con Phil, cuando vuelvas tendrás que afrontarlo-

Sus palabras sonaron más crudas de lo que pensé. Sin embargo lo que sentí fue una gran ira.

-No eres mi padre, y si no fuera porque ellos han muerto tú nunca estarías aquí intentando serlo-

-Elizabeth...- Sonó serio, apunto de enfadarse.

-No, sabes que tengo razón ¿Crees qué puedes venir aquí después de cinco años y empezar a hacer todo lo que quieras? ¿Empezar a mandarme y creerte mi padre? Porque, para que lo sepas, no lo eres-

No dejé que terminará, hecha una furia subí a mi habitación, cerré la puerta de un portazo, cogí una mochila y empezé a meter ropa sin ningún tipo de orden.

Dudé un momento, pero acabé metiendo el pequeño papelito que me dió Nick en mi bolsillo.

Secretos DescubiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora