Capitulo 20

2.1K 121 11
                                    

-En cuanto lleguemos cada uno os vais a vuestra habitación a tranquilizaros un poco- Nos advirtió Chase lanzandonos una mirada enfadada a través del retrovisor del coche. 

Axel se mantuvo reacio a hablar o siquiera mirarnos a Chase o a mi. Todo el viaje se mantuvo de brazos cruzados mirando por la ventana. Su ceño fruncido ni siquiera flaqueó al escuchar que iba a estar expulsado una semana. Cuando llegamos, aún sin decir nada, subió con paso apresurado a su habitación, yo lo seguí poco después. 

Me tumbé en mi cama, lo primero que habría hecho es mandarle millones de mensajes a Jason pero en cuanto salimos del despacho de la directora Chase nos había quitado los móviles, por lo tanto lo único que me quedaba era mirar al techo mientras pensaba que mierda le había pasado a Axel.

Era consciente que mi familia se había desmoronado, aún más, tras la muerte de mis padres. Axel ya no era el niño risueño que recordaba, no sabía si asociarlo con la muerte de nuestros padres o por los cinco años que estuvimos separados, tal vez por ambas. Sin embargo, había tardado demasiado tiempo en darme cuenta. Me sentía demasiado absorta en mis problemas para darme cuenta de cómo estaban mis demás hermanos.

De la manera en la que yo me sumergía en la tristeza, tal vez el mecanismo de defensa de Axel era el enfado.

Oí como en la habitación de al lado se abría la ventana y se cerraba un cajón con fuerza.

La habitación de al lado era la de Axel.

No sé porque pero un miedo me invadió por completo, de manera rápida me puse en pie, e ignorando el mareo que me dió, entre con rapidez a la habitación de Axel, sin siquiera llamar a la puerta.

-¿Qué haces?- Me preguntó de manera brusca.

No respondí, tan solo analizé la habitación, la ventana se encontraba entornada. Axel tenía una botella de whisky encima de su escritorio, probablemente la habría cogido del despacho de papá que ahora usaba Chase, entre sus dedos tenía un cigarrillo.

-¿Fumas?- Fue lo primero que pregunté, ignorando por completo su pregunta anterior.

-Solo de vez en cuando, desde la muerte de... Bueno, necesito algo para tranquilizarme-

No obvié la manera en la que esquivó mencionar la muerte de nuestros padres, ni que está era, probablemente, la conversación más larga que teníamos desde que vinieron.

Tras dar unas caladas al cigarro tomó un gran sorbo de la botella.

-¿Puedo?- Pregunté señalando la botella, no había pensado mucho en mis palabras al soltarlas, Axel me miró algo extrañado, aunque acto seguido se encogió de hombros y me entregó la botella.

Le di un sorbo bastante largo, sentí como el líquido abrasaba mi gargante y no pude evitar hacer una mueca que pareció divertir a Axel.

-Pensaba que para esta edad ya habrías probado algo más fuerte que el whisky- Decía entre risas.

Ignorando la vergüenza que comenzaba a sentir, tomé otro trago y algunos más, hasta que conseguí acostumbrarme al sabor. Axel terminó su cigarrillo y también tomó varios tragos.

Entre los dos, en poco tiempo, nos acabamos poco más de la mitad de la botella. Para cuando quise darme cuenta  comenzaba a sentir la visión nublada y cuando intenté decirselo a Axel solo salieron una extraños balbuceos de mí. Mi hermano, por su parte, se encontraba con la mirada pérdida, no sabía exactamente dónde.

Y no había peor momento para que Chase nos llamara al salón. Axel me miró con la misma expresión de preocupación con la que lo miraba yo.

-¿Crees que se va a dar cuenta?- Grité o susurré no estaba segura. Tampoco comprendí cómo Axel consiguió entender mis palabras mal pronunciadas.

-No, pero hay que ir despacio-

Por alguna razón eso parecía tener mucho sentido, es por eso que nos encontrabamos bajando las escaleras muy lentamente dados de la mano.

Al llegar con toda la delicadeza que pudimos, que no fue mucha, nos sentamos en el sofá. Cuando Chase nos miró a ambos tuve que reunir todas mis fuerzas para no reirme, se veía muy gracioso con esa expresión perpleja y la cara roja.

-Apestais a alcohol-

Presa del pánico me acerqué más a Axel y le susurré:

-Creo que se está dando cuenta-

Aunque mi tono de voz fue bajo, o eso creía, Chase llegó a oírlo.

-Como para no darse cuenta, menudo numerito estáis montando-

-No pienses en nada, seguro nos lee la mente- Me susurró Axel y yo asentí convencida de que tenía toda la razón.

Ambos estabamos completamente rectos, mirando a nuestro hermano mayor con el ceño fruncido.

-Escuchad, me parece muy bonito que volvais a estrechar ese vínculo que teníais, pero que os emborracheis y monteis este ridículo espectáculo no me parece que sea la manera correcta-

Axel soltó una gran carcajada a mi lado, que intentó ocultar tapandose la boca con la mano, yo a su lado me encontraba en una situación parecida.

-Ha dicho culo tres veces- Dijo Axel, tras eso no pude evitar romper en carcajadas yo también.

-Muy maduro- Habló Chase frente a nosotros.

Mientras me limpiaba una lágrima que comenzaba a salir a causa de la risa, escuchamos cómo la puerta se abría y a Rhys entrando por esta.

-¿Qué les pasa a estos?- Preguntó al entrar y ver a Axel casi tirado en el suelo de la risa y yo apunto de terminar igual. En cuanto se acercó y olió a su alrededor dedució la respuesta.

-¿Y tú donde estabas?- Le preguntó Chase de manera acusatoria.

-Trabajando, por si lo habías olvidado tengo tres trabajos-

-Parece que buscas cualquier excusa para no estar por casa-

-¿En serio? ¿Vas a empezar a acusarme de que no estoy por casa?-

-Siempre estás trabajando, mientra yo me tengo que ocupar de estos dos-

-Alguien tiene que mantener a esta familia-

-¿Insinúas que no hago nada? Porque hago muchas cosas. Yo también trabajo, por si se te olvidaba-

-Yo no he dicho eso-

-¿Me estás llamando ahora mentiroso? ¿O me estás diciendo que estoy sordo?-

-Yo... no sé que está pasando...- Habló confundido Rhys.

-Dime ¿Qué soy? ¿Un vago, un sordo o un mentiroso?-

-Yo... esto... no sé..-

-Claro ¿Cómo vas a saber tú algo?-Tras masajearse la sien, soltó un suspiro y continúo hablando- Encargate de estos yo voy a hacer la cena-

-Pero si son las cinco de la...-

-¿También vas a cuestionarme esto?- Inquirió enfadado.

-No, no- Respondió de manera apresurada Rhys.

En cuanto Chase entró a la cocina, tras dar un portazo, le susurré a Axel:

-Parecen un matrimonio viejo-

Y nuestro ataque de risa volvió.

Secretos DescubiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora