OPORTUNIDADES 1/2.

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-Raven tenem...-Las palabras se quedaron en el aire al ver a Octavia sentada a horcajadas sobre la latina sin camisa.-Waw.

-Lo siento mucho señorita Reyes, usted no cogía el teléfono y la señorita no me ha querido escuchar.-Se apresuró a decir la secretaria nada más cruzar la puerta.

-Danos unos minutos por favor.-Dijo Raven en un tono ahogado.

Alycia sin duda cerró la puerta del despacho con la sorpresa en el cuerpo olvidándose por unos minutos lo que la llevó hasta la empresa donde trabajaba su amiga. Miró a la secretaria, quien le dedicaba una cara de desaprobación, le esbozó una sonrisa de lo más descarada y negó con la cabeza.

"Entra" la voz de Raven hizo que se diera la vuelta y abriera nuevamente la puerta para toparse con el rostro sonrojado de Octavia.

-No te vayas, que estés aquí solo ayuda.-Le pidió y ésta asintió en silencio retrocediendo sus pasos.-Tranquilas, no se lo diré a nadie.

-Lo sé, sé que no quieres ser degollada.-Le dijo Raven.-La ojiverde le sonrió sin ganas y se sentó en uno de los sillones.-¿Quieres café?

-No o me da una taquicardia.-Resopló perdiendo la vista por unos instantes en un punto muerto.-¿Sabéis ese momento en el que te das cuenta de que la felicidad son instantes? ¿Qué eras feliz y ni siquiera eras consciente? ¿Qué ya no sabes que hacer para que las cosas funcionen?-Hubo un silencio que pesaba y Alycia no esperaba respuesta porque dada la situación en que las encontró, no hacía falta. Sin esfuerzo, sus ojos derramaron una lágrimas pero no hubo un sollozo acompañado.-Claro que lo sabéis, joder chicas yo...os lo juro pero no sé que es lo que hago mal.-Limpió sus lágrimas y respiró profundo.

-Hey ¿qué pasa?-Le habló con tacto Octavia.

-Ese el problema, que no sé que coño pasa, que no tengo ni puta idea de lo que ocurre, que ya no se en qué hacer joder.-Su vulnerabilidad salió a relucir.

Raven no respondió y salió de su despacho con el teléfono en la mano.

Octavia se acercó a Alycia y se agachó a su altura.

-¿Qué ocurrió?

-No lo sé O, no lo sé, intento hacer esto bien sabes, que funcione pero es que una relación no funciona si no hay confianza, comunicación y a mi me falta ambas cosas con Clarke.

-¿Pero habéis hablado?

-Si me cogiera el puto teléfono o se dignara a abrirme la puerta, a lo mejor se podría intentar.-Respondió enfadada y frustrada.

-Mira entiendo que estés desesperada por solucionar lo que sea que haya pasado, pero si Clarke no ha dado señales, es porque algo le ha ocasionado un gran impacto y le a entrado miedo.-Las palabras de Octavia le llamaron la atención.-Si no te contesta, ten paciencia a que ella organice lo que sea que tenga en su cabeza, dale espacio, cuando esté preparada aparecerá sin más.

-Vale, vale está bien, sin presiones.-Suspiró.-¿Tú imagino que no has hablado con ella verdad?

-No cielo, llevo días sin hablar con ella, si supiera algo te lo diría, tranquila.-Alycia asintió y limpió el rastro de lágrimas.-Pero mira, si no has hecho nada, quédate con eso. El problema no lo tienes tú.

-Supongo, no lo sé...-Respiro un par de veces de forma profunda antes de cambiar de temaAsí que tú y Rae...-Levantó una ceja acompañada de una sonrisa sugerente.

Octavia inevitablemente sonrió sonrojandose, se levantó y se sentó enfrente.

-La verdad es que no sé ni lo que hago.-Empezó a girar el anillo de compromiso en su dedo.-Es algo así como que quiero y no quiero, las cosas con Raven funcionan diferentes.

-Primero empieza por contestar ¿Te quieres casar con Ricky?-O le miró a los ojos y asintió.-¿Y qué pinta Raven ahí? ¿No crees que le harás daño?

-Hostia claro que lo sé, precisamente vine a hablarlo con ella y mira como terminó las cosas...

-¿Pero qué hay de ti? Es decir, no puedes casarte con alguien y revolcarte con otra, te estás auto engañándote.

-Vaya, no te recordaba tan directa.-Le sonrió la aludida.-Quiero a Raven, la quiero de mil formas diferentes. Pero también quiero una estabilidad y ahora mismo, no sé de qué tipo estabilidad necesito más, si emocional o de una vida.

-Raven está coladita por ti, se tira por la ventana si se lo pides y sabías de antemano lo que iba a pasar cuando te presentases aquí, me conozco esa historia sabes.-Alycia le sonrió cómplice.-Vais haceros daño si seguís así, toma el ejemplo de Clarke y ausentate también.-Rió de forma amarga.-Lo siento, eres una mujer adulta Octavia, toma las riendas de tu vida y decídete que es lo que realmente quieres, solo no quiero que tomes una decisión sin pensarlo de más y que en vez de haber el mínimo daño, los tres acabéis jodidos.-Fue honesta y respetó el silencio de Octavia.

En todo el berenjenal en el que se veía, le pareció irónico dar soluciones cuando no tenía salidas  a las suyas propias. Hacía tres días que no supo nada de Clarke desde que volvieron de Ingleside,  no le contestaba las llamadas, no respondía a los mensajes y tampoco daba señales cuando fue a su casa, le frustraba y le desesperaba a partes iguales porque no sabía lo que había hecho para que las cosas se desviaran tanto. Estaban tan bien, se podía leer tanto amor, que de repente ¡BOM! una dosis de realidad amarga azotó con todas sus fuerzas haciéndole ver, que las cosas no iban a ser de color rosa, ni mucho menos, fáciles.

Decidió que era momento de marcharse, así que se levantó renovada de pensamientos, no hizo nada malo e iba a quedarse con eso.

-No sé donde se ha metido Raven pero gracias, me ha servido mucho hablar contigo.

-Lo mismo digo guapa.-Le sonrió con cariño ante su respuesta, siempre tuvo más afinidad con Raven porque Octavia le parecía demasiado seria y reservada, pero sin duda era buena escuchando y dando consejos, una pena que no se supiera escuchar a sí misma.

-Llego tarde al trabajo así que...dile a Raven que me debe una comida por esto.

-No lo dudes, se lo haré saber.-Y sin decir mucho más, se marchó a Polis, mantener su mente ocupada le daría tiempo muerto a lo inestable que era su relación.

Ese día Alycia tuvo dos oportunidades.

La primera, de resolver el misterio; porque dos minutos después de haberse ido, Raven volvió con sorpresa dibujada en su frente.

Y la segunda, si no hubiese puesto en silencio su teléfono por querer olvidarse de todo lo demás, no habría perdido un momento en el que días después, se arrepentiría.

Dicen que cuando un problema aparece, todo lo malo se pone de acuerdo para hacerse presente, dicen que los problemas en ocasiones, son oportunidades, decisiones y desenlace.

QUÉDATE CONMIGO 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora