CINCO MESES.

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PERDONARME LA TARDANZA, NO PUDE ACTUALIZAR ANTES POR ALGUNOS CONTRATIEMPOS, PERO COMO SIEMPRE AQUÍ LO TENÉIS, DISFRUTARLO.


Cinco meses pasaron, donde no solo hubo recuperación sino que también cambios. Cambios que con el paso de los días, se hicieron más notorios. Las dudas fueron resueltas y el dolor tomó su camino en el olvido.

El primer mes antes de salir del hospital, Clarke dejó de culpar a Christian, porque culpar a

un hombre muerto, resultó ser un sentimiento de remordimiento innecesario.

-Clarke ¿Qué quieres hacer con tú moto?-Preguntó Abby al lado de la cama de su hija, faltaba dos días para que pudiera volver a casa.

-¿Acaso se puede salvar?-Cuestionó con curiosidad, la decisión estaba tomada desde que los recuerdos continuamente golpeaban su memoria.

-Sí, por lo que me ha informado el mecánico, puede dejarla como nueva.

-Pues que la arregle y que se la quede si quiere, se acabaron las motos.-Abby la miró con asombro pero a su vez contenta por la decisión y no se la iba a cuestionar, era una preocupación menos.

-Y respecto a Christian...

-No me hables de ese hombre.-Interrumpió con amargor las futuras palabras de su madre.

-Deberías de escuchar la versión completa antes de decidir guardar tanto rencor.

-¡Casi me mata! ah no espera, me mató y gracias a Alycia, mi hija no es huérfana.-Rectificó molesta por la falta de comprensión de Abigail.-¿Cómo pretendes que no le tenga rabia?

-¿De qué te servirá tenerla cuando él ya no vive?-Clarke abrió la boca para responder pero la volvió a cerrar.-Discutía con su mujer por teléfono, al parecer ella iba a dar a luz en dos semanas y Christian no estaría presente por trabajo. Perdió el control del coche y al no llevar el cinturón de seguridad, atravesó la luna por la brusquedad del impacto y el intentar frenar a tiempo.-Abby informó a su hija lo mismo que le habían dicho los oficiales días atrás, observó con paciencia a su hija y decidió darle espacio para pensar con claridad.-Yo también estaba enfadada, estuve a punto de perderte igual como perdí a tu padre, pero estás viva y yo he vuelto a renacer, eso es lo que importa ahora.-Sonrió con calidez al ver a su hija limpiarse una lágrima antes de salir de la habitación.

Clarke en ese instante, dejó de culpabilizar a Christian y sintió pena por su mujer y por su hija que probablemente ya habría nacido y que no conocería nunca a su padre, ni recibiría el amor por su parte cómo ella le brindaba a su hija.

Ese mes Clarke también se dió cuenta, desde que Scott Markson; amigo de confianza al igual que su mayor socio, quien estuvo a su lado a la hora de levantar su empresa y quien se hizo cargo de esta al completo después del accidente, los momentos, la evolución y el aprendizaje que perdió de su hija.

-Buenos días mami.-Entró Lexa a la cocina, donde Clarke sostenía una taza entre sus manos mientras que Richard preparaba el desayuno.-Hola ratita.-Saludó la niña al chico.

-Buenos días ratita.-Responde Richard posando un beso en la frente de la pequeña.

-Buenos días princesa, que guapa te ves.-La niña le sonríe y enseguida se sube al regazo de su madre cuando sus manos fueron desocupadas.

-Gracias, tú también estás muy guapa, siempre estas muy guapa mamá.-Clarke sonríe embobada, sintiendo como su pecho se llena de felicidad.

QUÉDATE CONMIGO 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora