Cada quien a su universo

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-En Tierra Prime-

Katie se encontraba disfrutando de estar entre los brazos de Supergirl. Sabía que ella no era Melissa, el hecho de que hubiesen flotado mientras se besaban en el departamento sin la necesidad de cables o algo que las sostuviera le habían hecho ver que tal vez, no se encontrara en la Tierra. Conocía el papel de Lena Luthor lo suficiente como para saber como actuar alrededor de Kara Danvers, y, por lo que la rubia le había contado, al parece llevaban ya tiempo saliendo.

Sin quererlo, había pasado la mayor parte del día en su departamento. Aquel que solo podía ver en el set con cambios apenas notables. La vista de National City -el verdadero National City- no podía compararse con el de la ficción. Y el lugar en el que se encontraba tenía un buen paisaje de la ciudad. estaba segura de que a Melissa le habría encantado.

— ¿Qué pasa, cariño? — preguntó Kara de pronto, notando su seriedad.

— ¿Qué pasaría si no fuera yo? — dijo, mirando hacia la nada.

— ¿A qué te refieres?

— ¿Qué pasaría si un día despiertas y yo no soy yo?

— Te buscaría y te encontraría — respondió Kara seriamente —. ¿Por qué lo preguntas? ¿Va algo mal?

— No — dijo con tristeza, colocando una mano sobre la mejilla de la chica frente a ella —. Era solo curiosidad.

Kara se inclinó y le besó con tanto amor y cariño que sintió envidia por la Lena de ese mundo. No podía creer lo afortunada que era de tener a alguien como Kara de su lado. Esperaba que Lena le amara tanto como ella lo hacía. Poco a poco, se dejó llevar, hasta que un tirón hizo que se separara bruscamente.

— ¿Lena? — le llamó Kara, la preocupación en su voz era evidente.

— Kara... — susurró antes de sentir otro tirón un poco más fuerte. Luego uno más y todo se puso negro.

...

-En la Tierra-

Lena no iba a mentir, se había divertido con las chicas y realmente no bromeaban al decir que lo que pasaba en el día de chicas se quedaba en el día de chicas. Había aprendido tanto sobre sus compañeras de cuarto que casi le resultaba imposible separarlas de sus cuatro chicas. Las risas, anécdotas de filmación, los rumores que corrían por internet y los fanfics.

Oh... Lena había amado los fanfics.

En su vida se hubiera imaginado que un gran grupo de personas dedicaran una parte de su tiempo a escribir cosas sobre ella y Kara. Cuando las chicas se habían ido tarde por la noche, había tomado el celular que se encontraba en la mesa de noche y había entrado en internet, escribiendo "Supercorp fanfic" y presionando enter.

Había encontrado de todo, sorprendiéndose con la cantidad. Las historias iban desde besos inocentes hasta sesiones de sexo intensas que dejarían a cualquier persona que las escuchara con años de terapia. No sabía cómo podían hacerlo, ella apenas si tenía cabeza suficiente para los contratos, investigaciones y demás que se llevaban a cabo en L-corp. Le había sorprendido encontrar algunos, donde, a pesar de ser Kara y Lena, Supergirl no existía, donde las dos eran humanas. Le gustaba esa idea, tanto como tener una novia super. Si bien la luz artificial del sol rojo ayudaba a que los poderes de Kara disminuyeran, la parte favorita de Lena era dejar marcas en su cuello. Sin embargo, tan pronto como la luz se iba, las marcas desaparecían.

Había otros que simplemente no había querido leer, donde ya sea ella o Kara morían en el transcurso de la historia, otros donde una de las dos era malvada, donde Kara no había podido salvarle, donde ella misma le atacaba con armas hechas de kriptonita con el único propósito de vengarse por haberle mentido. Hacia tiempo que le había perdonado, pero con solo leer uno e imaginar lo que Kara había pasado le había traído malos recuerdos.

Después de una pequeña merienda, regresó a la habitación. Oisin le seguía de cerca y no se había apartado de ella en toda la tarde. Comenzó a acariciar al perro a su lado y él cerró sus ojos, disfrutando del contacto. Estaba por quedarse dormida cuando sintió un tirón. El pobre animal saltó hacia el suelo y comenzó a temblar. Se movió un poco y sintió un tirón fuerte.

Luego todo se volvió negro.

...

-En algún lugar del cosmos-

Katie estaba en el vacío, no había otra forma para describirlo. Todo a su alrededor era blanco y pulcro, pero no había nada, ni siquiera una marca de pisadas en el suelo. Ni siquiera había polvo y lo blanco se extendía tanto como su vista alcanzaba. Miró hacia la izquierda y algo llamó su atención, era una persona caminando. Una persona caminando que se dirigía hacia ella. Se quedó atónita cuando se dio cuenta de que la persona vestía unos vaqueros como los de ella, una blusa y zapatillas deportivas. Al parecer tenían el mismo gusto. Un escalofrío recorrió su espalda cuando pudo divisar sus facciones. Era idéntica a ella.

— Tú debes ser Katie — dijo, estirando su mano.

— Tú... tú debes ser Lena — dijo, estrechando la mano que le ofrecían.

En cuanto sus manos se unieron, algo tiró de ellas. Y la sensación fue cada vez más fuerte.

— Cuida a Kara — fueron las últimas palabras que Katie había dicho antes de desaparecer frente a sus ojos.

Cualquier cosa que ella tuviese por decir, se quedaría con ella.

Cuando Katie fue LenaWhere stories live. Discover now