Viernes 13.

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- Sólo queremos saber qué hiciste anoche.

- Ya se los dije, estuve durmiendo desde las 10 p.m.

- Tenemos suficiente evidencia para creer que ayudaste a tu amigo Christopher a escapar.

- Escapar?

- Señor - interrumpió el forense.

- Discúlpame un momento - Dijo el capitán mientras se levantaba de su silla para hablar con el forense.

- Terminamos las pruebas y las marcas del auto estacionado afuera de su casa coinciden con las marcas de la patrulla. No hay duda de que es el mismo coche.

- Muy bien hijo - dijo arrojando una carpeta a la mesa - tenemos el carro afuera de tu casa y la macana de uno de mis hombres. Puedes confesar donde está Chris o pasar una condena aún más larga en prisión.

- Oficial, no entiendo nada de lo que está pasando.

- Me gustaría jugar a esto todo el día pero no tengo tiempo.

- Qué es esto? - preguntó agarrando la carpeta

- ábrelo

A nadie se le había notificado el arresto de Chris, y hoja con hoja la cara de David se iba poniendo más y más pálida. La carpeta contenía las entrevistas, fotos y pruebas en contra de Chris y ahora también de David.

- Qué demonios...

- Están jodidos, tenemos pruebas suficientes de que Chris y tú fueron cómplices en los asesinatos de Jack el Destripador. Confiesa donde está Chris o paga sólo la condena.

- En serio crees que mataría a mi propia familia? ¿¡Me estás jodiendo!? - gritó David inclinándose en la mesa.

- La mente de un psicópata, de un asesino serial funciona de formas extrañas. Pueden matar a gente cercana solamente por necesidad. La mayoría de las veces suelen volver a la escena del crimen, o al velorio o al entierro solamente para ver su obra de arte terminada. Y en muchas ocasiones buscan un cómplice. Si son cercanos y tienen confianza es mejor, porque saben que ninguno se delatará.

- No sé qué clase de mierda se metieron usted y todo su equipillo de mierda, pero se están equivocando en grande.

- Ok, si esa es tu última palabra... David Jenkins, por el poder que me otorga el condado de Bristol...

David dejó de escuchar, tenía demasiadas cosas en su cabeza. Como el pensamiento de que su mejor amigo podría o no ser el asesino de toda su familia, o de que estaban a punto de meterlo preso. O de que 3 horas antes acababa de encontrar a su padre muerto en su sala y ahora estaba a punto de ser procesado por asesinato y complicidad, pero mientras lo llevaban esposado recordó algo muy importante, algo que se les había pasado por alto.

- Tengo derecho a una llamada.

- Perdón? - preguntó el policía.

- Eso, que tengo derecho a una llamada y me gustaría usarla - renegó David resistiéndose a seguir caminando.

No habían muchas personas a las que pudiera llamar, así que marcó el único número que se sabía de memoria.

- Bueno? - respondió Dayana

- Day, soy David.

- David! Te he estado marcando todo el día, estoy aquí en tu casa,  supe lo de Ben y...

- espera - interrumpió  - no tengo mucho tiempo. Estoy detenido en la comisaría - explicó - no hagas preguntas,  pero necesito que vengas con la señora Ainsworth. Ella te va a contar seguramente todo. Sólo dile que me detuvieron porque creen que soy cómplice de Chris, ella debe estar enterada.

El asesino del sombrero [HISTORIA TERMINADA]Where stories live. Discover now