⚘El consorte (Taejin)⚘

Lo se.

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Camino lento entre el pasto, las flores, y a cada paso un recuerdo surgía, como jugaba con los dos príncipes, al padre de ambos antes de fallecer, a sus cuidados, incluso a la "maldita" Soojin sentada en el pasto a su lado mientras hablaban de cosas de niños ilusionados.

La vida era amarga, no había felicidad ni una luz, por que su corazón ya no era blanco ni negro, mas bien una masa que se lleno de envidia y furia, el culpable y victima estaba sentado tal cual un hermoso y brillante cuadro en medio de una banca con la mirada perdida en sus pensamiento puros y blancos.

No poda compararse a un muchacho sin maldad, a una persona que no le guardo rencor o le llego a matar lleno de furia, a alguien que salvo a su príncipe, pero era tarde para pedir perdón, eso pensó mientras mas se acerco al delgado cuerpo cubierto de aquel cabello largo, brillante y lustroso.

-No te alejes de mi- le pido al verlo ponerse de pie en cuanto le vio cerca-Por favor-

-Mio, mi príncipe es mio-el ceño fruncido de Jin le dio cuenta de lo mucho que le desagradaba en ese punto, ¿Cuando se volvió todo así? , ah... cuando comenzó a envidiarle.

-Jin ¿Me vas a perdonar algún día?-el joven miro al suelo dando vueltas alrededor, parecía querer muchas cosas, pero su lengua no emitió sonido hasta minutos después 

-No se- el consorte de cabello rubio tan bonito como una muñeca negó con lagrimas en los ojos.

-¿Por que?- Jin tomo su cabello y tiro de el, quera decir tanto pero había perdido la practica.

-No soy tonto- al fin escupió de manera burda ante la sorpresa del mayor -No ... puedo hablar, pero no soy tonto, lo se, yo lo se-Jimin abrió los ojos algo extrañado negando.

-¿Que sabes?, no sabes nada Jin, no puedes juzgarme-

Jin miro los ojos bonitos del mayor y se mordió las uñas

-Te enamoraste de el- balbuceo -Tu te enamoraste de mi Tae-Jimin abrió la boca y negó varias veces.

-No es cierto, el es como mi hermano, no me gusta de esa manera, ¿Lo sabes verdad?- parecía un auto-convencimiento mas que una verdad.

-Se...que... te.... gusta- balbuceo -Pero me...me... el me ama- dijo tan firme como podía.

-No es cierto- pero al escuchar a Jin decir aquello hizo que un sentimiento surgiera de el fondo de su estomago, y cuando lo reconoció abrió los ojos bastante asustado de si mismo.

Celos.

Un sentimiento confundido con envidia, lo mas contundente del caso es que en todos esos años, el único en notarlo fue el, el transparente y puro consorte de nombre Jin.

El único que lo noto incluso antes que el, y con esos sentimientos desbordados miro sus manos donde un viejo anillo de bodas adornaba.

"Pero no eres Soojin", 

Dejo caer unas lagrimas en su rostro y elevo la mirada para ver a Jin quien tenia la guardia en alto listo para defenderse si era atacado.

-Usaste tu poder con el- dijo jugando con sus manos -Tu poder de consorte -El mayor negó.

-Ni siquiera se cual es mi poder- balbuceo Jimin nervioso

-Lo sabes... Lo... lo... sabes, tu poder de atraer a las personas- Jin no pudo decir mucho, su garganta dolía -pero no me voy a rendir...Mio- estas palabras tan firmes hicieron al mayor retroceder.

-Jin, tienes que perdonarme- le rogó al ver que comenzaba a marcharse.

Jin le miro y sintió mucha lastima, no podía odiar a las personas, no era de esta manera, pero incluso el podía actuar indiferente si con su familia se metían, por que el príncipe lo era, quien lo cuidaba, quien le soportaba, quien le mimaba, a quien en ocasiones odiaba y discutían, pero aun así este era su familia.