Capítulo 14- Una mirada al pasado

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Esa chica alta y morena que tenía enfrente parecía estar muy desmejorada. Era evidente que tenía un gran carisma, Elizabeth pensó que era muy atrayente y  de belleza natural, sin accesorios o maquillajes para complementarla pero la inquietó que nunca antes la hubiera visto. Supuestamente. Aún así parecía muy nerviosa, tenía ojeras y estaba pálida, movía las manos torpemente y miraba a todos lados por temor a ser vista.

-Hola, yo soy Elizabeth pero eso ya lo sabías.- intentó tranquilizar a la chica y a ella misma, el temor y la actitud asustada de la chica la empezaba a perturbar.

-Sí, verás yo tengo que contarte algo. Algo muy importante.- digo temblando y balbuceando.

Se miraron sin saber que más decirse, una estaba más que sobresaltada y la otra comenzaba a imaginar el por qué de todo aquello. Finalmente Nicki se dirigió a la puerta de entrada y la cerró, seguidamente miró en todos los baños dos veces comprobando que nadie pudiera verlas u oírlas.

-Nicki, por favor tranquilízate. ¿Te encuentras mal?- ella se atrevió a mirarla a los ojos por primera vez y Elizabeth vio cuan era el sufrimiento, miedo y cansancio acumulado de la chica.- ¡Dios mío! Tu aspecto. Estás horrible.- Se acercó y la cogió del brazo.- Vamos a la enfermería.

Sin embargo ella rehusó su contacto y dio unos pasos atrás ocultando su cara entre algunos mechones.

-Elizabeth, nadie puede saber que nos hemos visto ni que te he dicho nada.- ella tragó saliva y asintió.- No, tienes que prometérmelo. Prométemelo por algo que te importe mucho, lo que más quieras en este mundo.

-Muy bien Nicki, te lo prometo pero no tengo nada por lo que prometer. 

-Pues por alguien a quién quisieras, no te diré nada hasta que no tener tu palabra de honor, tu plena garantía de que no hablarás.

Elizabeth se trasladó a otro mundo, se trasladó a su pasado y se quedó absorta reviviendo momentos trágicos. Momentos que pasaron hace mucho tiempo y que casi había conseguido olvidar, recuerdos que había enterrado desde hacía años y se obligaba a no revivir. Dolor y sufrimiento, ese era su pasado.

-De acuerdo, te prometo por mi hermano que no diré nada.- el pecho le subía y bajaba exageradamente. Hacía años que no pronunciaba esa palabra y que no recordaba ese rostro, años en los que había conseguido tirar adelante y comenzar de nuevo. Años de olvido y de silencio. Pasado que volvía para hacer  presente.

-Gracias, necesitaba asegurarme.- se tocó nerviosamente el pelo y junto las manos, como si jugara con ellas.- No sé cómo decírtelo pero no me quedaré tranquila hasta que no te lo sepas.

-Empiezas a asustarme, ¿decirme el qué?

- Sé que te vigila. Lo hace constantemente y te envía notas para asustarte, para que te vayas de aquí.

Abrió los ojos y ahogó un suspiro.

-¿Por qué?- preguntó tan bajo que le costó entenderla.

Nicki negó la cabeza, estaba asustadísima y le costaba tenderse en pie y respirar a la vez. Elizabeth corrió para ponerse delante suyo y agarrarla fuerte por las muñecas.

-¿Por qué? ¿Quién me envía esas malditas notas?-  chilló. Cogió aire y la apretó todavía más fuerte.- Si no me lo dices iré ahora mismo a hablar con el director.

-¡No! No puedes, me lo has dicho. Por tu hermano.- emitió unos sonidos agudos.

-No vuelvas a nombrarle. Nunca. ¿Me has entendido?

Ambas se calmaron y acompasaron sus respiraciones, Elizabeth se alejó y se dejó caer en el suelo apoyándose en la pared. Nicki reunió el valor necesario para continuar.

ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora