-Déjame entender esto, ______.-dije riendo con histeria.-¿Tú planeas decorar nuestra oficina?
Llegué unos minutos después de ella y hallé un biombo negro justo a media oficina. Había varias cajas de viaje en el suelo y ella estaba campantemente colgando cosaa de las paredes.
-Así es, querido.-sonrió.
-¿Acaso crees que soy tan estúpido de dejar que lo hagas?
-No sé, tú dímelo.-rió, colgando un cuadro de arte abstracto. Debo de admitir que es de muy buen gusto.
"__BS", decía la firma.
-Pues no, querida.-dije quitando su cuadro. Ella me lo arrebató.-No permitiré que llenes ésto de tus tontos afiches de artistas.
Dejó la pintura en su escritorio, riendo. Se paró derecha y quitó un mechón de la cara. Me contestó.
-¿Enserio, James?¿Tan superficial me crees?
-No, sólo me protejo.
-¿Qué?-me retó, acercándose peligrosamente a mí.-¿Me tienes miedo?
Tragué sonoramente. Su cuerpo, sensual, estaba prácticamente pegado al mío. Su perfume era delicado y exquisito. Y lo peor era que mi anatomía, en especial cierta parte, estaba reaccionando a su cercanía.
-No, jamás te tendré miedo.
-Entonces evita parecer nervioso, James.-rió dando unos pasos atrás.
-No estoy nervioso.-me defendí.
-¿Sabes? Olvídalo.-rodeó el escritorio.-Tengo cosas más importantes que hacer en vez de estar aquí discutiendo contigo.
-No, no pondrás tus cosas aquí.
-¿Y por qué no? Es mi empresa y puedo hacerlo. Además, no los pondré en tu mitad de oficina, será en el mio.
-¡Osea que ya la dividiste!-contesté exasperado.
-Sí, por lo que puedo poner mis cosas aquí y tú, lo que tu cabecita ordene.
-Ya entendí, ya...
-¿Dónde quedó nuestra tregua, querido? ¿O acaso no eres hombre de palabra?
-¡Por supuesto que lo soy! Y en cuánto a la dichosa tregua, está bien, empecemos.
Ella enarcó una ceja y después sonrió. Salió de mi "media oficina" y siguió poniendo cosas.
Encendí mi computador para empezar a familiarizarme con el sistema, cuando escuché un martillo golpear la pared.
¿Acaso la perfecta ______ sabe hacer trabajos de ese tipo?
La curiosidad me estaba invadiendo, así que me asomé. La encontré colgando una fotografía. Era una pareja algo mayor, sosteniendo con ambas manos a una pequeña niña de no más de 4 años.
-Linda fotografía, ¿eres tú?
-Sí.-sonrió con nostalgia.
-Y asumo que ellos son tus padres, ¿no?-pregunté. Pasaron varios segundos hasta que ella contestó.
-Eran mis padres.-susurró.
-Oh, lo siento.
-No importa.-sonrió de lado.-Tiene tanto tiempo que ya me acostumbré a su ausencia.
-¿Cuántos años tenías?
-Catorce, justo el día de mi cumpleaños.
-Debió ser muy duro.
-Lo fue.-suspiró.-Me sentí devastada, lo que más quería era morir o volver a verles.-ambos nos quedamos callados. Necesitaba decir algo, pero no sabía qué.
-Perdón por lo de hace un rato, supongo que fue una tontería.-dije por fín.
-Já, lo fue. Pero ya no importa, también fue mi culpa.
-Podríamos comenzar de nuevo.-propuse.- Ignorar todo lo de ayer y lo de hoy.
-Me parece bien.
-¿Nos dejamos conocer?
-De acuerdo.-sonrió. Juro que me encanta su sonrisa.
-¿Preguntas?
-Y respuestas. Sí, podría funcionar.
-¿Tu edad?
-Veintiuno, ¿tú?
-Veinticuatro, sólo son tres años.-rió.-bien, ¿soltera, viuda, casada?
-Soltera.-dijo riendo.-Adivino a que eres un soltero casanova, ¿no?
-Bien dicho, ______.-reímos.-¿Último novio?
-Nunca, James.-dijo tranquilamente.
-¿Nunca? ¿Me estás tomando el pelo?-rió con ganas.
-No, James, simplemente no he tenido.
-¿Es enserio?
-Sí, ¿por qué te parece tan imposible?
-Bueno, tú eres muy bella.
-No sólo es el físico, James.-dijo sonrojada.
-Pero aún así.-insistí.-No te conozco mucho, pero creo que eres muy buena chica, y no lo digo solamente por tu físico, sino por tu carácter. No sé, sólo lo creo...
-Gracias, supongo.
-No es nada, bellísima.-contesté galante, con tono italiano. Ella rió.
-¿Familia?
-Dos hermanos, una sobrina, padres divorciados.-me encogí de hombros.-¿tú?
-Dos tíos, un hermano, una prima lejana.
-¿Latina?
-Adivinas, querido. ¿Californiano?
-Adivinas, querida.-respondí igual.
-¿Color favorito?
-Morado, y apostaría a que el tuyo es el negro, ¿no?-atiné a decir, mirando el color predominante en sus pertenencias.
-Estás en lo correcto, James.-nos quedamos nuevamente en total silencio.
-¿Eres virgen?-pregunté sin querer. Ni siquiera sé porqué surgió en mí esa duda, pero yo y mis estúpios impulsos. Ella abrió los ojos como platos y palideció. Dejó su estado y sonrió divertida.
-Saca tus propias conclusiones, Maslow.-contestó mientras se volvía a colgar cuadros y cuadros en la oficina.
ESTÁS LEYENDO
"Love sombody" con James Maslow♥
FanfictionGénero: Romance//Fanfic. Original de MarieBurge.