X

3.3K 138 23
                                    

Hugo salió de la clase de capde dando un portazo, provocando que Bruno y yo dejáramos de bailar.

Al final le había pedido a Bruno ayuda con la coreografía. Acabamos ambos haciendo el tonto y ensayando más bien poco, pero no podía arrepentirme. Necesitaba esos minutos de desconexion con un buen amigo.

Mi mirada se centró en Hugo. Él  paseaba con la cabeza gacha intentando a toda costa evitar el contacto visual con nosotros, como si no estuvieras Bruno y yo a solo unos metros, observando sus movimientos.

- Hugo. - dije sin ser muy consciente de lo que quería decir, solo quería que él no se marchara.

Al oír mi nombre nuestros ojos se encontraron por primera vez en lo que llevábamos del día. Supe en ese instante que algo no andaba bien. Supe nadas más verlo que ese algo tenía que ver conmigo. Hugo nunca me había mirado con tanta ira.

-¿ Quieres ensayar? - pregunté al ver que él esperaba saber porqué le había llamado. Mi pregunta provocó en él una extraña carcajada, como si le hubiera descolocado.
-No. - se negó sin dudarlo. - tú sigue bailando, que se nota, que lo estás pasando en grande.

Se fue sin darme tiempo a contestar, aunque la verdad no sabía ni que decir. Su reproche había logrado dejarme en blanco. ¿Eran eso celos?

- ¿Que acaba de pasar? - Bruno preguntó tan sorprendido como yo.
- No lo sé pero voy a averiguarlo. - dije entregándole mi microfono, para ir a buscar a Hugo.

***

Encontrar a Hugo fue fácil. Cuando llegué al pasillo divisé su cuerpo entrando a las duchas. Sin pensar  cogí una toalla y entré detrás suyo.

Hugo se había dado prisa en deshacerse de gran parte de su ropa. Al parecer él iba a ducharse en verdad y no estaba buscando un escondite.

- Joder. - grito asustado al ver una sombra detrás suyo. - ¿Que haces aquí?
- Voy a ducharme. - mentí perdiendo en un instante todo el coraje que me había llevado hasta aquí para enfrentarlo.
- Genial. - dijo sin creerme.

Sin despegar sus ojos de los míos terminó por deshacerse de la última prenda que cubría su cuerpo. Los boxers uniéndose a sus pantalones y camiseta en el suelo. Me obligué a mi misma a no desviar a la mirada a esa parte de su cuerpo que acababa de ser descubierta.

- ¿Piensas ducharte con ropa? - preguntó girándose para entrar en el primer compartimento.

Al escuchar el sonido del agua corriendo reaccioné. Me desnudé lo más rápido que pude y llevando mi toalla conmigo, entré al compartimento de al lado. Una mampara translúcida era la único que separaba ahora nuestros cuerpos desnudos.

El agua mojaba mi cuerpo, mientras por el rabillo del ojo observaba todos los movimientos de Hugo. Sólo podía ver su sombra pero era suficiente para imaginarme exactamente lo que estaba haciendo.

Sus dedos estaban frotando su pelo quitando todo rastro de jabón y yo solo podía pensar en reemplazar sus manos por las mías.

En un momento dado su mano golpeó la mampara logrando asustarme. Esta permaneció apoyada en el vidrio y sin dudarlo mi mano se unió a la suya. Ambos términos apoyando nuestras frentes en el mismo lugar, deseando que no hubiera ningún obstáculo entre nosotros.

- Ven aquí. - susurró pero aún así fui capaz de entenderle.

Apagué el agua tras su demanda y me dirigí a su encuentro. Por el camino no olvidé cubrirme, era muy consciente de mi desnudez y de la mucha luz que había en aquel lugar.

No podía creer que de nuevo, estuviéramos los dos en estas circunstancias. Aunque por lo menos esta vez no era la única casi en cueros frente al otro.

Respiré un poco más tranquila al comprobar que él también había decidido unudar su toalla a su cintura.

Decidí quedarme a una distancia prudencial. Lo justo para no parecer distante, pero lo necesario para controlar mis impulsos y no lanzarme a sus brazos.

Hugo pareció no estar de acuerdo con el espacio entre nosotros y tiró de mis manos para tenerme entre sus brazos.
Inundé mi rostro en su pecho aspirando su aroma. Parecía que hacía una eternidad desde que nos habíamos abrazado por última vez y tal vez lo hacía.

- ¿ Que pasa? - pregunté sin soltar nuestro agarre.
-Nada. - mintió.
-Hugo... - advertí intentando, ahora si, romper nuestro abrazo pero Hugo solo me estrechó con más fuera, como si se negara a soltarme.
- Estaba celoso. - terminó diciendo tras una leve pausa. - y sé que eso no te gusta. Sé que nosotros no somos así, pero no puedo evitarlo. - dejó de abrazarme para acunar mi rostro en su lugar.  La diferencia de altura provocó que tuviera que alzar la cabeza para poder observar sus ojos. - No puedo, porque quiero ser yo. Porque quiero ser yo al que le pidas ayuda en tu puta coreografía, quiero ser yo el qué te saca esa maldita risa que provoca que yo no pueda para de reír...

Calló al notar como mis manos se unían a las suyas y mis labios se deslizaban para besar una de sus muñecas.

No quería que él siguiera hablando porque dolía y no podía negarle que lo entendía. No podía negar que yo sentí lo mismo cuando el empezó a pasar su tiempo con Eva y no conmigo.

- Eres tú. - me encontré diciendo para aclarar que no lo estaba cambiando.

Sus labios encontraron  los míos con torpeza, robandome un beso, pero esta vez fui lo suficientemente fuerte para alejarme.

- No vamos a cometer el mismo error otra vez.
- Si...- susurró en desacuerdo acercándose de nuevo haciendo que retrocediera hasta chocar contra la mampara que hacía unos minutos nos separaba. Nuestras frentes chocando de nuevo, sus dedos volviendo a perderse en mi pelo - vamos a cometer el mismo error, una y otra vez hasta que entiendas que no es un error. - una de sus manos traviesa apretó mis caderas logrando que un leve quejido escapara de mis labios. - ¿Cómo puede ser un error cuando se siente así de bien?

Su cercanía logró que mis pensamiento se nublaran de nuevo y no pudiera recordar porque sabía que no podíamos volver a caer en lo mismo de anoche.

Me encontré a mi misma buscando sus labios esta vez para besarle. Hugo no se apartó, gimió cuando nuestros labios se rozaron y no dudó en dejar salir su lengua para empezar una guerra con la mía.

-No puedo pensar cuando estás cerca. - me quejé cuando sus labios se dirigieron a mi cuello. - siempre terminas ganando.

Hugo rió en mi cuello mientras lamia el rastro que sus besos habían dejado en esa zona. Mis caricias se dirigieron a su espalda mientras las suyas se eredaron en mi toalla dispuesto a desatarla.

- Vamos a ducharnos como dios manda. - anunció volviendo a unir nuestros labios.

En un segundo nuestras toallas adornaron  el suelo. Enrollé mis piernas en sus caderas y ambos nos movimos hasta llegar debajo de la manguera.

Grité cuando Hugo encendió el agua de nuevo y está mojó mi cuerpo. Al principio siempre salía congelada, quise quejarme pero su acallaron mis quejidos.

Resultaba un tanto difícil seguir respirando con el agua mojando nuestros rostros y nuestros labios incapaces de dejar de luchar, pero ¿Quién necesitaba oxígeno cuando estábamos devorandonos?

Mi espalda terminó golpeando los azulejos y me alcé en sus hombros para que el pudiera colocarse y entrar de una vez por todas en mi. Su erección llevaba atormentado mis caderas desde que nuestras toallas desaparecieron.

Con la ayuda de sus inquietos dedos logró abrirse paso en mi intimidad. Ambos jadeamos ante la deseada entromosión y dejamos de besarnos para observarnos detenidamente.

- No te vayas otra vez después de esto. - rogó deteniendo sus movimientos. Quedándose anclado en mi, como si no fuera a continuar con el placer sin estar seguro de que volvería a repetirse. - Nada nos detendrá ahora ¿De acuerdo?
- ¿Nada ni nadie? - pregunté sabiendo que estábamos a punto de cerrar una especie de promesa.
- Nada ni nadie... Ni tú. - coincidió conmigo. - es una promesa.
- Creí que tú no firmabas contratos... - la absurda broma escapó de mis labios haciéndolo reír.
- Vete a la mierda. - dijo uniendo nuestros labios de nuevo. 

Jadeé sorprendida al notar como ahora si decidía empezar a moverse. Creando una danza perfecta y es que él era el mejor compañero de baile. Él indicado.





Inconsciente || AnahugWhere stories live. Discover now