Capítulo 36: Jasón Spockman

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Tras la incómoda historia anterior, Jasón accionó rápidamente la rockola, que realmente era un estéreo, para poder cambiar el ambiente. Fue así como comenzó "Lounge Act" de "Nirvana".

Jasón tosió. –Bueno, antes de formar parte de este grupo de... amigos del bien o como nos llamemos, yo solía hacer hacktivismo. Básicamente me metía en los ordenadores de gente importante y excavaba en sus discos duros a ver qué documentos interesantes podía encontrar.

-Y cuando lo hacías, me imagino que los extorsionabas para sacar dinero. –Comentó Alicia, sonriendo.

-No te mentiré, realmente llegué a considerarlo, pero después pensé: "Jasón, algún día alguien te va a matar por todo lo que sabes; y cuando ese día llegue, todo ese dinero que hayas recolectado no detendrá la bala." Así que decidí darle a mi trabajo un giro más... altruista.

-¿Cómo? –Preguntó Pace.

Extorsionaba a los sujetos para que ayudaran a alguna comunidad; en especial a aquellas que se vieran afectadas por su culpa. –Jasón da un trago. -Hice que el jefe de una fábrica que contaminaba un rio abriera una reserva forestal o revelaría de donde obtiene los minerales tan baratos. Me encargué de que un político de otro país donara dinero a unas comunidades de pocos recursos o sacaría a la luz sus conexiones con el crimen organizado. Obligué a un productor musical a utilizar toda su fortuna para mantener en buenas condiciones a cuantos orfanatos pudiera o me encargaría de que el mundo supiera lo que a ese sujeto le gusta hacerle a los aspirantes a ídolos adolescentes.

-Debió ser mucho para que lo hicieras tú solo. –Observó Hamilton.

-Lo cierto es que tuve ayuda. Éramos una pequeña organización conocida como los "Gentlemen", o caballeros en inglés.

-¿Sólo hombres? –Sonríe Alicia.

-Si alguna mujer se nos hubiera unido tal vez hubiéramos cambiado el nombre a uno más inclusivo. Pero como eso nunca sucedió, pues sí, todos éramos hombres, tristes, gordos y solitarios.

-¿Y qué fue lo que pasó? –Preguntó Jonathan.

-Bueno, era lógico que si nos dedicábamos a picar panales con un palo, tarde o temprano terminaríamos pinchados. –En ese momento Jasón ve hacia la mesa, como si estuviera tratando de recordar a sus compañeros. -Hubo algunos que desertaron, otros se cambiaron de bando, los hubieron quienes quisieron independizarse... pero los peores casos fueron a los que perdimos. Eventualmente sólo quedamos dos... y se nos ocurrió meternos con el peor de todos.

En ese momento a Jasón se le vino a la cabeza la imagen en el periódico de un hombre de mediana edad, de pelo largo y medio rizado, acompañado con una barba un poco frondosa de color negro pero con visibles canas.

-Su nombre es Maximiliano Lifford, el CEO de Max Industries. Una compañía dedicada a la investigación de básicamente cualquier campo científico o armamentista. Con estrechas relaciones con el entonces querido presidente Víctor Blake... ¿En qué puto momento se nos ocurrió tratar de extorsionarlo?

-¿Qué fue lo que habían descubierto de él? Preguntó Jonathan.

Jasón recuerda una noche en la que se encontraba en la lujosa y apartada oficina de los "Gentlemen" con su compañero, un hombre de mediana edad con pelo rubio, que portaba lentes redondos. Ambos estaban prestando atención a lo que sucedía en un ordenador en concreto de los muchos que había en una larga mesa. "Nos infiltramos en los ordenadores principales de Max Industries. Para ese entonces ya no éramos ningunos novatos, así que habíamos tomado las precauciones necesarias para asegurarnos de que no nos pudieran detectar." Tanto Jasón como su compañero analizaban unas extrañas imágenes de planos y documentos. "Explorando sus archivos más encriptados descubrimos un proyecto titulado "The Watcher". Eran los planos de una especie de maquina".

Los Guardianes de CiantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora