s e i s

337 61 22
                                    

Me acerqué con pasos tranquilos hacia él, y se puso de pie al verme.

—Haces una reverencia y parezco yo la princesa— Reí, bromeando.
—Tú serías una muy buena princesa— Me sonrió y se acercó para darme dos besos en la mejilla.
—Demasiadas formalidades— Comenté y el rió mientras nos sentábamos sobre el césped.
—¿Por qué has venido tan tarde? Digo, tu padre sale en media hora— Preguntó.
—Así que sabes todo sobre mi ahora— Lo miré incrédula y el achinó sus ojos en un gesto que me dió mucha ternura.
—Digamos que tengo contactos— Me miró con picardía y yo reí.
—En realidad decidí venir en las tardes, porque odio levantarme temprano— Expliqué y él asintió riendo.
—¿Pero solo te quedarás media hora?— Cuestionó.
—Depende de lo que tengas preparado para mi hoy— Apenas escuchó eso, se puso de pie otra vez y me extendió su mano para que la tomara.

Mi piel se erizó al momento que tuvimos contacto.

Me ayudó a levantarme y, con nuestras manos aún juntas, nos dirigíamos hacía su parte del jardín.

—Espera, espera— Lo detuve con mi mano libre y el se giró para verme. —Yo no puedo estar ahí, Adam me mataría— Suspiré con un dejo de preocupación.

No más problemas, lo suplico.

—Digamos que tienes autorización del Príncipe— Ladeó una sonrisa arrogante y siguió guiándome.

En las vallas, como siempre, había dos uniformados, que al notar nuestra presencia, bueno, en realidad su presencia, se hicieron a un lado, no sin antes fijar su mirada en nuestras manos juntas.

Solté la suya repentinamente y por una milésima de segundo nuestros ojos conectaron, pero ambos miramos al frente algo sonrojados.

Los guardias no dijeron una palabra, y cuando estuvimos del otro lado, todo era totalmente distinto.

Había más árboles, muchos de ellos florecidos, un par de bancos de color blanco, y algunas decoraciones a las que no les presté atención, pues mi mirada captó una guitarra acústica que yacía apoyada sobre el tronco de uno de los árboles.

—¿Eres músico?— Cuestioné curiosa, dando media vuelta sobre mis talones para verlo.
—Uhm— Se rascó la nuca. —Solo toco la guitarra, no se si eso me convierte en uno— Sonrió.
—Bueno, quiero escucharte— Lo miré demandante.
—Ni en tus sueños— Dijo, mientras caminaba hacia adelante.
—¡Que aguafiestas!— Exclamé divertida y él volvió a mirarme.
—Solo una— Se rindió y yo sonreí feliz.

Tomó asiento en el banco blanco más cercano a la posición de la guitarra, la cual colocó sobre sus piernas para rasgar las cuerdas una vez.

Mi celular vibró en el momento en el que estaba por empezar a tocar.

—Es mi padre, espérame un segundo— Avisé.

Pilu— Lo oí detrás de la línea.
Hola, pa— Hablé en español y el rizado que estaba en frente mío cambió su expresión a una más atenta.
¿Por qué no viniste al Palacio?— Dijo con un leve tono de regaño.
—¿Y quién te dijo que no vine?— Solté una risita.
¿Y dónde estás?— Preguntó ahora algo más relajado.
Estoy con e...— Lo miré y él sonrió algo confundido. —...con un amigo, pa— Contesté desviando mi mirada.
Yo me estoy yendo, vos...
—Me vuelvo más tarde— Lo interrumpí.
¿Estas segura de que podes volver sola?— Habló.
Muy segura, te amo, nos vemos en casa— Me despedí y colgué la llamada.

—Creo que había olvidado por completo que hablabas español— Rompió el silencio, haciéndose a un lado en el banco para que yo pueda sentarme junto a él. —Y lo único que entendí fue Hola— Pronunció la última en mi idioma natal con un acento tan Inglés que me hizo reír. —Además hablas demasiado rápido— Agregó.
—Si tu me enseñas a tocar la guitarra, yo puedo enseñarte español— Sonreí.
—Tenemos un trato— Extendió su mano y la estrechó con la mía en señal de pacto.

Acomodó su cabello, removiendo de su rostro unos mechones de él y antes de tocar el primer acorde, habló.

—No soy el mejor cantante, pero creo que solo tocar la melodía va a ser un poco aburrido— Mordí mi labio inferior asintiendo con una sonrisa.

Sin más preámbulos comenzó a tocar y mis labios se curvaron en una sonrisa al reconocer el ritmo de In my blood de Shawn Mendes.

Tenía una voz suave y algo rasposa, pero que se complementaba perfectamente con lo dulce que sonaba.

Creo que no hubo ni siquiera un instante en el que la sonrisa se borrase de mi cara.

—Me ha encantado, de verdad— Hable con sinceridad y él dejó la guitarra a un lado.
—Gracias, gracias— Dijo inclinando su cabeza hacia adelante como si de un show se tratase. Yo carcajeé y él sonrió.

Suspiré mirando hacia el cielo.

—¿Estas bien?— El rizado a mi lado cuestionó.
—Si, sólo que es raro— Respondí conectando con su mirada otra vez.
—¿Qué cosa?
—Sentirme feliz otra vez— El chico me miró con ternura y yo le dediqué una mirada también.

Creo que la sonrisa tonta que teníamos adornando nuestros rostros y la forma en la que nos estábamos mirando era un poco patética, pero solo éramos nosotros en ese instante.

Hasta que llegó Luke.

—José— Pronunció y rompió la tranquilidad.

Ambos volteamos y lo vimos allí parado en el medio del jardín.

—Luke— Respondió el con cara de pocos amigos.
—Buenas tardes, Pilar— Por fin me llamaba por mi nombre, yo le correspondí con una sonrisa leve. —Veo que estuvieron juntos toda la tarde— Nos habló a ambos.
—¿Pasó algo, Luke?— El rizado cruzó sus brazos en un gesto algo infantil y yo escondí una risita.
—Lamento informarles que tu madre te está esperando para la pre...
—Está bien, estaré listo pronto— Lo interrumpió y mi expresión cambió a una un poco más confusa.

El guardia se retiró alzando sus manos evitando cualquier momento incómodo. Pero yo no podía hacer lo mismo.

—No es que quiera esconderte nada— Pero lo estaba haciendo. —Pero es solo que quiero que me veas como un chico normal— Sonrió pero era claro que había algo más detrás de todo lo que estaba diciendo.
—Está bien, José, no tienes la obligación de contármelo— Mi voz sonó algo ruda, pero lo atenué relajando mi expresión.
—Te dije que puedes decirme Purre— Cambió de tema. La erre sonó perfecta, como si hablase español.
—¿Quién inventó ese apodo? Parece muy español— Curioseé.
—Un viejo amigo, es de México— Aclaró una de mis dudas. —Y viene de Purrete, porque él es un año más mayor que yo— Sonrió.
—Me gustaría conocerlo— Solté.
—Tal vez algún día— Se levantó de su lugar y yo lo imité.

Note que su expresión había cambiado bastante después de la presencia de Luke, pero también noté que era muy bueno ocultándolo.

Como si hubiese aprendido a fingir.

—Adiós, Purre— Lo llamé por su apodo por primera vez.
—Adiós, Pili— Otra vez dos besos y luego lo vi alejarse y adentrarse en el inmenso Palacio.

Salí de allí con varias dudas, pero con una linda sensación por el lindo momento que había vivido aquel día.


Acá estoy otra vez después de una eternidad.
Mi cabeza es un lío.
Ya acumulamos 1k de visitas y les agradezco también mil veces por eso❤️
Espero que les guste mucho, y gracias otra vez por la inmensa paciencia. Lxs amo y nos estamos leyendo prontito.

ROYAL; ριℓυяяєWhere stories live. Discover now