Capítulo 6

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Adam Clark

Bajo las compras del auto mientras Pey me observa con más atención de la que acostumbra. Cierro el maletero y me introduzco a la casa con ella detrás de mí.Al llegar a la cocina comenzamos a poner todo en su respectivo lugar.

Peyton se queda con la mirada perdida en una lata de soda, está absorta en sus pensamientos, de hecho ha estado así desde la mañana, cosa que me preocupa.

Me acerco a ella con cautela y le quito la lata logrando captar su atención. Una sonrisa carente de felicidad de forma en sus labios y sus ojos evitan verme directamente.

Pongo mi dedo índice debajo su barbilla y la suspendo levemente para que me mire pero ni aún así lo hace.

—¿Qué sucede, Peyton?.

Sus ojos recorren todo el suelo hasta que decide por fin mirarme.

—Nada, solo pensaba en que quizá, tú y yo podemos salir hoy en una especie de cita —Vuelve a agachar la mirada al mismo tiempo que acomoda un mechón detrás de su oreja.

—Me encantaría—Suelto sin pensarlo. Su mirada se clava en mí—, me encantaría salir contigo—Una sonrisa hermosa crece en su labios y yo sonrío junto a ella—. Dime ¿Qué tienes en mente?.

—Nada en realidad pero me gustaría que las cosas sean espontáneas—Me extiende su mano—. Ven conmigo, prometo hacer todo lo posible para que te diviertas.

Entrelazo mis dedos con los suyos y comenzamos a caminar juntos. Al salir de la casa  intento ir en dirección al auto pero ella me detiene.

»Hoy caminaremos, hay que disfrutar al máximo —Sonríe y yo también lo hago.

Seguimos caminando sin rumbo, en completo silencio mientras el frío viento de otoño azota contra nuestros rostros.

Peyton mira cada lugar detenidamente, como si quisiera grabar cada detalle en su mente.

Caminamos alrededor de diez minutos hasta que una calle adornada con luces de navidad llama nuestra atención. Hay varios juegos en toda la calle, un escenario casi al final de la calle y un gran letrero con letras cursivas que dicen : Aniversario #90.

Varios niños, adolescentes y algunos ancianos recorren toda la calle, deteniéndose de vez en cuando para concursar en uno de los tantos juegos que hay.

—Es aniversario del barrio —Suelto y Peyton asiente.

—Entonces hay que divertirse —Me hala en dirección del primer juego.

Hay alrededor de diez mesas de futbolín, la mayoría está ocupada por grupo de jóvenes o de niños  que gritan de emoción  o de frustración por no poder jugar bien. Antes de que me de cuenta, Peyton ha pagado para poder ocupar una de las mesas. Me coloco al lado azul mientras que ella elige los jugadores rojos.

Posiciono mis manos en los agarradores y Pey hace lo mismo con una mano mientras que con la otra deja caer la primera pelota. Comienzo a girar los agarradores para hacer que mis jugadores se muevan pero en un solo movimiento mi contrincante logra meter un gol.

—¿Olvidé mencionar que soy buena en este juego? —Una sonrisa triunfante nace en sus labios.

—¿Pero qué veo? Un rival—Sin quitar la vista de sus ojos, recojo las mangas de mi sudadera hasta mis codos—. Desde ahora esto va en serio, cariño.

Ella ríe y mete la siguiente pelotita. Comienzo a mover mis jugadores y ella también lo hace, la pelota va de un lado al otro sin lograr entrar pero en un descuido que tiene lo aprovecho y logró meter por fin un punto a mi favor.

TócameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora