Tiempo

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Los días duraban como un infierno pero se iban en un suspiro y sorprendentemente entre esos suspiros ya habían pasado 365 días.

Un año encerrada en su casa, después de todo eso su padre le permitió la salida pero Annie no hizo tanto caso, no salía tan a menudo y si lo hacía solo era para ejercitar sus brazos y su aleta, pero nada más.

Los juegos para ella desaparecieron, se volvió fría, cortante y cerrada. Fue cumpliendo años y la rutina era la misma.

12, 13, 14, 15, 16 años, saliendo a dar una pequeña vuelta, cazar langostas o cangrejos para comer y regresar a casa.

Pieck : Así como va, no dudo en que tal vez se coma a Reiner   Suspiró rendida y preocupada

De parte de el mencionado sólo recibió una mala mirada.

Bertroldth : ¿No habrá más cosas que podamos hacer?    Preguntó con la misma preocupación

Sus amigos negaron.

Galliard : Incluso nuestros padres intentaron hablarle y convencerla...

Pieck : Pero ni ellos fueron capaces de hacer algo   se dejó caer, cayendo lentamente por el agua hasta sentarse en una roca

En ese momento vieron a Annie salir de su casa, se dirigía al centro del mar.

Comenzaron a seguirla, observandola con detalle y atención. Parecía no importarle a pesar de percatarse.

¿Cuánto tiempo pasó desde que sus ojos perdieron su brillo?

En la cabeza de Annie solo había tristeza y dolor, todo ese tiempo que la pasó sola se dió cuenta de que en verdad no tenía amigos, y lo más importante, que sí amaba a ese humano.

Lloraba en silencio y escondida algunas veces, no quería que la vieran y le dijeran a su padre, ya había soportado suficiente. Ese tiempo que pasó encerrada fue un infierno.

Se quedó para darse cuenta de la verdad, estaba sola.

A lo lejos se encontró con peces enjambre así que decidió cazar algunos, obtuvo dos pero el tercero se escapó por breves momentos.

Ella lo siguió y al atraparlo salió a la superficie, miró con atención, se veía bien y eso le causó una enorme melancolía.

Un vote se acercaba, se sumergió y vio a través del agua, se sorprendió al reconocer ese rostro, era Armin, seguía con vida.  Sonrió nostálgica y triste para después soltar unas que otras lágrimas y sumergirse de nuevo para regresar a su casa, pasando por en medio de sus "amigos" e ignorandolos. Al fin y al cabo no eran de verdad ni para siempre. Según sus nuevos ideales.

Mi fantasía Where stories live. Discover now