Una de las múltiples enfermeras que me vio desde que ingresé al sitio se acercó a mi lado, y me pregunto si buscaba al capitán, a lo cual únicamente asentí, ella señaló un lugar apartado de la entrada y se alejó, el lugar se encontraba cubierto con aquella cortinilla.

Camine más firmemente hacia el sitio e intente descorrer la cortinilla de forma delicada, sin éxito obviamente, y casi termino arrancando la maldita cosa de los arillos por los que estaba siendo sostenida.

Dentro de la privacidad que aquella cosa ofrecía se encontraba Erwin charlando amenamente con un bastante golpeado Levi.

Fruncí un poco el ceño al ver su estado, pero estaba segura de que todas aquellas suturas pronto no serían más que ligeras marcas sobre la piel de aquel enano idiota.

-¿Cómo estás?.- pregunte obviamente a Levi, ignorando a Erwin sin intención.

-Mejor.- dijo encogiéndose ligeramente de hombros.

Todo él era una contradicción, sí antes se había encogido de hombros restándole importancia pero la verdad era que lucia horrible.

Seguramente le dolía todo y aquello me hizo realizar un gesto de amargura, mi cuerpo dolía horrible y yo no tenía heridas graves, pero él... tenía heridas por todas partes.

-Tengo cosas que hacer.- dijo Erwin por primera vez desde que llegue.- nos veremos después.- mencionó levantándose de la silla donde se encontraba sentado.

Camino detrás de mi y jaló la cortinilla de vuelta a su sitio, dándonos nuevamente privacidad.

-Luces horrible.- dije sin importarme si quería o no escuchar mi comentario.

-Gracias, ¿por qué no vas a darle ánimos a los demás soldados también?, no puedo ser el único que reciba este tipo de trato especial.- agregó sarcástico.

-Solo te digo lo que veo.- mencione de vuelta tomando asiento.

-No quiero que me digas lo que ves, con sentirlo es suficiente.- y acto seguido realizo una mueca de dolor.

-¿Quieres que te consiga algo para el dolor?.- él simplemente negó.

-Nunca me ha gustado la medicación en exceso y ya tengo bastante encima, así que no...¿hace cuanto despertaste?, escuché que estabas en la habitación contigua.- dijo mientras arrugaba de forma ligera la nariz.

-Bien no te traeré nada, desperté hace unos diez minutos, solo que tarde en vestirme, y si estaba en el cuarto de a lado, ¿hace cuanto despertaste?.- pregunte observando todas sus heridas.

Su cara era horrible, y no como de costumbre, es decir no por los gestos, más que nada por aquel corte en su pómulo, yo ni siquiera había visto esa herida cuando estábamos aún en las afueras.

-Hace un par de horas, me canse de estar inconsciente.- mencionó jocoso.

-Eres un idiota.- lo escuche exhalar aire, estaba divirtiéndose.

-¿Donde más tienes suturas?, aparte de lo obvio.- pregunte nuevamente.

-Por obvio te refieres al hombro y a esto.- dijo señalando su cara.

Asentí.

-Rodillas, torso y la mano izquierda.- terminó de enlistar sus heridas y levantó dicha mano mostrándome aquellos puntos que iban desde la muñeca hasta su antebrazo.

-¿Cómo fue que te hiciste eso?.- pregunté tomando su brazo con cuidado.

La piel se notaba entre roja y púrpura, a simple vista era bastante dolorosa.

-Levihan- OneShots en EdiciónWhere stories live. Discover now