27.No sé (Lésbico/Yuri)

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No sabía como hablar, como sentir, como llevarlo... no sabía que hacer y eso, me ponía muy nerviosa. Me ponía muy nerviosa saber que estaba ahí, cual musa del Olimpo y que yo, una simple mortal, intenté acercarme a ella, pero todos los pasos que di fueron en falso y al final, ella estaba cada vez más lejos, hasta a una distancia a la que yo no podía llegar. Ella era inalcanzable para mí, y yo, no sabía como llevar eso. 

No evitar pensar que había hecho todo mal, que era mi culpa por haberme adelantado, por haber intentado hablar con ella pero luego, en persona, cuando me hablaba y lengua se trababa o se escondía, sólo queriendo huir de ahí. Su sola presencia ya me ponía nerviosa, en cambio, la pregunta era, ¿qué tanto me asustaba de ella que si la tenía al lado no sabía como actuar, que si le prestaba toda mi atención, me olvidaba de como hablar y hasta de como respirar? No lo sabía, bueno, sí lo sabía. 

Me asustaba que la conociese y ya no fuese esa diosa del Olimpo a la que le rezaba, que fuese otra mortal, otra mortal que pudiese hacerme daño, otra relación que pudiese hacerme daño, otra vez el que te rompan el corazón y te quedes ahí, rota, y que nadie vaya a ayudarte a recoger cada uno de tus pedacitos. Otra vez sentir querer llevar alguien a casa, que no se pueda, que no se pueda porque es una fase, porque realmente quieres empezar una vida con un chico alto y atractivo, porque realmente no estás viendo las cosas con claridad. En cambio, nunca he visto con tanta claridad que seas un ser bello, cual belleza cumple todos los patrones de la simetría y la armonía y que todo ser humano al verte y observarte, quedaría embelesado, atrapado, como estoy yo misma haciendo. 

En cambio, como no huir, como no acertar con los pasos que doy si en el fondo ni yo misma quiero acertar, si yo misma no quiero cogerte de la mano y enseñarte mi mundo, un mundo que le persigue una penumbra y esa penumbra se llama mi familia. Esa parte de mí que yo no elegí y me persigue a donde vaya, a donde huya. Esa aceptación que nunca conseguiré, ese apoyo que nunca tendré y esa gran noticia que nunca haré. ¿Cómo voy a conquistar tu corazón, a ti, diosa, si no yo sé donde está el mío del tiempo que llevo escondiéndolo? ¿Cómo voy a cogerte de la mano y enseñarte a una familia que nunca aceptaría ver a una diosa como tú al lado de su pequeña? No podría, en cambio, quiero hacerlo, realmente quiero, pero no sé como puedo hacerlo, no sé como hablarte, no sé como hablarles, no sé como sentirme, no sé... no sé...


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