Capítulo 5: Intento de reconciliación

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**NOTA INICIAL**

Puse este comentario en la descripción general, pero lo pondré aquí para que llegue a más personas.

Empecé a escribir este fanfic antes de ver el episodio 11 del anime (solo he leído los primeros dos capítulos del manga) en el que nos mostraron como fue que se conocieron Kanamori y Asakusa y conocimos un poco sobre los inicios de su relación, la historia es distinta, pero aún así quiero continuar con esta versión mía porque me estoy disfrutando escribirla y al parecer a los lectores (a quienes aprecio y agradezco por leerme)
también. A fin de cuentas para esos son los fanfics, ¿No es así?

Sin más que agregar, les traigo la parte 5, esperando que la disfruten.

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Fue el fin de semana más largo de mi vida, pero por fin llegó el lunes, cosa de la que jamás creí que me llegaría a alegrar.

Desde que me fui de casa de Asakusa el sábado por la mañana apagué mi móvil y no volví a encenderlo, pero ya que estaba por llegar nuevamente al instituto decidí que ya no era necesario mantenerlo así. Mientras caminaba al salón me entraron decenas de notificaciones, la mayoría eran mensajes y llamadas perdidas de Asakusa. En ese momento me sentí terrible por no haber respondido ninguno de sus intentos de comunicarse conmigo, pero necesitaba estar sola y tranquila para ordenar mis ideas, cosa que no estoy segura si logré. Detesto no tener el control sobre la situación.

Imaginaba que al llegar al aula tendría que confrontarla, pero no se encontraba en su lugar. Esta vez, no me alarmé, sabía perfectamente donde estaría.

Subí a la azotea del edificio, no era difícil de imaginar, la encontré acurrucada abrazando a su mochila. Noté que se percató de mi presencia, pero no me dirigió la mirada. Yo tampoco sabía qué hacer. Solo me senté al lado suyo.

— Mi móvil se quedó sin batería y mi cargador no funcionaba –Lancé mi excusa intentando romper el silencio.

Ella hizo un ruido extraño con la garganta, similar a un ronroneo, por describirlo de alguna manera, pero seguía sin querer dirigirme la mirada.

— Me dejaste muy preocupada, no contestaste mis mensajes ni mis llamadas durante dos días, pensé que ya no me querías cerca –Respondió Asakusa.

— No, te juro qué...

— No soy tonta, Kanamori –Me dijo con firmeza, era la primera vez que la veía molesta, al menos conmigo- Sé que algo te incomodó durante tu visita, probablemente que invadí tu espacio personal varias veces, o tal vez algo que dijeron mis padres, no estoy segura, pero no tenías por qué dejarme angustiada durante tanto tiempo.

Odiaba admitirlo, pero ella tenía razón, y no suelo darle la razón a mis oponentes, mi actuar fue inmaduro, pero sentía que si lo pensaba mucho, podría arruinarlo todavía más.

— Me molesta el contacto físico, pero contigo es diferente, solo que estoy tan poco acostumbrada que... –En ese momento recordé el sueño que tuve mientras dormíamos juntas y me cohibí al instante.

La campana sonó tomándome nuevamente desprevenida. Debíamos acudir a clases, temía que Asakusa se fuera a poner pesada y no quisiera venir conmigo, pero reaccionó al llamado y se puso de pie.

— Vale, dejémoslo en que fue un malentendido, borrón y cuenta nueva, vamos al aula –Me dijo con una leve sonrisa.

Sentí un poco de alivio al no tenerme que extender más en mi intento de disculparme. Traté de tomar su mano para ir juntas a clase, pero ella solo comenzó a caminar. Tuve una sensación espantosa, pero supuse que me lo merecía por toda la angustia que le causé. Si ese sería mi castigo, estaba dispuesta a aceptarlo.

Keep our hands together (Eizouken)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt