Las reglas de cupido [Kwall/Jujae]

[08]

Juyeon le llamó el sábado, con la intención de hacerle a Kevin la invitación de salir a dar una vuelta el domingo para darse una despejada de mente. Cosa a la que el nombrado no pudo negarse, aunque las secuelas de la fiesta todavía siguieran siendo arrastradas por él.

El sábado fue un día de verdad abrumador para todos. Haberse desvelado en la fiesta no había sido en lo absoluto bueno si se quería mantener una energía levemente estable para el día siguiente. Kevin había sido incapaz de conciliar el sueño debidamente incluso después de haberse marchado a casa, a «descansar», aunque eso fue lo último que hizo al llegar, puesto que Hyunjae, que había prometido llamarle al encontrarse en casa de Hyunjoon, no cumplió lo dicho, y eso, en principio, fue el mayor causante de su angustia e insomnio repentino. No fue hasta el sábado por la mañana que Hyunjae pareció recordarlo, y sólo hasta entonces le llamó, comentándole que Hyunjoon estaba bien, y que él se había quedado a dormir en su casa en lo que su mamá llegaba.

Tocó la puerta un par de veces, volviendo a su estado tímido cuando fue la madre de su amigo quien le abrió y le invitó a entrar.

—Juyeon ahora mismo se está duchando, pero puedes esperarlo en su habitación por mientras —le dijo de forma muy amable la mujer—. Subiendo, es la última a la derecha.

—Muchas gracias.

Acató las indicaciones que la señora Lee le había dado, pero cuando estuvo frente a la habitación de su amigo no se atrevió a entrar por respeto y por temor a invadir su privacidad, así que tocó la puerta, pero como se esperó, no hubo respuesta al otro lado. Planeó esperarlo afuera hasta que terminase su ducha, pero la idea de toparse con algún familiar de Juyeon y que lo viera ahí, lo intimidó un poco y decidió que pasar penas con su amigo era la mejor opción. Entonces giró el pomo con timidez y entró despacio; a pesar de que la madre de Juyeon ya le hubiese otorgado el permiso de pasar, intentaría no ser tan invasivo.

Era la primera vez que Juyeon lo invitaba a su casa, y la verdad no se esperó pasar de la sala. ¿O su familia era muy confianzuda o él tenía un aire de amigable inocencia? Sino, no veía sentido a que lo dejaran estar solo en un lugar donde podría simplemente allanar sin que nadie se diera cuenta.

Miró a su alrededor, inspeccionó con curiosidad desde la cama en la esquina hasta el escritorio al lado contrario de la habitación. El cuarto de Juyeon no era muy llamativo, pero sí un poco desastroso; en el suelo prendas de ropa yacían en el piso, la cama destendida y uno que otro objeto por ahí tirado sin el menor cuidado. El único lugar exento del caos pareció ser su escritorio, que tenía un orden medio aceptable. De repente ubicó en el suelo algo que simulaba ser la ropa interior de su amigo, pensó en lo incómodo que Juyeon podría estar si se enterase que Kevin había visto su íntima prenda, así que decidió mejor volver a su plan inicial y esperar afuera.

Retrocedió dos pasos, y cuando estuvo por cerrar la puerta, se detuvo. Ni siquiera fue una acción consciente, sólo lo hizo. Y con la misma inconsciencia caminó hasta la ventana, casi hipnotizado, pero en debido caso, seducido por la curiosidad.

¿Ese al que veía era realmente Hyunjoon o estaba alucinando?

Pudo verlo dejarse caer sobre su cama, con distracción y de forma descuidada. Como las casas no tenían mucha distancia que las separase, desde su lugar la vista fue certera, no había mucho de la habitación de Hyunjoon que no se viera desde ahí.

Entonces siguió observando con cautela, procurando cubrirse lo más posible con las cortinas y pasar desapercibido por el otro chico de ese modo. Un pequeño perrito salió de la nada y subió de un salto a la cama, luego se posicionó sobre el estómago del peligris, haciendo que, con cuidado, Hyunjoon se reincorporara entre risas. El cachorro le dio varias mordidas en cuanto Hyunjoon lo envolvió con sus brazos, y por la manera de reír del chico, Kevin asumió que no eran dolorosas.